La Casa de los Perros: los mexicanos de aquí, y los de allá…

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Desde San Nicolás de los Garza, Nuevo León, la presidentA Claudia Sheinbaum Pardo se regodeó al exponer que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos contribuyen a esa economía porque, de acuerdo con el Peterson Institute for International Economics (PIIE), dijo, el 80 por ciento de sus salarios se consumen en territorio estadounidense.

Pero no dijo cómo podría su gobierno impulsar la economía en México para que esos mexicanos renuncien a su vida en Estados Unidos y opten por volver.

O, por lo menos, venir a gastar sus dólares a Culiacán, Sinaloa, por ejemplo, en donde la crisis de inseguridad obliga a los emprendedores a cerrar sus negocios.

Recordemos que no todos los mexicanos son gustosos de vivir de apoyos del bienestar.

La presidentA fue más allá, y remarcó que “si los trabajadores mexicanos dejaran de consumir en Estados Unidos, esa economía se contraería en más de un punto de su Producto Interno Bruto”.

Como quien dice, si fuéramos astronautas…

En ese extraño y mentiroso discurso de la cuarta transformación, la presidentA quiere tapar el sol con un dedo, porque obviamente que esos mexicanos que viven en el vecino país obviamente no tienen la menor intención ni de dejar de consumir del otro lado de la frontera norte, ni de regresar a lugares como Sinaloa, Guerrero, Chiapas o Zacatecas, a trabajar por un salario que en nada se compara con lo que reciben cruzando el Río Bravo.

Si ni aquellos que andan sin documentos por las calles de Nueva York o Los Ángeles se quieren regresar.

Además, no podemos olvidar que muchos de ellos viven allá, trabajan allá y consumen allá porque en México, la inseguridad los empujó a salir huyendo. Ni locos regresan.

Ella, la presidentA, fantasea que, si se elimina el consumo de los trabajadores mexicanos en la tierra del Tío Sam, “sería equivalente a destruir el valor generado por la totalidad de la agricultura, la pesca y la silvicultura en los Estados Unidos».

Y su guajiro sueño apunta a que si la migración legal se redujera –algún día, quizás, por qué no, como no, ajá–, en 50 por ciento durante los próximos 10 años, la deuda del Seguro Social en Estados Unidos incrementará en 13 por ciento, lo que representaría pérdidas de hasta 1.5 billones de dólares en 75 años.

No pues ¡wow!

La presidentA además pasa por alto que el monto de remesas recibidas en México equivale a 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto de Estados Unidos en 2022, mientras que en México representó el 4 por ciento del PIB en 2021.

Y, diría el clásico, aún hay más: En los primeros ocho meses de 2024, México recibió 43 mil 27 millones de dólares en remesas, lo que representa un incremento del 3.7 por ciento respecto al año anterior.

Por ello, aunque duela, las remesas son la principal fuente de ingresos externos para México. En 2023, el país recibió un récord de 63 mil 313 millones de dólares en remesas, un aumento del 7.6 por ciento respecto a 2022.

Por ejemplo, Zacatecas ha alcanzado un revelador récord en términos de ingresos por remesas. Los últimos datos del Banco de México dejan ver que, en el segundo trimestre de 2024, correspondiente al periodo de abril a junio, el estado recibió más de 502 millones de dólares en remesas.

Nos preguntamos ¿qué pasaría si esos mexicanos se regresan y dejan de mandar ese dineral? Claro que la depreciada y empequeñecida economía local se iría, literal, al carajo.

Más allá de la defensa de la soberanía nacional, de envolverse en la bandera mexicana y lanzarse del cerro de La Bufa, o defender a capa y espada el orgullo de ser mexicanos, tenemos que ser realistas y entender que aquellos que no encontraron oportunidades en su tierra, difícilmente se alinearán a la 4T y harán quebrar la economía gringa que, finalmente, tanto les ha dado.

¡Ah! Y no olvidemos que Donald Trump recibió en la pasada elección un récord de apoyo entre los hispanos. Muchos mexicanos ya con doble nacionalidad votaron por quien dirigirá los destinos de Estados Unidos a partir de enero.

Los mexicanos de acá, y los de allá, disfrutarán, a su manera, lo votado ¿o no?

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