La Casa de los Perros: Los desplazados no sólo son de Jerez
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
El que Jerez y sus cientos y cientos de familias desplazadas por la cruenta violencia hayan llamado la atención de todo México ha servido para que, por fin, los ojos del gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador se hayan puesto en esta difícil situación. Al menos el regaño presidencial ayudó para que fueran escuchados. Aunque sus problemas sigan latentes, pero algo es algo.
El problema estriba en que los desplazados no son sólo de Jerez. Ahí están los que han huido de sus hogares abandonado su ganado, sus cosechas y su vida entera de Valparaíso, Monte Escobedo, Tepetongo y Fresnillo.
Por ello urge hoy que la mirada de quienes tienen en sus manos la toma de decisiones voltee también hacia los desplazados que no han gozado de un golpe mediático que los visibilice a nivel nacional.
El alcalde de Valparaíso, Eleuterio Ramos Leal, reconoce hasta el momento que son 200 las familias las que han tenido que abandonar 17 comunidades. La mayoría de los desplazados ahora penan en la cabecera municipal, Fresnillo, Aguascalientes y, los más afortunados, en Estados Unidos, en casas de familiares y amigos.
Ramos Leal explica que la zona de Valparaíso que colinda con Jerez y Monte Escobedo es la que hoy sufre los estragos que implica el recibir la visita de los integrantes de los dos grandes cárteles, el de Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, que pelean codo a codo el territorio.
Ellos no siempre exigen que se abandone la tierra, pero sí piden ayuda para gasolina y alimentación y protagonizan balaceras que al final obligan a los habitantes a salir despavoridos para salvar sus vidas.
En Valparaíso hay 54 elementos de la Policía Municipal que hacen su mayor esfuerzo, pero no están ni capacitados ni cuentan con el equipo cómo para enfrentar a quienes con monstruos y camionetonas blindadas se pasean presumiendo sus AK47, R15 y lanzagranadas mientras son filmados por drones de tercera generación.
Hoy, según Eleuterio Ramos, Valparaíso se encuentra en el fuego cruzado de esta guerra entre cárteles que no sólo tiene a la producción ganadera, que es de la que se mantiene el municipio, en la lona, sino a decenas de niños que ven pasar los días y los meses sin la posibilidad de asistir de manera presencial a clases.
La nueva gobernanza, hasta hoy, sólo ha repartido promesas de que se atenderá el asunto. Lo malo es que estos ofrecimientos no vienen directamente de quienes se supone mandan en Zacatecas, ya que ni la secretaria general de Gobierno, Gabriela Pinedo Morales, ni el secretario de Seguridad Pública, Adolfo Marín Marín, se han dignado ya no digamos a visitar, sólo a atender al presidente. Por teléfono sólo un subalterno sin poder de decisión le contesta.
Al inquilino de La Casa de los Perros, el presidente municipal de Valparaíso tuvo la fortuna de abordarlo en una gira que hizo a Fresnillo. Ahí David Monreal Ávila le dijo que sí, que atenderá el asunto.
La duda es, tendrá que ser Eleuterio Ramos integrante de Morena, y no del PRD, para que la ayuda y los apoyos fluyan del gobierno y no sólo de los migrantes que, hay que decirlo, han sido los que han dado la cara, y el recurso, para que las familias de Valparaíso no pierdan aún la esperanza,
Influyente
El dobleteo de chamba que Uswaldo Pinedo Barrios practica con descaro y permiso de la nueva gobernanza como secretario de Salud y líder sindical ya generó ruido en el sindicato contrario a sus intereses.
Resulta que, Armando Rosales Torres, secretario general del Sindicato Nacional Libre de Trabajadores del Seguro Social (SNLTSS), ya puso el dedo en la llaga advirtiendo que la conducta del funcionario zacatecano viola todas las normas legales como parte, dijo, de un “botín político” que hoy tiene en riesgo la vida de miles de zacatecanos.
Para el también líder sindical Rosales Torres, a Uswaldo Pinedo, en lugar de haberlo nombrado secretario de Salud de Zacatecas, tenían que haberle abierto varias carpetas de investigación.
“Los trabajadores del IMSS estamos muy encabronados porque no es posible que el gobernador solape el negro pasado que como dirigente sindical tiene Pinedo Barrios, y ahora además lo premia nombrándolo secretario de Salud”.
Armando Rosales recordó además que, como secretario general de la Sección 29 del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social (STSS), cargo que sigue ilegalmente sigue ejerciendo a pesar de su nombramiento como titular de Salud de la entidad, Uswaldo Pinedo ya acumula más de una docena de denuncias por supuesto acoso sexual y laboral, abuso de autoridad, uso indebido de recursos públicos y enriquecimiento ilícito.
Lo malo es que Pinedo Barrios, al ser muy influyente, tiene congelados los procesos de investigación. Dicen que para eso sirven las madrinas ¿o no?
La cuestión es que, desde el SNLTSS, trabajadores del IMSS en Zacatecas se alistan para interponer sendas denuncias ante la Secretaría de la Función Pública del Gobierno de México, luego de que muchas de las “maniobras administrativas en las que se evidencia el supuesto manejo indebido de recursos públicos atañe a dinero federal que operó a través del Instituto Mexicano del Seguro Social, en la Sección 29 del STSS”.
Haciendo la meme
El coyotito que la senadora de Morena, Soledad Luévano Cantú, se echó durante la sesión del Senado de la República, no sólo se convirtió en un video que de forma viral se difundió en las redes sociales. También sirvió para demostrar que a los de Morena, los asuntos torales del país les importan un sorbete.
Fueron los reporteros de la fuente los que se percataron que la senadora dormía plácidamente, quizás soñando que su obediencia y lealtad ciega la premien con la oportunidad de reelegirse en el escaño. Pero fueron sus compañeros de banca a quienes los ronquidos de la zacatecana traían vueltos locos.
“Ni los aplausos la despertaban” rezó el primer tuit en el que Soledad Luévano aparece babeando sumida en el sueño de los justos. Los problemas que ahogan a Zacatecas y que requieren de su presencia diaria en la Tribuna del Senado pueden esperar. Total, que tanto es tantito.
Difícil tarea
Primero, la pandemia dejó en la lona a los comerciantes y hoteleros de Zacatecas que hasta hoy no se pueden recuperar de los estragos que el coronavirus dejó a su paso en la entidad.
Para nadie es un secreto que las cifras de visitantes cayeron de forma estrepitosa, pero a nadie en el mundo le fue mejor.
Ahora, con el semáforo epidemiológico en verde, el anuncio de que sí habrá Festival Cultural y que buenos artistas podrían llegar a Zacatecas, el entusiasmo se desborda. Tan así las cosas que el funcionario de la nueva gobernanza dice tener la expectativa de que podría haber una ocupación hotelera, mínimo, del 70 por ciento.
Lo malo es que el clima de inseguridad no da tregua. La masacre de seis personas en la colonia González Ortega, de la mismísima capital, ocurrida la tarde-noche de ayer, otra vez ocupó los titulares a nivel nacional.
La pésima estrategia de comunicación, el ordenar a los amanuenses que dicen, no son del montón pero que sí actúan en banda, de jurar por los clavos de Cristo que Zacatecas es un edén, y la nula política para combatir la inseguridad son ahora el gran problema para atraer turistas.
Pero hay un consuelo, con la actual promoción de la que “goza” Zacatecas a nivel nacional, sí hay una esperanza: que aquellos que se quedaron con las ganas de pasear en Ucrania se puedan dar una vuelta por acá, porque a las familias de mexicanos, sobre todo de Monterrey, Aguascalientes, San Luis Potosí y Durango, falta mucho todavía para convencerlos de venir a la entidad hoy convertida, como muchos estados de México, en zona de guerra y desplazados gracias a la ocurrencia de Andrés Manuel López Obrador de repartir a diestra y siniestra abrazos.
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