La Casa de los Perros: Zacatecas entre cifras alegres, desaparecidos y desacatos

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Después del violento fin de semana que Zacatecas padeció, una vez más la respuesta del gobierno siguió siendo la misma: que lleguen más y más efectivos del Ejército Mexicano a dar abrazos y no balazos. Esta vez, anunciaron, fueron 200 soldados que, provenientes de Saltillo, están aquí desde finales de la semana pasada.

Con esto, según el secretario de Seguridad Pública, Adolfo Marín Marín, se reforzará la estrategia de seguridad Zacatecas II y, para ello, estos 200 militares fueron enviados a los municipios de Villanueva, Trancoso, Villa de Cos, Loreto y Tepetongo.

Pero en lo que no se mueve ni un ápice este funcionario de la nueva gobernanza es en su discurso de que la Estrategia de Seguridad Nacional y Estatal, “es la correcta pues los números arrojan avances en la contención de los delitos”.

En su conferencia de prensa semanal, si bien reconoció que se vivió una “semana complicada en el tema de homicidios dolosos”, a los que se sumaron las agresiones a efectivos policiales, reiteró lo de siempre: todo es una reacción de los grupos delincuenciales quienes, al verse disminuidos, buscan frenar el trabajo de los cuerpos de seguridad. ¡Ajá!

La cuestión es que, en comparación con agosto, los homicidios dolosos no han disminuido. El mes pasado, al día 25, se tenían registrados 81 muertes. Al 25 de este septiembre, ya van 82.

Como quien dice, ningún avance. Aquí todo sigue igual, o peor, pues el video que circuló en las redes sociales, en donde supuestos integrantes del Cartel de Sinaloa, que comanda Ismael El Mayo Zambada, anunciaron que andan muy ocupados limpiando Zacatecas, sólo confirmó que las cosas seguirán feas en esta tierra.

Eso sí, Adolfo Marín prefirió en su perorata semanal alegrarse porque los tres elementos de la Policía Estatal que fueron emboscados el domingo en Cañitas Felipe Pescador, “están estables y fuera de peligro”. ¡Uf, que alivio!

Y por si eso no fuera poco, la alegría lo embargó aún más porque, jura, en Zacatecas los elementos de seguridad de ninguna manera quieren desertar. Dice que son retefelices trabajando por el bien de los zacatecanos, aunque todos sabemos que los hacen en deplorables condiciones laborales.

Bueno, tan bien está la cosa que Marín Marín dijo que más bien siguen reclutando y reclutando gente porque hay “personas de la ciudadanía que tienen deseos de servir a su estado”.

¿Bajas? No hay bajas, sólo las que “por necesidades propias de cada persona” se presentan “y se las damos con mucho gusto”. Faltaba más. De las otras bajas, las de la treintena de policías ejecutados, de esa mejor ni hablar.

Que aparezca

Y así, mientras Adolfo Marín nos abruma con sus datos, los de a pie marcharon por el Centro Histórico porque el enfermero José Refugio Cuco Robledo Gaytán nomás no aparece desde que el 5 de septiembre que salió de su casa para ir a su trabajo en Tlaltenango.

Las calles de la capital retumbaron cuando los familiares, amigos y compañeros de labor gritaron: “David atiende, Cuco no aparece”, “Nos falta un enfermero” y “Dónde estás, te queremos encontrar”, entre otras consignas que terminaron por escucharse en la Plaza de Armas, aunque las puertas de Palacio de Gobierno –quizás por la hora, pensemos eso–, se mantuvieron cerradas.

El problema es que mientras Cuco no aparece, trabajadores de la salud siguen siendo interceptados y amenazados por delincuentes en las carreteras y alrededores de los hospitales y clínicas de Jalpa, Sombrerete, Nochistlán, Valparaíso y Concepción del Oro. El reporte dice que los del crimen organizado e inteligente se los lleva a cuidar a sus enfermos.

La ley no se negocia

Resulta que a la mañanera llegó como no queriendo la cosa, el asuntito que la nueva gobernanza trae atorado por no cumplir con el mandato de la juez Segundo de Distrito, Citlallic Vizcaya Zamudio, quien dijo que no estaban permitidas las corridas de toros durante la malograda Feria Nacional de Zacatecas y, aún así, se hicieron.

La activista y fotodocumentalista de Movimiento Conciencia, Elideth Fernández, que dijo defender los derechos de los infantes a un mundo feliz, le hizo saber al presidente de la fallida 4T, Andrés Manuel López Obrador, que en Zacatecas la ley no es la ley y punto.

El Peje, que trae atorados a los Monreal, dijo desde su púlpito que la ley no se negocia y si existe una resolución de una instancia judicial se tiene que acatar porque su gobierno no protegerá los desacatos.

Recordemos que el incumplimiento o desobediencia a lo que una juez mandató tiene consecuencias como pasar de tres a nueve años en la prisión, una multa de 50 a 500 días de salario mínimo, y la destitución e inhabilitación de tres a nueve años para desempeñar otro cargo, empleo o comisión públicos.

Y por si López Obrador no estaba enterado, cosa que todos dudamos, la activista le recordó que en este lío estaban metidos desde el inquilino de La Casa de los Perros, hasta el exsenador y exdueño de Fuerza por México, Pedro Haces, y el senador Armando Guadiana Tijerina.

En la mañanera, Elideth Fernández dijo confiar en que una “violación flagrante a una ley de amparo” no puede ni debe quedar impune y que no debe prevalecer nuevamente “el influyentismo y el montaje a la vieja usanza de hacer política”. ¡Auch!

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