La Casa de los Perros: la promesa de Miguel Varela
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Para nadie resulta ser una novedad que cuando los alcaldes entran en funciones y se sientan en su nuevo escritorio se encuentran con el peor panorama jamás imaginado.
Fresnillo y Zacatecas, con Javier Torres y Miguel Varela Pinedo al frente, hoy sufren y se dan cuenta que eso de ser presidente municipal tampoco es como lo más bonito de la historia.
Al menos en los primeros meses.
La cuestión es que esto siempre ha sucedido, pero nadie, jamás, nunca, ha puesto un hasta aquí a la situación. Todos, ya sea por acuerdos secretos o por corrupción, se dan la vuelta y fin de la historia.
Y que conste que esto no sólo sucede a nivel alcaldías. En México se vio con la extraña relación entre Andrés Manuel López Obrador y su antecesor Enrique Peña Nieto, a quien no se lo tocó ni con el pétalo de una rosa.
Mucha crítica, mucho bla, bla, bla, pero hasta ahí.
En Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna guardó silencio con todos los muertitos que Miguel Alonso Reyes dejó bajo la alfombra de La Casa de los Perros. Y nuestro inquilino, qué decir, lo mismo.
Pero hoy, Miguel Varela Pinedo, el panista que ya gobierna la capital de Zacatecas, hace saber que las cosas cambiarán. Al menos eso es a lo que se ha comprometido.
Varela Pinedo ha tomado la firme decisión de iniciar una auditoría externa a fondo para conocer el estado real en el que se encuentra la administración municipal.
Porque el proceso de entrega-recepción no ha sido el adecuado por parte de la administración anterior, la misma que encabezó el verde-ecologista Jorge Miranda Castro.
El compromiso, remarcó el alcalde, será con la transparencia y la rendición de cuentas, porque no está dispuesto a tolerar, dijo, “irregularidades ni omisiones que afecten los recursos y el bienestar de la ciudadanía”.
Y fue más allá: si detecta anomalías actuará con todo el rigor que la ley permite.
Porque eso de que quedaron 82 millones de pesos para cerrar el año resultó ser una fantasía. Las cuentas de los que se fueron ahí están, listas para ser liquidadas por el que llega. Listillos los muchachillos.
Miguel Varela ha dicho que, al concluir esa auditoría, informará de los resultados. Y es lo que todos los capitalinos no sólo esperan, sino exigen.
Y si el alcalde panista quiere que su carrera política no concluya en tres años, y tiene la mira en el 2027, deberá castigar a quien haya hecho mal uso de los recursos público. O exculpar con altura de miras.
La policía siempre en vigilia
Y mientras en la nueva gobernanza siguen festejando los resultados “positivos de la feria”, porque, con la ayuda de sus amanuenses juran que hubo siempre llenos totales en el Multiforo, en el Teatro del Pueblo y hasta en el Palenque, el miedo, otra vez, pasea campante por Zacatecas.
Porque no sólo se trata del tanque de gas extraviado, eclipsado, deshecho o hecho cenizas en el cierre de la Feria Nacional de Zacatecas 2024, sino también del asesinato de tres mujeres, y una más mal herida, en su vivienda casa en la colonia Alma Obrera, en la capital.
Una casa que no sólo fue atacada a balazos, sino también incendiada y en donde, dice el parte: fueron asegurados “diversos objetos”. Así nomás.
Eso sí, no podemos dejar de lado a las vecinas de Asientos, Aguascalientes, Rosa Imelda y Xóchitl Anahí, quienes fueron quemadas al interior de su automóvil en pleno centro de Loreto.
Pero como estamos en el Año de la Paz, tampoco pasamos por alto a Cristina, de 36 años, también de Loreto, que tras ser golpeada por su pareja fue abandonada en el hospital con un traumatismo craneoencefálico.
José “N”, dijo la Fiscalía, ya fue detenido por su presunta responsabilidad en el delito de feminicidio. Cristina fue declarada clínicamente con muerte cerebral y, en un acto de amor, porque así lo había expresado, fueron donados sus órganos.
Y cuando todos estos crímenes quieren ser olvidados, enterrados, disimulados, oxidados… sí, como lo sucedido en el 8M, resulta que la familia de un alto funcionario X de la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas, que viajaba tranquilamente por la carretera que conduce a San Luis Potosí, fue “asaltada”.
Bueno, el hecho no llegó a tanto, aseguró el fiscal Cristian Camacho Osnaya porque, como hubiera sucedido, en cualquier caso, con otro ciudadano común y corriente, uno sin importante cargo en la fiscalía o en la nueva gobernanza, el robo no fue perpetrado. ¡Ah! Y tampoco no fueron objeto de agresión armada alguna.
Para eso se desplegó un impresionante operativo policial de tal magnitud que el rumor que corrió en las redes sociales hablaba de la familia del mismo fiscal. Él lo negó rotundo.
Como siempre sucede en este y todos los casos, la Fiscalía y la Policía, como decían en su tiempo un par de cómicos, siempre en vigilia investigando para esclarecer los hechos.
Por eso podemos disfrutar lo votado, aunque el Rey de España no nos acompañe. Y todo por no disculparse caray… Y que nadie se ría.
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