Xóchitl va por un México sin miedo

NOEMÍ LUNA AYALA

El 1 de marzo iniciaron las campañas proselitistas. Por fin llegó la gran oportunidad para el electorado de valorar las propuestas de las dos candidatas y el candidato que buscan llegar a la Presidencia de la República.

Durante los próximos tres meses escucharemos y conoceremos las propuestas, para analizar cada una, con el propósito de razonar contenidos y apoyar la que verdaderamente significa un cambio de rumbo y detener la destrucción de México.

Me refiero a esa destrucción que durante seis años todas y todos los mexicanos hemos sufrido.

La aspirante de la continuidad, Claudia Sheinbaum, promete construir el segundo piso de la transformación. ¿De qué transformación habla? Si morena y sus aliados se dedicaron a hundir y saquear a la nación.

Hay dudas razonables de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pactó con el narco para llegar al poder y el pago de facturas fue la estrategia de “abrazos no balazos”, que dejó crecer a la delincuencia para apoderarse del territorio mexicano. Los resultados son más de 180 mil homicidios dolosos y casi 50 mil desaparecidos, en el sexenio más sangriento de la historia.

Los tres hijos de AMLO se enriquecieron, porque aprovecharon las megaobras del Tren Maya, refinería Dos Bocas y Aeropuerto Santa Lucía, para asignar meganegocios a sus amigos, con el respectivo moche. Por cierto, el sobrecosto del Tren Maya es de 335% y de Dos Bocas es de 200%.

Hablando de moches, en este gobierno se registró el fraude más grande de la historia, por 15 mil 300 millones de pesos, ya conocido como “La estafa maestra de la 4T”. Y si de deuda hablamos, el gobierno de la deformación la aumentó en 6.3 billones de pesos. Otra cifra récord para quien nos vendió “pejelandia” con la promesa de que tendríamos un sistema de salud como Dinamarca, pues hoy 50 millones de mexicanos no tienen acceso a la salud.

El subconsciente le hizo a Claudia una mala jugada en su arranque de campaña, cuando al equivocarse dijo la verdad sobre la 4T: es para que siga la corrupción.

Del abanderado de MC, Jorge Álvarez, me limitaré a decir que carece de propuestas serias. ¿Cómo las tendría, si él mismo fue designado candidato en una carnita asada con su amigo gobernador de Nuevo León?

Ante esos liderazgos inviables, la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, surge como una esperanza para la gran mayoría del electorado que pedimos desarrollo y pacificación del país.

El compromiso “Por un México sin miedo” de la abanderada del PAN, PRD y PRI es alentador. Su presencia en Fresnillo, Zacatecas, para iniciar campaña no fue para dañar la imagen de mi estado natal, que desde hace años arrastra la desacreditación de contar con los dos municipios más violentos de la nación. Fue para enviar un mensaje de solidaridad, reconocimiento de la crisis de seguridad y advertir a la delincuencia que ella no les dará abrazos. Por eso, encendimos cientos de veladoras para clamar la paz.

Recién iniciadas las campañas proselitistas para renovar la Presidencia de la República, en la coalición Fuerza y Corazón por México estamos optimistas, porque hemos visto la respuesta positiva de la gente. El mismísimo AMLO reconoció nuestro crecimiento al aceptar que la Ciudad de México se “derechizó” y advirtió que continuará violando la ley electoral, pues mantendrá su intervencionismo con una gira paralela por toda la nación mientras se desarrollan las campañas.

López Obrador tiene miedo de perder. Su temor es fundado. En redes sociales el #NarcoPresidente lo persigue, son constantes los videos en los que la gente rechaza a sus abanderados y recibe con los brazos abiertos a Xóchitl Gálvez, porque el cambio ya llegó.