La Casa de los Perros: Ninguneados y… desalojados
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
El Poder Judicial en México agoniza.
No sólo es ninguneado, atacado, insultado, atormentado, acosado, descalificado, amenazado. Ahora también, en Zacatecas, hasta desalojado.
La ministra Norma Piña Hernández rindió ayer su segundo y último informe. Y con él una era del Poder Judicial que difícilmente volveremos a ver.
El pasado 5 de noviembre, el voto del ministro Alberto Pérez Dayán impidió a la Corte invalidar la reforma judicial. Con ello, el bloque mayoritario en la Suprema Corte de Justicia de la Nación quedó completamente derrotado junto con los miles de trabajadores que salieron a las calles a protestar.
Se anuló la autonomía del organismo. Se acabó lo que se vendía y punto.
Con la ausencia de los titulares del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo –los que acuden en representación de… no cuentan– la ministra ratificó que la judicatura fue atacada, amenazada y desprestigiada por actuar como tribunales independientes ante casos prioritarios para la Presidencia y el partido en el poder.
Para el que dice que se fue era todo o nada. Sigue siendo. Y como la Suprema Corte de Justicia no se prestó a sus caprichos, ayudado por una mayoritaria artificial, la borró de un plumazo. Tan fácil como eso.
Desde el show de las mañanas, López se dedicó a lo que bien sabe hacer: acusar sin pruebas.
Y, claro está, a vengar afrentas a su investidura que nadie más que él mancho una y otra vez.
Por ello, la ministra Piña Hernández lo dijo claro: “Las coincidencias entre ataques y amenazas a la judicatura federal y a sus integrantes, y el legítimo ejercicio de nuestra función jurisdiccional se hicieron patentes cuando frente a decisiones contrarias a los intereses del gobierno se nos llamó ‘traidores al pueblo’”.
Porque para el expresidente, lo peor que la ministra Norma Piña pudo hacer fue no ponerse de pie ante su presencia, aplaudirle, besarle la mano, gritar rabiosamente “es un honor…”. Su labor como profesional del Derecho no cuenta. Lo importante era rendir pleitesía y acatar órdenes. Nada más.
Y sí, los problemas para la judicatura empezaron con sus sentencias independientes. De ahí en adelante, desde el púlpito de Palacio Nacional, ir en contra del proyecto político de López valió para “ser acusados de traidores, corruptos, aliados de minorías rapaces, de la delincuencia organizada y de cuello blanco”.
O estás conmigo o estás contra mí. Simple y sencillo.
Porque, seamos honestos, aunque cueste, las palabras de Norma Pila están cargadas de verdad: la Reforma Judicial se forjó en una falsa e infundada narrativa que se repitió lo suficiente hasta convertirse en verdad, apelando a las emociones, creencias y sentimientos para influir en la opinión pública para desacreditar y contradecir los hechos objetivos y verificados.
Y sí, como en tiempos de Hitler y Joseph Goebbels: una mentira mil veces dicha, se convierte en una gran verdad.
Esta animadversión promovida desde Palacio Nacional va más allá de lo que creemos. Hoy los juzgadores se encuentran entre la espada y la pared. Y al ser maltratados por el poder político, terminan siendo ninguneados por el poder de los malos.
Hoy la delincuencia organizada los tiene en la mira. Los avasalla, los mangonea. Ha sido tan disminuida su autoridad que ya no valen nada.
Por ello son decenas de magistrados y jueces los que han decidido que su carrera judicial llega a su fin este 2025. Ni les interesa participar en la simulación que llaman elección judicial, ni mucho menos desean formar parte de un Poder Judicial al servicio de los intereses de una sola persona.
Y para quien dudaba que hoy al Poder Judicial se le puede hacer lo que le venga en gana, ¡zaz!, que aparece el Poder Legislativo de Zacatecas con su orden de desalojo.
Sin mas ni más, el diputado de Morena, Jesús Padilla Estrada, sometió a votación un Punto de Acuerdo, que al final fue aprobado por unanimidad, para solicitarle amablemente al Poder Judicial abandonar la Casa de la Mala Noche porque los verdaderos dueños la necesitan.
Claro, ellos son buenos y les otorgan 90 días antes de que sean echados de la histórica finca que desde 1825 ha sido ocupado por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas.
Porque, aclaró el diputado morenista, con escritura en vigor desde hace dos siglos en las manos, la Legislatura jamás ni vendió ni cedió mediante ningún instrumento legal al Poder Judicial dicho inmueble.
Y los que de «manera temeraria» digan lo contrario mienten.
Así que adiós… que les vaya bien.
¿A alguien más le queda duda que el Poder Judicial ya no existe?
Por lo pronto, que todos sigan disfrutando lo votado, sin quejas y sin llantos.
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