“No lo digo yo”, sino el presidente
NOEMÍ LUNA AYALA
Andrés Manuel López Obrador ha vuelto a desdeñar la legalidad y a las Instituciones mexicanas.
En la soberbia que le caracteriza se niega a acatar la resolución que le impide referirse en positivo o negativo a las y los aspirantes presidenciales en Las Mañaneras, a fin de garantizar los principios de neutralidad, imparcialidad y equidad en el próximo proceso electoral 2024. La medida fue establecida por el Instituto Nacional Electoral (INE) y confirmada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Para seguir destruyendo a opositores con manga ancha, López Obrador instauró en Las Mañaneras la sección “No lo digo yo”, en la que presenta fragmentos de vídeos y audios sacados de contexto para desacreditar aspirantes que le son incómodos.
Con esa estrategia legaloide, el señor López menosprecia a las instituciones que garantizan la democracia y en una fragrante violación a las leyes electorales obstaculiza el camino de los partidos de oposición por llegar a la Presidencia de México, replicando las mañas del pasado de las que tanto se quejó.
En medios de comunicación están plasmadas sus promesas de campaña y parafraseando la sección de “No lo digo yo” lo dijo Andrés Manuel López Obrador, recordemos que prometió pacificar al país a la mitad de su gestión”. Sin embargo, su sexenio se perfila como el más violento de la historia con 140 mil asesinatos dolosos hasta ahora, frente a los 157 mil, 121 mil y 60 mil de sus 3 antecesores. También atendería la crisis por desapariciones, cuyo historial se acerca a 110 mil, de esas el 41% son sólo en su gobierno.
Aseguró que en seis meses regresaría al Ejército a los cuarteles. Ya en la Presidencia no sólo lo mantuvo en las calles, sino que creó la Guardia Nacional a la que quiso militarizar y la oposición lo detuvo.
Dijo que tendríamos un sistema de salud “mejor que Dinamarca”, pero modificó la legislación de salud para afectar a los que menos tienen. Por ello hoy tenemos centros médicos sin personal ni medicinas; eliminó el Seguro Popular, creó un ineficiente Instituto de Salud para el Bienestar (nsabi) y quitó los medicamentos gratuitos para el cáncer y las guarderías.
No lo digo yo, lo dijo Andrés Manuel López Obrador quien prometió acabar con la pobreza; empero, en su sexenio se han generado 2 millones de nuevos pobres. Además, no combatió la corrupción, porque permitió que familiares y amigos hicieran negocios del gobierno.
Esas son, entre otras, las promesas que el morenista hizo a la población y que cinco años después no ha cumplido. “No lo digo yo” lo dicen las estadísticas, organizaciones civiles y partidos de oposición, que somos vigilantes de sus tropelías y quienes trabajamos para hacer que cumpla las leyes, le guste o no.