La Casa de los Perros: Peña Nieto y el poder del dinero
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Para la mayoría de los zacatecanos fue una sorpresa el hecho de que Enrique Peña Nieto, el presidente del 12% de aceptación entre los mexicanos, interpusiera vía su consejero jurídico, Humberto Castillejos, una controversia constitucional en contra del Impuesto Ecológico. Pero de verdad ¿no lo esperaban?
Desde que Peña Nieto se hizo del Poder Ejecutivo, gracias mayoritariamente hablando a los zacatecanos, su mirada jamás ha estado en esta tierra colorada. Nunca Zacatecas le ha importado, y eso lo saben muy bien, y desde hace años, no sólo los nobles habitantes de esta entidad, sino todos los que orgullosos se visten de priistas.
El que dice ser esposo de La Gaviota, una actriz ganadora del premio TV Novelas, por sus candentes escenas en la televisión mexicana, y que como «primera dama» a la menor provocación se compró millonaria Casa Blanca que presumió al empobrecido pueblo, pone con su decisión al Gobierno del Estado, y con ello a todos los que aquí vivimos, en una encrucijada.
Son al menos nueve mil maestros los que podrían no recibir su pago en abril, lo que sin duda hará que Oaxaca sea un día de campo en comparación de las movilizaciones que aquí tendremos que padecer. Además, unos tres mil trabajadores de la salud se unirían jubilosos a esa fiesta.
Cuando Ricardo Monreal Ávila gobernaba, tenía en contra al priista Ernesto Zedillo viviendo en Los Pinos, y a Zacatecas le fue bien. Cuando Amalia García Medina estaba al frente de la administración estatal, los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón le brindaron apoyo total a su mandato. Los dos eran gobernadores de oposición y las cosas marcharon a todo dar.
Bastó que llegara Miguel Alonso, vestido de tricolor, para que el Poder Ejecutivo de la Nación, también tricolor, volteara su mirada a otro lado. Y eso que eran ex compañeros de universidad y hasta amigos. Cuando nuestro nuevo inquilino de La Casa de los Perros hizo su aparición, las cosas no cambiaron. el desdén se dejó sentir con sabor a ingratitud.
Aquí, Alejandro Tello Cristerna, tras los saqueos por el gasolinazo que se dieron en todo el país, menos en Zacatecas, recibió las primeras señales. Marinos y elementos de la Policía Federal se fueron a contener el descontento social, sobre todo en el centro del país y abandonaron el estado. La ola de violencia es hoy cosa de todos los días. Pero eso a Peña Nieto no le importa.
El gobernador, al solicitar recursos para salir de la difícil situación económica recibió una respuesta: Rásquense con sus propias uñas, pero cuando lo intentó hacer, vía Impuesto Ecológico, recibió el mensaje certero, a todos se puede tocar, menos a los que con la mano en la cintura ofrecen sobornos millonarios y en dólares. O a poco creía el lector que esos billetes verdes no tendrían pronto un destinatario. ¡Por favor!
Con una rudeza innecesaria y sin la menor cortesía política, Peña Nieto, ese al que ningunea el presidente estadounidense Donald Trump, acude a escondidas a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que los magistrados invaliden la posibilidad de cobrarle a quienes durante años han saqueado la riqueza natural de Zacatecas. Ellos son ricos, poderosos y, por lo tanto, los verdaderos amigos del jefe del Ejecutivo más corrupto en la historia de México.
El panorama del Impuesto Ecológico se ve muy difícil, podríamos decir que es cosa juzgada, pues se suma a las 291 controversias constitucionales que tienen en el escritorio los magistrados de la SCJN. Un pleito que llevaría años y que no vale la pena seguir cuando el final ya se sabe. El poder del dinero es el poder del dinero. No hay vuelta de hoja. Para qué nos hacemos.
Hoy, Tello Cristerna está en la Ciudad de México, se reunirá con Miguel Ángel Osorio Chong, quien trabaja en la Secretaría de Gobernación y que en las encuestas no le pisa ni los callos al de Morena, Andrés Manuel López Obrador, en la carrera presidencial.
El gobernador, como lo escribió en su cuenta de Twitter, va en busca de «alternativas» para cumplirle a los zacatecanos, a quienes pidió «apoyo y confianza» para no dejar a Zacatecas a la deriva.
Va a la Ciudad de los Palacios a enfrentar una situación harto difícil, y va solo, pues ni de chiste podrá contar con el apoyo de los legisladores federales del PRI y del PVEM, ellos también están rendidos al poder del dinero.
Quizás sea el momento en que los zacatecanos, hartos de que esas empresas millonarias sigan explotando de manera indiscriminada no sólo la tierra, sino también a los trabajadores; hartos de que un presidente como Enrique Peña Nieto siga dándole la espalda a esta noble y bien pobre entidad, apoyen a su gobernador, finalmente por él votaron.
Por lo pronto, el 2018, para el PRI en Zacatecas ya es cosa perdida. Aquí está la oportunidad de sacudirse esas pulgas que desde que regresaron al poder, nada bueno han dejado.
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