La Casa de los Perros: El saldo negativo de Claudia Anaya
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Negativo
Siempre presumió ser la operadora política más eficaz. Es la carta que le vende a propios y extraños. Con este argumento logró brincar de ser la consentida de la ex gobernadora perredista Amalia García Medina, que de funcionaria menor la convirtió en diputada local y después federal, a las grandes ligas en el PRI, en donde logró la candidatura por el tricolor y hoy cobra nuevamente como legisladora federal.
A Claudia Anaya Mota, para este proceso electoral, se le encargó la coordinación de las campañas en Zacatecas capital: La de Lucía Alonso, como candidata a diputada por el Distrito I; de Carlos Peña Badillo, en el Distrito II, pero sobre todo de Judit Guerrero, que buscaba la Presidencia Municipal.
Insertó a su hermano, Víctor, en la planilla de la priista, con la confianza de que alcanzaría la meta y a partir de septiembre estaría sentado en la mesa del Cabildo como regidor.
Al final las cosas no salieron como se esperaban. Anaya Mota, como operadora política del PRI en la capital perdió la diputación que debía ganar para la hermana del todavía inquilino de La Casa de los Perros. Lucía Alonso Reyes quedó fuera del Congreso frente a Mónica, la hermana del ex gobernador Genaro Borrego Estrada. La de Morena obtuvo casi 13 mil votos, mientras que la presidenta honorífica del SEDIF, menos de 12 mil sufragios.
En ese Distrito I, David Monreal obtuvo 16 mil 247 votos, mientras que Alejandro Tello Cristerna, 12 mil 667 sufragios. La coalición Zacatecas Primero perdió por una amplia diferencia frente al de Morena.
En lo referente al Distrito II, Carlos Peña Badillo se jugó su futuro político y cuando las encuestas ubicaban a sus contrincantes Xerardo Ramírez, de la coalición Unidos por Zacatecas, y Rafael Candelas, de Morena, muy cercanos a él, optó por tomar las riendas de la campaña y deslindarse de sus compañeras de fórmula, incluida Anaya Mota. Fue así que solo, logró despegarse del segundo lugar por casi cuatro mil votos.
Sin embargo, en la elección de gobernador las cosas no pintaron nada bien. Aquí, la diferencia entre Alejandro Tello y David Monreal fue de sólo 720 votos, a favor del abanderado de la coalición Zacatecas Primero.
Pero la gota que derramó el vaso fue en la capital, en donde Judit Guerrero, todavía esta madrugada, mantenía una lucha cuerpo a cuerpo, o voto por voto mejor dicho, con la de Morena, Soledad Luévano.
Según el PREP, la diferencia entre ambas competidoras fue de 540 votos. Tras el conteo de las papeletas los números seguían favoreciendo a la diputada con licencia, aunque Judit Guerrero lograba recuperar algunos votos. Esta película no ha llegado a su fin todavía, pues iba muy lento el conteo de 154 votos «reservados».
Para concluir, sólo resta decir que Claudia Anaya, como diputada federal y secretaria de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, no logró defender a Zacatecas como se esperaba y al final, a la hora de la repartición, la entidad salió perdiendo casi tres mil millones de pesos que deberían llegar a las arcas estatales. Ni modo.
Los traidores
Edith Ortega, una perredista de cepa que ha aguantado las buenas y las malas, se lanzó a la yugular de los que calificó de traidores, desleales y deshonestos al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
En una carta abierta, dijo que a aquellos que se manifestaron abiertamente en contra del Partido y del candidato de la coalición Unidos por Zacatecas, Rafael Flores Mendoza, que eran repudiados y que, obviamente, rechazaban categóricamente que intentaran siquiera regresar al sol azteca «cuando sus mercaderes no les cumplan lo prometido como en el 2010».
Y dejó en claro que debe ser ahora el partido que les dio cobijo momentáneo durante este proceso electoral, quien «se tiene que hacer cargo de ellos».
Por ello, Edith Ortega dijo que era muy simple que los dirigencias debían sancionar ya con el retiro de su membresía, pues delo contrario la militancia «se responsabilizará de expulsarlos por la vía de los hechos».
Renuncia
Harto de que en el PRD prevalezcan los intereses de grupo y personales de liderazgos nacionales, que se negaron a impulsar la unidad en las izquierdas, Antonio Mejía Haro, ex diputado federal, ex senador y ex candidato a la gubernatura por el sol azteca, presentó con carácter de irrevocable su renuncia al partido en el que militó durante 18 años.
Mediante una misiva, el actual diputado local se quejó además de la intromisión de esos liderazgos ajenos al estado, que sin decir agua va excluyeron candidaturas ganadoras en ayuntamientos y distritos, y que de paso, recordó, se unieron al Pacto por México y aprobaron las Reformas Estructurales sin consultar a las bases.
Por estas razones, y ante la «emergencia social» que se vive en Zacatecas, dijo que se unió a la candidatura de David Monreal, en Morena, porque era un proyecto con amplias posibilidades de salir ganador, y ahora, antes de que le apliquen los estatutos, mejor decidió irse por su propio pie.
Al final de su carta, dice tener la esperanza de que las amistades forjadas no se pierdan, y que en un futuro se puedan reencontrar en proyectos que logren un cambio verdadero en el país y en el estado.
El regreso
Por cierto, quien ya busca acomodo en el nuevo gabinete de Alejandro Tello es nada menos que la diputada federal menos productiva en la historia de Zacatecas: Bárbara Romo. Pero, con sus antecedentes ¿Dónde la podrán ubicar? Ella es, sin duda, una cara que puede salir cara.
Nos vemos el lunes…
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