Salud: desastre nacional

NOEMÍ LUNA AYALA

En el sector salud todo lo que prometió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue mentira, engaño y robo. Seis años después de su propuesta de convertirnos en Dinamarca, lo que nos deja es un desastre nacional, corrupción y un incalculable rezago.

Cuando se habla de política pública en salud se hace referencia a la estrategia gubernamental enfocada a prevenir las enfermedades, promover la salud y procurar el bienestar de las familias. Estos objetivos en el gobierno de cuarta ni los conocen.

Hoy, los mexicanos recogemos los pesados del sistema de salud que no dejará como “herencia maldita” el gobierno de la deformación, por las erráticas decisiones aplicadas, como la disminución gradual del presupuesto. Sólo en el 2023 se dejaron de ejercer 60 mil millones de pesos.

Adicionalmente, no se gastaron 103 mil millones de pesos del presupuesto a salud. Resulta verdaderamente inhumano si consideramos que, por la baja de recursos, existen muchas carencias que requieren urgente atención y, en lugar de atenderlas, el dinero se regresó.

El presidente que se dijo salvador de los pobres se va como un fracasado. Entre sus logros está haber disminuido de 74.8 a 70.2 años la esperanza de vida de la población. Así es, redujo en 4.6 años la vida promedio de las y los mexicanos.

Otro logro vergonzoso de López Obrador: incrementó de 20.1 millones a 50.4 millones el número de personas que carecen de acceso a los servicios médicos. O sea, del 2018 al 2022 dejó sin servicios médicos adecuados a 30.3 millones de habitantes más, derivado de la desaparición del Seguro Popular, el fracaso del Insabi y la incertidumbre del actual IMSS-Bienestar. Hablamos que la población más afectada son los pobres.

Al llegar al gobierno disminuyó el presupuesto para atender el cáncer infantil, al pasarlo de 300 millones a únicamente 15 millones de pesos. En sólo los primeros cuatro años el gobierno de la deformación de cuarta incrementó de 16.2 a 39.1 por ciento el número de habitantes que carecen de servicios sanitarios.

También mandó al traste el efectivo programa de vacunación que era nuestro orgullo. Casi el 80 por ciento del presupuesto a ese renglón no lo aplicó. Por tanto, no hay inmunizaciones que poner a la infancia. Entonces, actualmente sólo dos de cada 10 niños menores de un año cuentan con un esquema de vacunación completo.

La atención en la pandemia de Covid-19 fue un grave problema. No aplicaron medidas sanitarias preventivas, no promovieron el uso del cubrebocas, no compraron vacunas, no hubo personal médico suficiente y faltaron ventiladores. El resultado: 750 mil muertes por la ineptitud de las autoridades federales.

Para mostrar el interés de López Obrador en la salud, te informó que también redujo los presupuestos para el programa de Asistencia Sanitaria, en 42.5 por ciento; para la compra de medicamentos y productos farmacéuticos en 34.9 por ciento; para salud materna, sexual y reproductiva, en 63 por ciento; para prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes, en 92 por ciento; y para prevención y control de enfermedades, en 35por ciento.

En salud México no se convertirá en Dinamarca. López Obrador no cumplió y tampoco lo hará su “corcholata” favorita.

Es tiempo de voltear con la mujer Xingona que sí sabe trabajar, que está comprometida con su país y que ya dio resultados.