La Casa de los Perros: Se le acabó el negocio a Nicolás Castañeda
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
En el proceso electoral del 2016, el Partido Encuentro Social (PES) participó en Zacatecas y no sólo alcanzó más de 25 mil votos, sino que además logró conservar su registro con un 3.97 por ciento de la votación.
Con este resultado, obtuvo el derecho a recibir prerrogativas por tres millones, 553 mil 425 pesos y, además, por primera vez en la historia logró su primera diputación en el Congreso local, la cual quedó en manos de Iris Aguirre Borrego, fundadora del PES y, anteriormente, candidata a diputada federal por el Distrito I.
El trabajo que desde el 2014 llevaron a cabo los de Encuentro Social en todo el país, y obvio en Zacatecas, para conseguir el registro, es decir asambleas distritales y estatales, si bien no colocaba a este Partido de ultraderecha en una posición ganadora, sí lo ubicaba en el escenario político, ese mismo que lo llevó a coaligarse, en el proceso electoral de este 2018, con el Tsunami Morena que encabezó Andrés Manuel López Obrador.
Y todo hubiera resultado bien si el dirigente nacional, Hugo Éric Flores Cervantes, no hubiera creído a ciegas en el escenario muy sobrado que le supo vender Nicolás Castañeda, y que hizo a un lado a quienes, sin recursos, consiguieron en un inicio que el PES obtuviera un lugar en la mesa del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ).
Y es que, con las prerrogativas en la bolsa, Nicolás Castañeda y su séquito no sólo se pagaron sueldazos y montaron super oficinas, sino que dejaron sin recursos a los candidatos que no recibieron ni agua, por ello los únicos espectaculares que se veían en el estado eran los que tenían la fotografía de Nico y Kike Rayas, quienes no sólo se veían, sino que lo presumían, el uno, coordinando la importante bancada que conforma el PES en San Lázaro, y el otro, sentado cómodamente en la curul que tanto el Partido Revolucionario Institucional (PRI), como el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) siempre les negaron.
Tras una elección desastrosa, Encuentro Social obtuvo el 1 de julio, en el cómputo de la elección de diputados, ese que da el registro a nivel estatal, 11 mil 225 votos, es decir, 14 mil votos menos de los que se lograron en el proceso electoral pasado. El porcentaje bajó hasta el 1.55 por ciento, con lo cual perdió, irremediablemente el registro. Ahora, ya sin dinero, los que sólo vieron un negocio en Encuentro Social se marcharán dejando con un palmo de narices a la verdadera militancia, que la hay, en Zacatecas.
Para muchos, Encuentro Social enarbola banderas como la negativa rotunda al aborto y a los matrimonios entre personas del mismo sexo, que no tienen cabida en estos tiempos de modernidad, pero esos muchos también olvidan que un sector importante de la sociedad así piensa y tenemos que respetarlos. Si todos pensáramos igual, esto sería el acabose.
Hoy, los militantes que sí están comprometidos con la ideología de Encuentro Social ya comienzan, claro está, sin Nicolás Castañeda y su séquito, a trabajar para recuperar su registro y poder, en tres años, estar listos para dar la batalla en las urnas. La lección fue aprendida.
Momentos de reconciliación
No hay plazo que no se cumpla y ayer, en el Colegio de Ingenieros Civiles en la Ciudad de México, el inquilino de La Casa de los Perros tuvo que verse de frente con el futuro presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Para nadie resulta desconocido que, como militante del PRI, Alejandro Tello Cristerna se dedicó a promover la candidatura del priista José Antonio Meade en Zacatecas. Era su gallo y así lo expresó en decenas de tuits que escribió y publicó en su red social.
Igualmente, no se pueden olvidar los mensajes vía Facebook que su esposa, Cristina Rodríguez Pacheco, escribió pidiendo a los zacatecanos unirse a cadenas de oración para que el socialista no ganara.
Todos lo entienden, eran tiempos de campaña y en la guerra y las elecciones, todo se vale.
Ahora, Andrés Manuel López Obrador, convertido ya en el virtual presidente de México, ha dedicado gran parte de sus primeros 10 días, después de haber arrasado en las elecciones, en promover la reconciliación entre los mexicanos. Él quiere ser un gran presidente y ocupa de todos, de todos, para lograrlo.
Por ello, atendiendo la invitación del gobernador de Chiapas y presidente de la Conago, Manuel Velasco, López Obrador se reunió con el jeje de gobierno de la Ciudad de México y 29 gobernadores, entre los que, por supuesto, estaba el de Zacatecas.
Y como el presidente, es el presidente, todos se cuadraron ante quien, a partir del 1 de diciembre, despachará desde Palacio Nacional. Así es la democracia y hay que acatar la decisión de la mayoría.
Nadie pone en duda que el momento del apretón de manos entre Tello Cristerna y López Obrador tuvo que ser muy incómodo, pero cuando está de por medio Zacatecas, hay que hacer de tripas corazón. Y el sacrificio bien lo vale.
Ahora, la esperanza de los zacatecanos es que se limen las asperezas y, con altura de miras, como la que ha demostrado Andrés Manuel López Obrador, se trabaje en unión para que por fin le vaya bien a Zacatecas, porque los años pasan y pasan y las cosas nomás no funcionan.
Por lo pronto, Alejandro Tello adelantó que la gira que realizará el próximo presidente en septiembre a Zacatecas, la llevarían a cabo juntos. Sin duda, si esto sucede, será una señal de civilidad política digna de aplaudir.
La super coordinadora
Por cierto, quien anda que no lo calienta ni el sol es el todavía diputado por Morena, Luis El Oso Medina, quien el 2 de julio, una vez que el triunfo de López Obrador estaba más que cantado, corrió del Acrópolis a La Casa de los Perros a ofrecer sus servicios como intermediario entre el virtual presidente y el inquilino en turno.
Nunca se imaginó que si habrá alguien con quien Alejandro Tello tendrá que tratar todos los asuntos relacionados con el nuevo gobierno federal es con Verónica Díaz, quien ya ha sido designada por el propio Andrés Manuel, como la super coordinadora estatal de los programas sociales que maneja la Federación. Es decir, cuando el gobierno estatal ocupe recursos, aprobación de proyectos y demás, la única que tendrá la última palabra será justamente la morena de cepa.
Por fin dirán adiós todos los delegados que, por temor a ser despedidos a petición del gobernador en turno, que en muchos de los casos opinaba sobre su nombramiento, sólo asistían a las oficinas a cobrar y no obedecían a su verdadero jefe que, todavía hoy, vive en Los Pinos.
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