La Casa de los Perros: Pininos diferentes
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Al final, el inquilino de La Casa de los Perros se ha inclinado por impulsar a jóvenes inexpertos y sin ninguna relación política, como quien dice unos desconocidos, para que hagan sus pininos en el Gobierno del Estado. Total, quedan tres años de administración diferente para seguir aprendiendo.
Y es que alguien le dijo al gobernador Alejandro Tello Cristerna que era el momento de dar a luz a su propia camada de políticos y, así, dejar un legado que se preserve por los siglos de los siglos.
Lo que no le explicaron al contador es que, a tres años de que su quinquenio concluya, y dados los bajos niveles de confianza y aceptación que tiene entre los zacatecanos, esa simple y sencillamente no era la mejor idea.
Es correcto que Tello Cristerna quiera dejar tras de sí a un grupo que, dentro de algún tiempo, alguien identifique como los tellistas, pero dado su evidente distanciamiento con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sus innumerables sentencias de que él “no es político”, sus deseos de concluir el mandato y marcharse a hacer “lo que de verdad le gusta” que es estar con su familia en alguna ciudad de Texas, así como el paso gris de la mayoría de su gabinete y una carrera por la sucesión por demás adelantada, en los pasillos de este vetusto edificio se preguntan si más le hubiera valido arroparse en la experiencia de “sus correligionarios”, más que en crear su propio kinder.
Ayer dio posesión al ex alcalde de Zacatecas y ex candidato priista que perdió el pasado 1 de julio, Carlos Peña Badillo, como nuevo director del Instituto Zacatecano de Educación para los Adultos (IZEA), y ya muchas son las voces que adelantan que, desde esa muy menor posición, el activo ex diputado local será capaz de sacarle provecho al puesto y, evidentemente, adelantar en la carrera por la candidatura a la gubernatura a un insípido Adolfo Bonilla Gómez, y obviamente a un inhábil Jehú Salas Dávila.
Ambos funcionarios, uno desde la Secretaría del Campo –con millones y millones de pesos de presupuesto–, y el otro desde la Secretaría General de Gobierno, no han logrado sacar un buey de la barranca, y al menos este 2018 lo terminarán en la obscuridad de sus oficinas envueltos en el torbellino de las vacaciones decembrinas, las posaditas y la potente llegada del nuevo Gobierno Federal, con Verónica Díaz Robles como super delegada, quien forjada en la talacha sabe que el tiempo es oro y la hora de hacer sentir el poder es esta. Sin vacaciones, sin días festivos y, mucho menos, sin sábados y domingos familiares.
Por lo pronto, personajes como David Monreal Ávila, José Narro Céspedes, Ulises Mejía Haro y el propio Alfonso Ramírez Cuellar se roban la agenda diaria sin que nadie se los impida, mientras los zacatecanos siguen inmersos en esquivar balaceras, persecuciones y ejecuciones en todo el estado.
Zacatecano de altos vuelos
Ayer, Jorge Álvarez Máynez fue elegido secretario general de Movimiento Ciudadano. El ex diputado federal hizo del conocimiento de propios y extraños, a través de sus bien manejadas redes sociales, hizo el anuncio de su designación acentuando que “los cargos no definen a las personas, sino sus causas y principios”.
Por lo pronto, el consentido del senador y dueño de la franquicia, Dante Delgado, se erige como otro zacatecano de altos vuelos que tendrá la oportunidad de seguir creciendo y, por qué no, ayudar a su estado desde esa nueva palestra.
Preocupación
Al interior de La Casa de los Perros crece la preocupación porque la Presa San Andrés, que tantos dolores de cabeza ha dado a esta administración diferente, ni con el cambio de nombre en honor del futuro presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, logró formar parte de la primera lista de prioridades en el Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2019.
Y es que, si bien la obra es harto necesaria para los zacatecanos, no fue vista con el mismo entusiasmo por parte de López Obrador, quien evidentemente con otras prioridades, tiene cierto que Zacatecas ni es un nicho de votos, ni tampoco una entidad a la que deba pagarle ninguna clase de amor.
Tan es así la cosa que se prefirió mejor incluir la ampliación de la autopista Zacatecas-Aguascalientes, obra de infraestructura que beneficiará enormidades a la boyante entidad vecina en donde López Obrador, y a pesar del gobierno panista de Martín Orozco, tiene mayor penetración que la tierra colorada de López Velarde.
Así, la obra cumbre de este quinquenio pende de un hilo y está en manos del humor de zacatecanos como Ricardo Monreal, Soledad Luévano, Geovanna Bañuelos, Mirna Maldonado, Alfredo Femat, Samuel Herrera y, sobre todo, Alfonso Ramírez Cuellar, quienes finalmente decidirán si le cumplen a Alejandro Tello, o se aguantan al siguiente sexenio para concluirla y, obvio, cortarle el listón.
Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes