La Casa de los Perros: Paro magisterial en Zacatecas, el fracaso de un gobierno que prometió y no cumplió

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

El reciente paro magisterial, y la marcha que hoy sucederá, ha puesto en jaque al sistema educativo estatal, dejando sin clases a 234 mil alumnos de educación básica y exponiendo una vez más las deficiencias de un gobierno estatal incapaz de resolver conflictos de manera oportuna y eficaz.

La toma de instalaciones de la Secretaría de Educación y Finanzas, así como de dependencias estatales, municipales y el Congreso, encabezada por la Sección 34 del SNTE en Zacatecas, ha sido la respuesta desesperada de un gremio que, con justa razón, exige el cumplimiento de compromisos que el gobierno del inquilino de La Casa de los Perros ha dejado en el olvido.

El detonante: la falta de pago de becas para los hijos de cerca de tres mil docentes, una prestación que debió haberse cubierto en 2024 y que asciende a 3.5 millones de pesos.

La ineficiencia gubernamental ha generado una paralización masiva que afecta no sólo a los maestros, sino a miles de estudiantes y familias zacatecanas.

El gobierno estatal, en lugar de asumir su responsabilidad, ha optado por descalificar la protesta, acusándola de tener tintes políticos.

David Monreal Ávila ha manifestado que no existen campañas electorales en curso y ha insinuado que los intereses detrás de la movilización son perversos. Sin embargo, esta narrativa no convence a un magisterio que ha sido testigo de promesas incumplidas y falta de voluntad política.

La secretaria de Educación, Gabriela Pinedo Morales –recordada por su pésimo desempeño como secretaria general de Gobierno, cargo que dejó en abril del 2023 para regresar a su curul en la LXIV legislatura, y que hoy es premiada con este puesto en el que suma apenas 17 días –, ha declarado que es imposible atender el pliego petitorio debido a que el presupuesto de 2024 ya fue ejercido.

Este argumento sólo refleja una falta de planeación y previsión por parte de las autoridades, quienes ahora se ven atrapadas en su propia ineficiencia administrativa.

El ofrecimiento de dar una fecha de pago el pasado domingo fue rechazado por el SNTE, que exige compromisos firmes y no meras promesas.

La negativa del gobierno a brindar soluciones inmediatas ha prolongado un conflicto que podría haberse evitado con diálogo efectivo y cumplimiento oportuno de los derechos laborales.

La situación se agrava con el anuncio de un paro indefinido por parte de la Sección 58 del SNTE y el Sindicato Independiente de Trabajadores de Telesecundaria, a partir del lunes 17 de febrero, ante el incumplimiento en el pago de salarios y prestaciones por parte del Gobierno de Zacatecas, evidenciando aún más la falta de seriedad del gobierno estatal.

Mientras los dirigentes magisteriales, hoy no a modo de la ya fallida nueva gobernanza llaman a la unidad y exigen respeto a sus derechos, el gobierno de Zacatecas se mantiene en una postura defensiva y poco resolutiva.

La educación, lejos de ser una prioridad, parece ser una víctima más de la incapacidad gubernamental. La falta de sensibilidad y voluntad política han sumido al estado en una crisis educativa que podría tener repercusiones aún más graves si no se toman acciones inmediatas.

La fallida nueva gobernanza enfrenta serias críticas por su manejo de los recursos públicos, especialmente en el ámbito educativo, y se limita a justificar su incapacidad financiera alegando falta de recursos.

Sin embargo, los datos revelan una realidad preocupante: Zacatecas ocupa los últimos lugares en inversión por alumno en todos los niveles educativos.

Hoy el estado invierte apenas mil 763 pesos por alumno de preescolar; mil 511 en primaria, y 790 en educación superior, cifras muy por debajo del promedio nacional. Esto sin duda contrasta con los tres mil 652 millones de pesos destinados a la construcción del segundo piso del bulevar, una obra cuestionada por especialistas y ciudadanos por su innecesaridad y alto costo.

La falta de prioridad hacia la educación es evidente. Mientras se recortan presupuestos en salud, seguridad y mejoramiento de caminos, se desvían fondos a proyectos faraónicos que no benefician a la población.

El gobierno argumenta «ahorros» para justificar estas decisiones, pero resulta difícil creerlo cuando los trabajadores de la educación y otros sectores sufren recortes y atrasos en sus pagos.

La inversión en educación no es un gasto, es una necesidad urgente para el desarrollo del estado. Zacatecas merece un gobierno que priorice a su gente, no obras innecesarias que solo benefician a unos cuantos.

En medio de este caos, la fallida nueva gobernanza, en voz de Rodrigo Reyes Mugüerza, secretario de Gobierno, y por instrucciones del gobernador, dijo que decidieron «garantizar el derecho» a la manifestación de los docentes, a la que se han unido productores de frijol y colectivos sociales. Un gesto que, más que un acto de apertura democrática intenta ser una estrategia para limpiar su deteriorada imagen pública.

Porque nadie puede, ni debe olvidar que el mismo Rodrigo Reyes permitió a las mujeres manifestarse el 8 de marzo, con las consecuencias que todos conocemos: abuso, humillación y golpes sin castigo hasta hoy para nadie.

En este contexto, la decisión de «permitir» una manifestación pacífica suena casi cínica. No se trata de un acto de buena fe o de respeto a los derechos ciudadanos, sino de un intento burdo por disfrazar su inoperancia.

Hoy Zacatecas tendrá una nueva probadita de la ingobernabilidad que, desde el 12 de septiembre de 2021, padece. Pero por eso fue por lo que votaron ¿o no?

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