La Casa de los Perros: La promesa de campaña de… Rafael Flores
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Sumido aún en la vorágine que significó la lucha intestina que protagonizó con el ex priista Pedro de León Mojarro, para alcanzar la candidatura a la gubernatura de Zacatecas, hoy en día, Rafael Flores Mendoza, abanderado de la coalición Unidos por Zacatecas, no ha podido armar aún su estrategia político-electoral. Y si lo ha hecho, nadie se ha enterado de ello.
Fueron meses los que Flores Mendoza transitó de un consejo a otro, de un tribunal a otro, de una queja a otra, para lograr su objetivo: ser el candidato. Pero ahora que lo es, su figura se ha reducido a una marcha –con menos de tres mil personas como asistentes–, una visita a la Coparmex, donde supuestamente se reunió con empresarios para «intercambiar ideas», y recibir el premio de un medio de comunicación por tener la mejor «imagen pública».
Pero las voces al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD), o lo que queda de ese instituto político, y también entre los militantes y simpatizantes del Partido Acción Nacional (PAN), es que de Rafa Flores simplemente no se sabe nada.
A tres días de que inició de manera formal su campaña, y a nueve de que arrancaron las actividades proselitistas en la entidad, él no lleva agenda, no tiene eventos públicos, bueno, ni siquiera ha salido a volantear o estrechar manos en los tianguis y mercados de Zacatecas, actividad muy socorrida entre los candidatos que no se quieren complicar la existencia y prefieren llegar a donde la mesa ya está puesta. Y reiteramos, si lo ha hecho, nadie se ha enterado de ello.
Ex alcalde de Guadalupe, tristemente recordado por la «remodelación» que hizo del Jardín Principal, en donde hasta el kiosko desapareció, Flores Mendoza no ha presentado hasta el momento una propuesta concreta, sus promesas son las mismas que los ciudadanos han escuchado en todas las campañas: Abatir con todos los recursos y fuerzas el desempleo, la desigualdad social, la inseguridad, la corrupción y la impunidad; además, claro está, impulsar la inversión productiva generadora de empleo garantizando apoyo a todos los emprendedores locales, nacionales e internacionales.
Como diputado en la LXI Legislatura, se caracterizó por siempre estar alineado a las decisiones y peticiones del todavía inquilino de La Casa de los Perros, por lo que durante la presentación de su segundo informe legislativo intentó mostrar otra cara, y «romper» sus lazos con el gobernador. Así, dedicó la mayor parte de su discurso no ha dar a conocer sus «logros» como diputado, sino más bien a criticar al que llamó «el sexenio de la corrupción, de la ineptitud y del endeudamiento». Pocos se lo creyeron.
Ese día, recordó a los asistentes que Zacatecas, tras cinco años de gobierno priista, estaba sumido en la desesperanza, pero olvidó que un estudio de académicos de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y de la Universidad La Gran Colombia (UGC), así como de personal del Ayuntamiento que él dirigía, daba cuenta que Guadalupe, donde él gobernó, el 45 por ciento de la población vivía en condiciones de pobreza extrema, ya que algunos habitantes contaban diariamente con menos de 23 pesos al día para sobrevivir.
El pasado domingo, en la Plaza de Armas, en el último evento público que se le conoce, aseguró que de ganar la gubernatura, encabezaría un gobierno honesto que cerraría el paso a la corrupción y al favoritismo. Prometió que no habría impunidad y se castigaría la corrupción con cárcel.
Pero cuando el perredista dejó tirada la alcaldía, tras ser designado por su partido como diputado por representación proporcional, el alcalde interino, Gilberto Álvarez Becerra, lo acusó de haber dejado en bancarrota a la administración.
Y además, lo señaló de haber asignado a su esposa, Alejandra Iturbe, un sueldo de 20 mil pesos al mes, cuando ella era presidenta del DIF Municipal de Guadalupe, cargo honorífico por el cual no debería cobrar emolumento alguno.
Juicio justo
Ayer, Erika Santan Ruiz, esposa de Ramiro Villagrana López, miembro de la Policía Estatal Preventiva, se manifestó a las puertas de La Casa de los Perros, para exigir juicio justo para su esposo, quien el 19 de octubre de 2014, matara accidentalmente a uno de sus compañeros en el Cerro de las Bolsas.
La esposa del policía teme que haya «mano negra» en el proceso que se le sigue a su marido, ya que le recordó a Miguel Rivera Villa, subsecretario Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno, quien salió al quite, que el policía municipal de Guadalupe, quien también asesinó accidentalmente a su compañero cuando trasladaban a las candidatas a reina de la Feria de Guadalupe, a cumplir sus actividades sociales, ya se encuentra libre, pues es esposo de una funcionaria del Poder Judicial.
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