La Casa de los Perros: Un fajo de billetes
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Una vez más fue el inquilino de La Casa de los Perros quien desveló que su gobierno se encuentra sumido en la inercia de los moches, y todo porque empresarios, constructores y proveedores se quedaron con la insana costumbre de dar para recibir.
Durante el gobierno de Miguel AlonsoReyes, no hubo empresario que no aludiera el haber sido objeto de extorsión por parte de funcionarios y hasta miembros de la familia del gobernante, si es que su deseo era recibir un contrato.
Se habló siempre de un moche de hasta el 20% del total del contrato, sin embargo, todos los que se vieron involucrados en estos actos de corrupción jamás denunciaron. Obvio no lo haría, ellos formaron parte del entramado y, por lo tanto, también tenían que recibir el castigo correspondiente. Por ello, optaron por lo más cómodo: El silencio cómplice.
Alejandro Tello Cristerna, cuando se debatía la posibilidad de cobrar el Impuesto Ecológico, fue el primero en asegurar que había recibido la jugosa oferta de bajar el tema a cambio de varios millones de dólares. Él no habría recibido nada y todo quedó en la denuncia mediática. En esta ocasión las poderosas mineras eran las involucradas.
Ahora, nuevamente es Tello Cristerna quien contó la anécdota de que, a la hora de la comida, Cristina Rodríguez Pacheco, su esposa y presidenta honorífica del SEDIF, se había sentado a la mesa mostrado un fajo de billetes que un par de funcionarios de esa dependencia recibieron como agradecimiento por la obtención de un contrato.
Fueron Cecilia y Paco los servidores públicos que no resistieron la tentación al ver el dinero en el escritorio y no supieron decir no, simplemente lo tomaron. Quizás la fuerza de la costumbre los hizo actuar así, tan a la ligera. Obviamente, el discurso de Tello Cristerna los habría hecho recapacitar y, temerosos de perder su empleo optaron por entregar el recurso a Rodríguez Pacheco.
Al salir a la luz el incidente, y tras una semana, hoy se sabe que la Secretaría de la Función Pública (SFP) ha iniciado una investigación. Fue la misma Cristina Rodríguez quien lo confirmó, aunque debido al sigilo de las pesquisas, no pudo proporcionar más datos como la denominación de la empresa o el nombre del acomedido vendedor.
Según lo platicó la esposa del gobernador: “llegaron y dijeron (Cecilia y Paco), doctora, vino uno de los proveedores y en esta ocasión hemos hecho todo con absoluta transparencia, llegó y nos dijo, estamos muy sorprendidos, estamos muy agradecidos por la forma en que han trabajado, habíamos sido relegados como empresa desde hace mucho tiempo, no se nos había dado acceso ni siquiera para aspirar a concursar y le estoy muy agradecido”.
Y así, sin más, dejó caer el agradecimiento ante los funcionarios. Hoy, el monto del moche también es parte de la investigación y, por lo mismo, un secreto, pero los ciudadanos, enterados ya del acto de corrupción, piden que Paula Rey Ortiz Medina, por una vez en la vida, haga su trabajo y entregue, a la brevedad, no sólo el producto de sus averiguaciones, sino que acuda ante la instancia correspondiente y presente la denuncia que el caso amerita.
Por lo pronto, la presidenta honorífica, dijo, exigió al empresario que entregó el fajo de billetes, que no lo vuelva a hacer y que si era su deseo seguir trabajando «con ellos», esto no debía volver a ocurrir.
Pero, el nivel de corrupción que se vive en Zacatecas ya no está para reprimendas, es urgente actuar y marcar un precedente. El proveedor debe ser castigado, mínimamente por cohecho, y Cecilia y Paco, al recibir el fajo de billetes también. Ellos se hicieron del delito al tomar el recurso, aunque después, con la conciencia por los suelos, lo hubieran devuelto. Ni modo. La ley es la ley y hay que hacerla valer. Caiga quien caiga.
Luto
El homicidio, en el centro de Culiacán, en Sinaloa, del reconocido periodista Javier Valdez Cárdenas, estremeció nuevamente las redacciones de todos y cada uno de los medios de comunicación en México. Su nombre se suma al de Maximino Rodríguez, Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach y Filiberto Álvarez, quienes este 2017 fueron asesinados. Sus casos siguen impunes.
A Enrique Peña Nieto, esta terrible situación le mereció escribir dos tuits en los que nada nuevo dice, y al contrario, delega nuevamente en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) la investigación.
Pero no se puede olvidar que esta instancia tiene el 97 por ciento de ineficacia. No se debe callar el hecho que Ricardo Celso Nájera Herrera, quien estaba al frente de esta área, ganó 3.4 millones de pesos como salario y no hizo nada. Se fue así, tranquilo, con los bolsillos llenos, luego que el pasado viernes fuera destituido. Ahora nombraron a Ricardo Sánchez Pérez del Pozo.
Balbina Flores, representante en México de Reporteros sin Fronteras, remarca que ante el escándalo de los periodistas asesinados, “Peña Nieto tendría que estar en Congreso diciendo qué pasa y qué medidas piensa tomar ante esto”. Obvio esto es un sueño guajiro. Nunca pasará.
Por lo pronto, las condolencias llueven. Las muestras de solidaridad son muchas. Pero mañana, lo puedo asegurar, esto se olvidará hasta que otro compañero caiga por las balas de la corrupción, la impunidad y el intento de silenciar y coartar la libertad de expresión.
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