La Casa de los Perros: El complot de «la secta» en Zacatecas
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Algunos integrantes de la LXIV Legislatura parecen no entender que sí, que en ese vetusto edificio en donde diputados, asesores, secretarias, parientes, amigos e intendentes conviven en el hacinamiento, las paredes oyen, y bien.
Por eso, fueron varios los que no sólo vieron el tremendo berrinche, sino que además escucharon a la diputada de Morena, Violeta Cerrillo Ortiz, descargar su furia por no lograr su cometido: tronar a la secretaria de la Función Pública, Humbelina López Loera.
La plática la protagonizaron la legisladora por el Distrito III, con cabecera en Guadalupe, sí, la misma que anda ya en campaña porque quiere ser candidata a la presidencia municipal y por eso acompaña al inquilino de La Casa de los Perros en la entrega de miles de tinacos guindas, y el diputado plurinominal suplente Nieves Medellín Medellín.
“Que suerte de vaquetona” soltó sin más la diputada que, minutos antes, abrazó, besó, felicitó y se fotografió con la funcionaria de la nueva gobernanza, a la misma a la que también, horas antes, intentó armar un compló para arruinarle su comparecencia con elucubraciones sin sentido.
La secta, como bautizó la senadora Soledad Luévano Cantú a quienes se han dedicado, desde septiembre de 2021, a hundir a Zacatecas, mueven sus piezas para eliminar del mapa de la nueva gobernanza a Humbelina López. La tarea, ya lo vieron, será difícil.
En esta “ardua labor”, que nada tiene que ver con el cargo para el cual se les paga, había participado otro que, sonriendo, también sale en la foto: el subsecretario de Control, Ángel Manuel Muñoz Muro. A él ya le prometieron un ascenso, siempre y cuando se mantenga obediente e incondicional, como debe ser en la 4T.
Al final, las diputadas de la secta entregaron pésimas cuentas a su líder, y todo porque el mismo presidente de la Mesa Directiva, el también morenista Ernesto González Romo, a instancias del petista Xerardo Ramírez Muñoz, dio por desahogada la comparecencia y de tajo mandó a la basura la fracasada intentona.
Claro que González Romo podía, con la mano en la cintura, llamar a un receso en lo que diputados faltistas, que deambulaban por el edificio, ocupaban sus curules. Pero no, ambos diputados hicieron jugada magistral y dejaron con un palmo de narices a la coordinadora de la bancada de Morena, Maribel Galván Jiménez, y a Lorena Oliva Benítez, Imelda Mauricio Esparza, Nieves Medellín, Sergio Ortega Rodríguez y Zulema Santacruz Márquez.
Así, quedaron en el cajón guinda las preguntas que, como en el caso de la comparecencia del secretario de Salud, Uswaldo Pinedo, la secta había preparado. Ni modo.
No sabremos entonces qué contestaría Humbelina López al cuestionamiento sobre aquello de “¿cómo garantizar la legalidad de los procedimientos para evitar actos de corrupción en donde se beneficie a los amigos de los responsables de las licitaciones?
Ni tampoco nos enteraremos cuál habría sido la reacción de la secretaria de la Función Pública cuando, desde las curules de quien se supone no es oposición a la nueva gobernanza ni al gobernador David Monreal Ávila, alguien le “preguntara” por qué “de manera por demás opaca, por no decir simulada, usted informa a la ciudadanía que la dependencia a su cargo ha impuesto más de 273 años de inhabilitaciones a ex servidores públicos y que estas se relacionan con una cantidad exorbitante de supuesta afectación al erario público”.
Al final, para dolor de muchos, Humbelina López salió avante. Y la secta tuvo que regresar a su bunker a llorar y llorar y llorar su derrota. Ahí será para la otra.
Reculando
Después del desaguisado que se armó con la segunda visita del embajador de Estados Unidos en México, y amigo de Zacatecas, Ken Salazar, al gobernador de Zacatecas no le quedó de otra más que recular.
Mandó decir al periódico oficial del régimen, La Jornada, y al vocero del presidente de la fallida 4T, Andrés Manuel López Obrador, el productor de series narcas, Epigmenio Ibarra, que la información que circularon era “imprecisa”, porque nunca en la vida siquiera pasó por su mente firmar un acuerdo para que la DEA, el FBI y la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid) pasearan como Juan por su casa en Zacatecas. ¡Ni lo mande el Santo Niño de Atocha!
La alaraca que se armó con el gringo sólo fue amague. Se hicieron planes, pero, de ahí a concretar apoyos con un documento de por medio, jamás, porque lo dijo, y bien, David Monreal, él es conocedor de la ley y pues a quién se le ocurre que va a pasar por encima de la Constitución y de los caprichos de López Obrador. ¡Por favor!
Lo dijo desde Jerez, él sólo pidió una explicación de por qué una, y otra, y otra vez, Zacatecas aparece en la lista negra de entidades a la que los ciudadanos estadounidenses no deben viajar. Y punto.
Todo lo demás es culpa de los medios de comunicación que no hacen sino mentir y distorsionar la realidad.
Guacamayas
Eso sí, durante la visita de Ken Salazar, se habló de acabar, con un trabajo conjunto, con esa red que se ha armado en México para llevar fentanilo a Estados Unidos.
Lo que sospechosamente coincidiría con lo que el medio de comunicación español El País reveló: que las Fuerzas Armadas de México y personal de la Embajada de Estados Unidos trabajan mediante señales interceptadas, códigos desencriptados y fotografías satelitales para tratar de desmantelar la red de fentanilo.
Porque resulta que en el reportaje de El País se detalla cómo, a pesar de los gritos y sombrerazos de López Obrador, “el gobierno de Estados Unidos sigue colaborando con el de México para atacar la producción de drogas sintéticas”.
Esta información, sí, adivinó Usted, surgió del hackeo del que fue objeto la Sedena por parte de Guacamayas.
Pero que nadie se preocupe. Zacatecas, como no hay nada firmado, obvio no tiene qué ver en ese sucio embrollo. Faltaba más.
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