La Casa de los Perros: Vivir en Guadalupe según Yale

CLAUDIA G. VALDÉS DIAZ

Cuando los enfrentamientos, ejecuciones y feminicidios azotan Guadalupe, nos llegan con el cuento de que, desde la Universidad de Yale, juran que para los guadalupenses la confiabilidad de los cuerpos policiales es lo máximo. Que en este municipio conurbado gobernado por Morena todo es felicidad.

Siempre que se habla de violencia, no sólo entre los zacatecanos, sino en todo el país, el municipio que llega a la mente es Fresnillo, pero resulta que, para habitantes de colonias como Tierra y Libertad, Villas de Guadalupe y la zona centro, esto no es del todo cierto. Ellos sufren en carne propia, todos los días, el ver pasar las patrullas recogiendo cadáveres.

Sólo ayer, la cabeza de una mujer fue hallada en la zona centro. El resto de su cuerpo fue tirado en una carretera vecinal en Tacoaleche.

Pero para los de Yale, pero más que nada para los del Ayuntamiento de Guadalupe, hoy encabezado por el interino César González Navarro, el que todos los días, sin excepción, se dé cuenta de una balacera, una persecución o una ejecución es más bien producto de la guerra entre cárteles, el pretexto favorito de las autoridades, que por la fallida labor de prevención del delito en el municipio.

El estudio de la universidad gringa habla de que son tantos los buenos resultados que hoy en día se cuenta con un fortalecido cuerpo policiaco en Guadalupe que hace su trabajo “de manera eficiente y con excelencia”. ¡Ande pues!

Además, en una intentona por dorar la píldora, desde el gobierno municipal morenista presumen en boletín de prensa que los estadounidenses concluyeron que, de 593 municipios en el país que fueron analizados, Guadalupe resultó ser el mundo ideal porque ahí sí se toman decisiones y hay estrategias para mantener a la ciudadanía a salvo.

Ojalá los estudiosos de Yale nos platiquen cómo es que, teniendo en Guadalupe a la mejor policía del mundo mundial, en los últimos 11 días sumamos, oficialmente, 17 muertos, algo así como 1.5 fallecidos en situaciones de extrema violencia al día.

Hablamos del feminicidio de Mireya, cuyo cuerpo destrozado fue encontrado en Villas de Mariana; o de los cuatro ejecutados al interior de un bar en la vialidad Arroyo de la Plata; y ni qué decir del policía ejecutado en Villas de Guadalupe.

Pero hay más, pues se dio cuenta de tres ejecutados en la Avenida Guerrero, en el corazón del Centro Histórico de este Pueblo Mágico; y de un hombre cuyo cuerpo descuartizado fue abandonado en Real de San Gabriel.

Y qué decir de la ejecución de un hombre a escasos metros de la Iglesia de la Piedra, sí, en el centro de Guadalupe, que al final desató una persecución que concluyó con una balacera en la carretera a Sauceda de la Borda en donde otro hombre murió a bordo de una camioneta.

Y para terminar este terrible recuento están los cuatro cuerpos que fueron encontrados a espaldas de la Conagua, sí, a escasos metros de la Zona Militar, y de la mujer cuyo cuerpo desmembrado fue tirado en la zona centro y en Tacoaleche.

Con estos resultados todavía se atreven a decir que en Guadalupe se vive en tranquilidad y paz gracias a la policía de primer mundo que dicen los gringos de Yale que encontraron. ¡Por Favor!

Que siempre no

Los diputados de Morena, comandados por Jesús Padilla Estrada, se quedaron con un palmo de narices y no lograron que el albazo legislativo para reformar la Ley del Issstezac pudiera ser incluido en la sesión del próximo martes 24 de agosto. Los legisladores del PRI, PAN y PRD, hoy satanizados por la prensa a modo, dijeron no y se mantuvieron firmes.

Fueron Perla Martínez Delgado, Karla Valdez Espinoza, Mónica Flores Mendoza, José Ma. González Nava, Pedro Martínez Flores y Luis Alexandro Esparza Olivares quienes propusieron una reserva para modificar el orden del día que felices los de Morena ya tenían, según ellos, arreglado.

Con esto, invariablemente, tocará a los nuevos diputados agarrar esta papa caliente y pagar el costo político de una reforma que, si bien es muy necesaria, no ha sido ni socializada, ni consensuada, ni nada de nada.

De este problemón, el más perjudicado es el próximo inquilino de La Casa de los Perros, pues él tendrá que enfrentar las consecuencias de años y años de corrupción, malos manejos y despilfarro que el Issstezac ha significado en Zacatecas. Ni modo.

Menos años

Fue en la misma sesión de la Comisión Permanente de la 63 Legislatura, en donde el diputado local Javier Calzada Vázquez presentó una iniciativa de Decreto para que el periodo del fiscal general de justicia no dure siete años. Que sean cinco mejor, dijo el legislador. ¡Ah! Y que además no se pueda reelegir en el cargo.

Dada la situación de extrema violencia que padece Zacatecas, el que un fiscal se quiera reelegir en el cargo por siete años resulta un despropósito. Esa chamba ni todos la quieren ni todos la aguantan.

Ser fiscal implica no sólo vivir en la zozobra personal, sino separarse por seguridad de su familia, lidiar con policías metidos en cosas raras, tratar con Ministerios Públicos con enjuagues personales y, además, tener que aguantar a diputados que son buenos para cuestionar, pero muy malos para trabajar.

Para Calzada Vázquez no hay evidencia alguna, ni oficial ni extraoficial, de que haya al menos un proceso iniciado para la revisión de los hechos presumiblemente constitutivos de corrupción del sexenio anterior, encabezado por el priísta Miguel Alonso Reyes. Es decir, quiere al exgobernador en la cárcel, pero mientras no haya pruebas contundentes en su contra, y todo sea de oídas, está difícil cumplir este capricho. Ni un fiscal que dure un día, ni otro que lo haga 14 años lo podrán hacer.

Entonces, como Francisco Murillo Ruiseco no ha encanado a Alonso Reyes, la mejor decisión es que a los cinco años se vaya para que llegue otro que sí demuestre, dijo el legislador, “mayor eficiencia en la procuración de justicia”. ¿Será?

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes

[email protected]