Tres ex gobernadores en disputa
JUAN GÓMEZ
Tres ex gobernadores zacatecanos estarán inmersos en el proceso electoral 2020-2021; dos buscarán por la vía plurinominal llegar a San Lázaro y uno opera desde el Senado de la República a favor de su hermano que, por tercera ocasión, pretende gobernar a Zacatecas.
Movimiento Ciudadano registró en primer lugar de la lista plurinominal a la ex gobernadora Amalia García Medina, mientras que el PRI también lleva la candidatura de representación proporcional al ex mandatario estatal, Miguel Alonso Reyes.
Ambos mantienen un largo distanciamiento, producto de las rencillas personales del priista, quien se sintió ofendido cuando en la entrega-recepción, la ex perredista lo puso en antesala en donde se prolongó la espera para recibirlo.
Miguel nunca perdonó ese desplante y desde el primer momento de su mandato (el 12 de septiembre de 2010) arremetió en su contra y no descansó en borrar la obra sexenal de Amalia.
La administración amalista había financiado el proyecto de Ciudad Gobierno para llevar todas los servicios y oficinas administrativas a una zona que concentrara la actividad gubernamental que, mayoritariamente, se hacía en el Centro Histórico de la capital zacatecana, en donde además se rentaban edificios viejos y disfuncionales, lo que implicaba un alto costo económico y deficiencia gubernamentales.
Pero Zacatecas carecía de recursos para invertir en un proyecto de gran magnitud y de largo aliento, por lo que García Medina presentó una propuesta de colaboración público-privada, a través de la contratación de servicios a largo plazo que consistió en “el diseño, creación, uso y aprovechamiento de la infraestructura, instalaciones y áreas necesarias, para el desarrollo de las actividades propias de la administración pública a través del Proyecto denominado “Ciudad Gobierno”. (Ciudad Gobierno: La experiencia del estado de Zacatecas en los Proyectos de Prestación de Servicios PPS).
Alonso Reyes no solo le cambió el nombre registrado ante la Secretaría de Hacienda y Correos Mexicanos, por el de “Ciudad Administrativa”, sino que modificó el esquema de contratación de deuda, lo que provocó un fuerte endeudamiento histórico al estado; pero además, promovió acciones penales contra la ex gobernadora, las cuales resultaron infructuosas.
Muy probablemente ambos coincidan en San Lázaro.
El tercer ex gobernador zacatecano que participa indirecta ¿o directamente? En la presente contienda electoral, es el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila, quien apoya con todo y a cada minuto a su hermano David, en el tercer intento por ganar una elección por el gobierno del estado.
En la elección pasada al senador le interceptaron una llamada en la que le pega una regañiza a su hermano, por no levantarse temprano para acudir a un mitin de la campaña. La leyenda urbana señala que el efecto del regaño bajó a David de la ventaja que llevaba en ese momento y perdió la elección, precisamente con Miguel Alonso.
Ahora el ex gobernador no descansa ni un minuto en apoyar a su hermano, de quien siempre dice que es el mejor de la familia Monreal Ávila, aunque sus argumentos no convencen a muchos.
El proceso electoral zacatecano registra los cambios y sorpresas que hoy se viven en lo que se ha llamado “las elecciones más grandes de la historia” en México.
Un ejemplo sin duda es la participación inédita por tercera ocasión del candidato David Monreal, quien lo hace sin el apoyo de su partido Morena en el estado, con una estructura propia y con recursos económicos personales.
En este escenario de hechos inéditos el partido Redes Sociales Progresistas registró la primera candidatura trans en la persona de Fernanda Salomé Perera Trejo, quien es una destacada activista LGBT+ en el estado de Zacatecas.
También por primera ocasión contienden por el gobierno del estado dos personas con discapacidad: Claudia Anaya Mota, senadora priista con licencia (enarbola la coalición “Va por Zacatecas”) y Miriam García, postulada por Fuerza por México.
Otro hecho que ha captado la atención de los observadores en Zacatecas es la renuncia de la panista Guadalupe Medina Padilla, quien fue postulada por el Partido Encuentro Solidario (PES) al gobierno del estado.
Medina Padilla es miembro de una familia de gran arraigo panista, su hermano Ramón fue dirigente de este partido, diputado y senador de la República, en tanto que su esposo, Arturo Ramírez Bucio, ha sido diputado local y federal por el blanquiazul.
Las elecciones en las que se contenderá por 21 mil 368 cargos y se disputarán 15 gubernaturas en el país, modificará sustancialmente el mapa democrático en México y de los estados, en donde, como en Zacatecas, se evidencia la debilidad de los partidos políticos y la influencia de la fuerza presidencial en los comicios.
Se aprecia la banalidad de los partidos políticos que postulan actores, actrices, cantantes; a celebridades del mundo del espectáculo, del deporte, para ganar votos que les permita permanecer en el presupuesto federal y por lo tanto, en el registro ante el Instituto Nacional Electoral, pero se olvidan de los postulados, de las plataformas y sobre todo, de la propuesta electoral.
Muchos políticos cambian de partido de manera inesperada, aún y cuando han militado por muchos años y ocupado distintos puestos relevantes en administraciones estatales o en puestos de elección popular, por el simple hecho de no haber sido tomados en cuenta en esta ocasión.
La disciplina cambió o mejor dicho, desapareció, ya no existe en los partidos; también las convicciones ideológicas palidecen y la ética solo prevalece en el nombre de una comisión partidista, como en el caso de Morena, en donde de plano representa todo lo contrario.
Todo cambió pero no se observa que sea para el fortalecimiento de la democracia que permita la construcción de una mejor sociedad.
Al tiempo
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