La Casa de los Perros: violencia escala en Zacatecas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

De por sí el inicio del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido desastroso en materia de seguridad –en 13 días suman ya mil 34 homicidios dolosos–, como para ello sumarle la crisis de inseguridad que como nube negra se posa sobre Zacatecas.

Porque no sólo se trató del secuestro de dos jóvenes hermanas en Fresnillo, a las que arrancaron de su hogar de manera muy violenta; privación ilegal de la libertad que gratamente culminó bien. Ellas están en su casa.

Los zacatecanos fueron testigos de un asesinato en la Plaza Bicentenario, a plena luz del día, a la vista de hombres, mujeres y niños que diariamente transitan por el lugar. Esta vez en un domingo familiar.

Por cierto, el escenario de este terrible acto de violencia es, irónicamente, una de las sedes del Festival de Teatro de Calle de la Paz.

Sólo unas horas después, en el fraccionamiento El Dorado, una mujer también fue asesinada. Estaba en un local de tostadas y ahí encontró a la muerte.

En ambos casos, hasta el momento, de los agresores no se sabe nada de nada. Huyeron, y la autoridad, muda, no ha dicho nada. Total, que el vaso siga llenándose con versiones de Inteligencia Artificial. ¡Qué más da!

Pero eso sí, de manera más que rauda y veloz, los de la Mesa que más aplaude en Zacatecas concluyeron que la víctima de la Plaza Bicentenario “presuntamente vendía drogas”. Caso cerrado.

Pero la violencia del domingo no paró ahí. Un joven de 20 años fue muerto a balazos en La Zacatecana, y una mujer fue asesinada en la cabecera municipal de Pinos, frente a una ferretería.

Así, mientras el representante del gobernador, Rodrigo Reyes Mugüerza presumía la celebración de los avances logrados en materia de seguridad, en sus elocuentes y felices honores a la bandera, la violencia hizo presencia en Jerez.

Y vaya que así fue. Un granadazo y balazos justo al frente de la Presidencia Municipal causaron pánico en la comunidad. Y más cuando un niño de 10 años fue herido cuando asistía a su primaria.

Taxistas atacados durante la mañana, acción que obligó al cierre de comercios, suspensión de clases y de actividades en la alcaldía jerezana prendieron las alertas.

Aunque, seamos sinceros, ya la mesa que más aplaude había alertado no sólo a las autoridades de Jerez, sino a los 57 restantes de que esto sucedería.

El problema es que, preocupados y ocupados en alardear triunfos que sólo están en la cabeza de la nueva gobernanza, la sociedad percibe que atender lo realmente urgente habría pasado a un segundo término.

Lo primordial es buscar la forma de taparle el ojo al macho y fin de la historia.

Porque, aferrados como son en la mesa que más aplaude eludieron otorgar la información correcta. Esquivaron hablar con la verdad. Tuvo que ser el fiscal general de Justicia, Cristian Camacho Osnaya, quien confirmó que sí, que los atacantes detonaron un “artefacto explosivo”. Que los actos de violencia escalan, y escalan, y escalan.

Porque, reconoció, este año se han asegurado más explosivos de ese tipo en territorio zacatecano a integrantes de un grupo delincuencial originario de Jalisco, léase el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Tristemente la recomendación es que los ciudadanos se cuiden, se mantengan alertas e informados.

Porque eso de disfrutar lo votado ya no está resultando para nada agradable.

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