La Casa de los Perros: Lo que a Zacatecas le espera
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
A sólo seis días de que estrenemos inquilino en La Casa de los Perros, todo pareciera indicar que será Julio César Chávez Padilla el designado como secretario general de Gobierno, imponiéndose así a los deseos del senador Ricardo Monreal Ávila de que el notario público Jaime Casas Madero fuera quien se encargara de la política interna del nuevo gobierno en Zacatecas.
Jaime Casas, a quien todos recuerdan cuando armó tremendo escándalo porque a su nutrióloga hija no le otorgaron un sueldo de 150 mil pesos mensuales, lo que lo enfrentó con Leticia Monreal Ávila, cada vez ve más lejana la posibilidad de recibir la llave de las habitaciones del segundo piso de esta finca. Ni modo.
Al notario se le olvidó que hoy en día está de moda hincarse, besar la mano del amo y perder la dignidad, y quien mejor lo hace es sin duda el alcalde electo de Guadalupe, Julio César Chávez.
Lo hizo con Samuel Herrera Chávez, con Roberto Luévano Ruiz, con Alejandro Tello Cristerna. Después, poco a poco, a todos traicionó en la búsqueda de satisfacer sus intereses personalísimos. Y sí, chapulineó a Morena desde donde despotricó en contra de sus anteriores amos.
Hoy, Julio César Chávez deja una administración en la cual uno de sus mayores logros en materia de desarrollo social es haber entregado despensas, tinacos y calentadores solares. Puras dádivas para los habitantes de un municipio que ocupa empleo y seguridad, no migajas populistas para que un alcalde con licencia ganara una reelección que hoy desprecia.
Porque lo importante es llegar, así sea enviando a la basura los más de 22 mil votos que ganó en las urnas. Total, qué tanto es tantito.
Eso sí, hay una cosa que no se puede negar, Julio César Chávez sí tuvo un logro mayúsculo: con ahínco consiguió que Guadalupe se convirtiera hoy en día en uno de los municipios más inseguros de Zacatecas, y por lo tanto del país.
Las balaceras y ejecuciones que encumbraron a Fresnillo como una ciudad que peleaba con Kabul la distinción de ser de las más violentas, ahora parece chiquito comparado con Guadalupe.
Al menos en Fresnillo, el desarrollo económico impulsado por el alcalde Saúl Monreal Ávila, lo mantiene como el municipio que sostiene a Zacatecas en lo económico. Pero en Guadalupe, puro populismo barato y harta, pero harta miseria. Pero así les gusta en la 4T. Cero aspiraciones, nula educación, pobreza extrema.
El problema en estos momentos no es que Julio César Chávez y su camarilla lleguen a la Secretaría General de Gobierno, el meollo del asunto es que se sabe que ha sido él, con su soberbia y nulo conocimiento de lo que es hacer política, quien llevó al fracaso el proyecto de que los diputados de Morena aprobaran la Ley David con la cual se pretendía reformar la Ley del Issstezac.
Ha sido Julio César Chávez y su pandilla quien tiene hoy enfrentado al futuro gobernador de Zacatecas con los sindicatos que, en defensa de sus derechos, generaron un caos que, al final, tuvo que resolver el gobernador Alejandro Tello ante la amenaza de incluso terminar con un aeropuerto internacional bloqueado.
El alcalde con licencia es quien mantuvo acorralados a los hasta hoy diputados de Morena, encabezados por Jesús Padilla Estrada, que no supieron ni quisieron estar a la altura y darse a respetar como un Poder supuestamente independiente.
El que se encumbra ya como nuevo secretario de Gobierno es quien también procesó la idea de imponer funcionarios municipales a los alcaldes electos, olvidando que existe en la Constitución el Artículo 115 que impide legalmente este tipo de intromisiones que, con la cabeza gacha, aceptaron los de Morena.
El problema no es que Julio César Chávez y su caterva lleguen a la Secretaría General de Gobierno, la cuestión es que no recibe el nombramiento y ya tiene al gobernador electo enfrentado con todos en medio de un caos. Vaya, vaya…
Último día
Hoy concluye la triste y malograda LXIII Legislatura. Mañana Zacatecas estrenará diputados y con ellos nuevos capítulos de esta telenovela llanada transición.
Desde el fin de semana, los coordinadores de las bancadas sostienen reuniones porque hoy tiene que quedar lista la Mesa Directiva para, de ahí, saber quiénes integrarán los órganos de gobierno como lo son la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política (CRICP) y la Comisión de Planeación, Patrimonio y Finanzas (PPF).
Obviamente, los zacatecanos tendrán mucho para divertirse los siguientes días, sobre todo cuando Enrique Laviada Cirerol, el diputado amigo del senador Ricardo Monreal Ávila, disminuya la bancada de Morena. Quiere ahora cantar, al lado de Yuawi, esa bonita tonada que dice algo así como la, la, la, la, la, la…
Pero del lado del Partido del Trabajo, supuesto aliado de Morena también habría un voto menos, el de José Luis El Cepillo Figueroa, quien igual está a nada de seguir el camino del lado oscuro.
Además, los priistas, como buenas personas que son, andan coqueteando con Sulema Santacruz para que el Partido Encuentro Solidario tenga su propia bancada. ¡Claro que se puede! Esto se pone bueno.
Con broche de oro
Lo que se viene. David Monreal Ávila casi, casi desde que ganó la gubernatura, pidió cerrar la llave a la actual administración estatal para evitar el famoso Año de Hidalgo y con ello tener su colchoncito para cerrar el año fiscal de la mejor manera posible. Con bombo y platillo pues.
Ni modo que el nuevo gobernador llegue y encuentre las arcas vacías. No, nada de eso.
Hoy, nuestro todavía inquilino de La Casa de los Perros tira la toalla y culpa a la Secretaría de Hacienda de no permitir que una administración que no endeudó al estado, que triplicó la recaudación, bajó las tasas de interés de sus créditos y subió calificaciones crediticias –todo ello según su tuit mañanero–, tenga un buen cierre.
Esa Secretaría de Hacienda de la 4T es insensible y mala onda.
Así que proveedores que tengan pagos pendientes olvídense de recibir cheque antes del 12 de septiembre.
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