La Casa de los Perros: Tambores de guerra
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Tambores de guerra suenan al interior de la LXII Legislatura, luego que la diputada de Morena, Mónica Borrego Estrada, como presidenta de la Comisión de Grupos Vulnerables, decidió repartir cuatro millones de pesos a cuatro asociaciones civiles, dicen los diputados, «de su contentillo», y se le olvidó que había un acuerdo aprobado por todos los diputados para que ese recurso se entregara a los habitantes de Rincón Guadalupe y sus Casas Mazapán, y a los ex braceros.
Los vecinos de este fraccionamiento, que llevan 12 años padeciendo las de Caín, acudieron a la sede del Poder Legislativo, para que los diputados les explicaran qué había pasado con el apoyo prometido, y ahí se enteraron que la de Morena le entregó al Grupo Tiempo de Vivir AC, Albergue y Centro de Vinculación Social, que representa Margarita Juárez Jaramillo y Tania González Juárez, un millón 347 mil 900 pesos.
Para la Fundación Sonia Félix Cherit, Cassa Engracia AC, la comisión legislativa destinó 804 mil cien pesos; y para la Rondalla zacatecas, que representa Rito Domínguez, 384 mil pesos.
Finalmente, se cerró con broche de oro con un apoyo de un millón 464 mil pesos para el Colectivo para la Equidad y Defensa de los Derechos de las Mujeres Techiyaliztli AC, que representa la ex diputada y esposa de José Narro Céspedes, Eugenia Flores Hernández.
Este acuerdo de la Comisión de Grupos Vulnerables fue aprobado por la propia Mónica Borrego, así como por la panista Lorena Oropeza, la priista Patricia Mayela Hernández, y la del Verde Ecologista, Guadalupe Flores Escobedo, por ello, una vez cumplido este trámite, se envió la orden de hacer la distribución de los recursos a la Secretaría de Finanzas (Sefin), el 17 de abril de 2017.
La cuestión es que, en ese tiempo, estaba en funciones la Comisión Permanente, y por lo tanto, el presidente Carlos Sandoval era el único diputado facultado para solicitar a Jorge Miranda, titular de Sefin, la repartición del recurso, de otra forma, cualquier acto realizado tanto por Mónica Borrego como por Jorge Miranda, no tiene validez.
Hoy, los diputados Isadora Santiváñez y Osvaldo Ávila, quienes han trabajado con las 274 familias de las Casas Mazapán, hacen las gestiones necesarias para que se dé marcha atrás a este omiso acuerdo y se haga justicia. Ahora solo falta que los ex braceros se enteren que fueron ignorados por la diputada de Morena, quien en la reunión aceptó «su error», para que se arranquen con sus movilizaciones.
Lucha partidista
Este viernes se llevará a cabo en Guadalupe, la elección de 294 militantes que integrarán el Consejo Municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el dirigente de Antorcha Campesina, Osvaldo Ávila Tiscareño, no está dispuesto a permitir que lo ignoren y únicamente le otorguen un lugar, cuando ha sido el diputado más votado en la historia del distrito.
La maniobra para apoderarse del control del Consejo Municipal la lleva a cabo Héctor Arturo Bernal Gallegos, secretario general de la CNOP –organización que para sorpresa de propios y extraños, aún existe–, de la mano del regidor y dirigente en Guadalupe del tricolor, Emilio Escobedo.
Como el problema ya escaló, el dirigente estatal, Roberto Luévano tuvo que entrar al quite, sin embargo, tampoco ha logrado resolver nada, de ahí que los antorchistas se preparan para apoderarse esta tarde de las instalaciones del Comité Ejecutivo Estatal del Revolucionario Institucional, hasta que les sean respetados sus derechos.
Y es que, se debe ser honesto, sin el impulso que Antorcha Campesina dio al PRI, en la pasada elección, quién sabe qué hubiera pasado con ese partido en la demarcación. Seguramente estaría durmiendo el sueño de los inocentes desde la oposición.
Por lo pronto, Héctor Bernal, ex alcalde de Ojocaliente y quien por cierto impugnó la candidatura a diputado de Le Roy Barragán, quiere sus cinco minutos de fama y anunció que emprenderá una campaña para defender a la esposa del gobernador, Cristina Rodríguez Pacheco. Con estos amigos…
Envidiosos
El trabajo que realiza el alcalde de Guadalupe, Enrique Flores Mendoza, ha alcanzado una alta aceptación por parte de la población, que cada día observa el mejoramiento en los servicios públicos, así como la atención personalizada de parte del mismo presidente municipal.
Cuando uno camina las calles de Guadalupe percibe gran movimiento comercial, lo que quiere decir que hay circulante, lo que necesariamente implica que el trabajo en este municipio se está haciendo sin mucho aspaviento, sin alharacas y hasta cierto punto con mucha discreción.
Pero, obviamente, cuando alguien trabaja de inmediato se nota, razón por la cual ya generó en algunos funcionarios que no funcionan y que no han dado resultados, a pesar del pago de un injusto e inmoral estímulo a la productividad, una envidia enfermiza.
Es el caso del sujeto que cobra como coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, quien enfermo de odio como está, acudió a la oficina del alcalde Enrique Flores a exigirle que, a partir de ya, no sólo deje de trabajar al mismo ritmo, sino que omita emitir tantos comunicados de prensa porque «ya luces más que el mismo gobernador».
Lo que se olvida es que cuando hay trabajo que reportar, la información fluye sola, pero cuando los resultados no existen, pues no se puede mas que emitir insulsos pies de nota de unos dos párrafos, cuando bien les puede ir, y párele de contar. Sería bueno que en lugar de intentar –sin éxito, lo reitero– prohibir que la gente que trabaja brille como lo merece, mejor se ocupen en superar sus miserias.
Nos vemos el lunes
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