La Casa de los Perros | Zacatecas: cifras alegres, bolsillos vacíos

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

A primera vista, los números parecen celebrar. La estadística nacional presume aumentos, habla de estabilidad laboral y de un tímido resplandor en los ingresos. Pero detrás de los porcentajes y los comunicados optimistas se esconde una verdad más compleja, menos amable: Zacatecas, como muchos otros rincones del país, vive una recuperación dispareja, rota en pedazos de progreso y retroceso, donde los sectores económicos avanzan como piezas desconectadas de un rompecabezas que nadie parece estar armando.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), actualizados a marzo de 2025, revelan una paradoja particularmente inquietante: mientras algunos sectores celebran incrementos en ingresos, otros, más vinculados a la vida cotidiana de la población zacatecana, naufragan entre pérdidas y despidos. Más aún, incluso los sectores en aparente bonanza muestran una salud precaria si se rasca apenas la superficie.

Tomemos como ejemplo el sector de Información en Medios Masivos.

En Zacatecas, los ingresos crecieron 15.8% respecto al año anterior. Un aumento notable, sin duda. Pero el mismo sector registró una caída del 6.3% en el personal ocupado. Es decir, se gana más con menos manos, menos voces, menos periodistas.

¿Se trata de eficiencia o de precariedad? ¿De innovación tecnológica o de un silencioso proceso de despidos? La respuesta no está en los gráficos: está en las redacciones vacías, en los freelancers sin seguridad social, en el silencio editorial que sustituye a la investigación de fondo.

Otro caso desconcertante es el de los Servicios de Alojamiento y Alimentación.

Mientras el empleo sube un impresionante 23.2%, los ingresos caen 11.6%. Se contrata más, sí, pero se gana menos. ¿Qué clase de empleos son esos? ¿Cuántas horas por cuántos pesos? La estadística no lo dice, pero basta con caminar por el Centro Histórico, por los corredores turísticos a medio llenar, para intuir que no son tiempos de propinas generosas ni de turistas dispuestos a gastar.

En el comercio al por mayor, los ingresos bajan un 3.2% en Zacatecas.

Las mercancías compradas para reventa caen 1.9%. Pero, otra vez, las cifras juegan a la contradicción: el personal ocupado sube 2.5% y las remuneraciones crecen 3.9%. ¿Se trata de un esfuerzo por mantener el empleo a pesar de la caída en ventas? ¿Una apuesta de resistencia por parte de los empresarios? ¿O una reacción tardía antes del ajuste inevitable?

La Encuesta Mensual de Servicios y la Encuesta Mensual sobre Empresas Comerciales son, en el fondo, espejos rotos. Reflejan trozos de una economía que camina sin dirección, que no logra articular crecimiento con bienestar, ingreso con empleo, inversión con resultados sostenibles.

A nivel nacional, marzo muestra una caída mensual en los ingresos totales del sector servicios del 1.2%, mientras que las remuneraciones también se reducen. Sin embargo, si se amplía el horizonte a la comparación anual, los datos se tornan más optimistas: ingresos al alza, empleos creciendo, remuneraciones en ascenso. La pregunta es: ¿esa mejoría es real o es un efecto estadístico amplificado por la caída del año anterior?

En el comercio minorista, la situación parece más clara: cinco meses consecutivos de crecimiento en ventas al menudeo. Un dato que, al menos en la superficie, sugiere dinamismo. Pero incluso ahí hay fisuras. Mientras las ventas por Internet, artículos personales y ropa se disparan, otros segmentos como alimentos y calzado retroceden. La gente gasta, sí, pero no en lo básico. ¿Es consumo o es distracción?

Zacatecas, como entidad, aparece aquí como un microcosmos de lo que ocurre en el país. Un estado donde el crecimiento se da en sectores desconectados, donde el empleo no siempre equivale a mejores condiciones de vida y donde las cifras de Inegi, aun siendo precisas, no alcanzan a capturar el deterioro emocional, social y comunitario que deja una economía fragmentada.

La recuperación, si existe, es un animal salvaje. Se mueve por instinto, sin dirección, sin proyecto. A veces embiste, a veces desaparece. Y mientras los funcionarios locales y federales se pelean por los titulares, los trabajadores de Zacatecas —los que levantan cada sector, los que hacen girar la rueda de la economía— siguen esperando una mejoría que no llega, atrapados entre la estadística que sube y la vida que no mejora.

Ningún número es inocente. Todos cuentan una historia. Pero para entenderla, hay que leer también entre líneas. Porque a veces los datos no mienten; simplemente no dicen toda la verdad.

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