La Casa de los Perros: La sonrisa de Ricardo Olivares

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

A punto de llegar a su fin está ya la insufrible Glosa que, año con año, y siempre con los mismos resultados, se lleva a cabo con motivo del informe de gobierno del mandatario en turno.

En esta ocasión, la pésima gestión de la mayoría de los funcionarios, con contadísimas excepciones, quedó al descubierto. Algunos no son capaces ni siquiera de explicar cuál es su función detrás de ese enorme escritorio en el que todos los días se pierden.

De los diputados, ni qué decir. Ni porque andan en busca de prolongar su estancia en el Congreso del Estado hacen un esfuerzo para demostrar que sus intereses están con Zacatecas, y no en lo que le puedan arrancar a los funcionarios para no ser tan duros.

Una farsa que mal empezó con esta nueva gobernanza y que, obviamente, al menos con esta LXIV Legislatura, terminará igual. La mediocridad y mezquindad a flor de piel.

Ayer tocó el turno al secretario de Finanzas que, como cada año, durante todos los sexenios, sean emanados del PRD, del PRI o de Morena, siempre se lleva muchas flores a su casa.

La diferencia en esta ocasión es que Ricardo Oivares Sánchez, le duela a quien le duela, incluida la fallida exsecretaria de Gobierno, Gabriela Pinedo Morales, ha resultado el funcionario al que más debe agradecer la nueva gobernanza el no caer todavía más en la ignominia.

Y aunque a muchos no les gustó que él se colgara medallitas como la de los llamados impuestos ecológicos, que al final le corresponden sólo a él porque de él fue la idea, la gestión de Ricardo Olivares consiguió que en el “escenario catastrófico» que sufre Zacatecas, al menos la deuda pública pasó de siete mil 675 a seis mil 907 millones de pesos.

Olivares Sánchez recordó a los diputados que, a diferencia de los de la herencia maldita, incluida la que dejó el agonizante alcalde de Zacatecas, el verde ecologista Jorge Miranda Castro, en lo que va de la administración se dejaron de contratar créditos de corto plazo y no se solicitó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, como era costumbre, adelanto de participaciones.

Por esa razón, el funcionario llegó con una enorme sonrisa y salió con otra ampliada, porque dejó en claro que, por primera vez en muchos años, se ha logrado un equilibrio financiero. Hoy se cuenta con flujos suficientes para solventar el gasto y la cobertura de pasivos, obviamente con medidas de austeridad y seguimiento permanente del gasto.

Lo triste de la historia es que, por unas y por otras, las participaciones federales participables sufrieron una caída que por supuesto impactará las finanzas.

Porque, a pesar de que Zacatecas es un estado amigo del líder de la fallida 4T, Andrés Manuel López Obrador, la baja recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el diferimiento de pagos fiscales a Pemex, empujaron al estado al borde del precipicio.

El empujón final lo dio el INEGI quien, al llevar a cabo un recálculo del PIB, dejó a Zacatecas fuera del grupo de las 10 entidades con menos Producto Interno Bruto no minero. El resultado: la pérdida del Fondo de Compensación y, por consiguiente, afectaciones en el Fondo General de Participaciones.

Por esta razón, la afectación al estado es superior a los 813 millones de pesos. Para colmo de todos los males, esto coloca a Zacatecas como la entidad más afectada. Aquí aplica eso de que al perro más flaco se le cargan las pulgas.

Pero, es la pregunta que rondó por los pasillos y el salón de plenos del Congreso del Estado: ¿Qué sería de Zacatecas si alguien hubiera logrado imponer a un familiar, a un amigo, a un compadre, a una comadre o a una novia al frente de la Secretaría de Finanzas? ¡Ay! Vaya que da escalofríos de sólo pensarlo.

La cuestión es que, por un momento, olvidemos que en el resto del gabinete de la nueva gobernanza sí se logró imponer al familiar, al amigo, al compadre, a la comadre o a la novia… y hoy tocará sonreír porque vamos requetebién.

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