La Casa de los Perros: La cuenta regresiva para Alejandro Tello

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Estoico, el inquilino de La Casa de los Perros sorteó a unos agresivos manifestantes que le gritaron de todo a las afueras del Congreso del Estado. Sabía que su equipo, el que lo ha acompañado durante cuatro años, no había sido capaz de hacer su trabajo y lo mandaba solo a hacerle frente a los problemas como siempre ha sucedido.

Fue la diputada de Morena, Navidad Rayas Ochoa, quien durante su intervención en la sesión de la LXIII Legislatura puso el dedo en la llaga: “la incapacidad del equipo responsable de la política interna es consecuencia de su nula vocación para construir, desde la pluralidad, acuerdos y consensos con todas las fuerzas representativas de la sociedad zacatecana”.

Y sí, el sainete que el gobernador tuvo que vivir fue provocado por los servidores públicos, nombrados por él mismo que simple y sencillamente no han dado el ancho y, al contrario, le han quedado a deber mucho no sólo a Zacatecas, sino al mismo Alejandro Tello.

La misma expriista le anticipó a quien dentro de un año estará entregando las llaves de La Casa de los Perros que pronto tendrá que dar cuentas “y será llamado a hacerlo”. Pero, si Tello Cristerna no da un golpe de timón ya, esas cuentas las rendirá solo, y su sueño de ser “uno de los mandatarios más honestos y transparentes de la historia de Zacatecas” quedará en eso, en un sueño. Y la ilusión de caminar con la frente en alto por las calles del estado acabará como la de su antecesor, hoy enclaustrado en un enorme rancho en Villanueva, señalado por los zacatecanos a quien dijo servir.

Ni nos ven ni nos oyen

Alejandro Tello sabe de qué pie cojea el gobierno diferente, por eso le recordó a su equipo “que estamos en un encargo temporal, que nos debemos al servicio público y nuestra obligación es atender con calidad, calidez y eficiencia a los ciudadanos”.

Pero fue el diputado del Partido Encuentro Social, Javier Calzada Vázquez quien, al hacer uso de la voz en la sesión, observó el hecho de que al menos al Poder Legislativo no se le presta atención. Explicó que, en 114 ocasiones, 26 de los 30 integrantes de la LXIII Legislatura, “promovimos puntos de acuerdo para exhortar al Poder Ejecutivo con un propósito específico, 89 de ellas fueron aprobados por el pleno y turnadas para su atención sin que a la fecha haya habido respuesta de su parte. Ni nos ven ni nos oyen”.

Durante su cuarto informe de actividades, Tello Cristerna presumió lo que sin duda marcará su administración, pues como buen contador ha mantenido un sano manejo de las finanzas públicas. Lo dijo bien, por honrar a cabalidad la millonaria deuda heredada por el exgobernador Miguel Alonso Reyes, quedó sin margen de maniobra lo que de ninguna manera lo llevó a contratar nuevos créditos, “y no lo haremos en lo que resta de mi administración”. Prometió.

La sombra del pasado

Su excompañera de partido, Navidad Rayas, desde la Tribuna del Congreso le dejó claro que nadie olvida “quién ocasionó esta desgracia de endeudar a Zacatecas, de hipotecar el futuro de las generaciones y de saquear al estado desde el 2010”, pero también lo conminó a “sacudirse ese letargo y ese oscuro pasado que lo sigue como una sombra”.

Pero ello, mientras tanto, el compromiso de no dejar ninguna acción inconclusa “que el día de mañana se convierta en un dispendio o un problema financiero para los zacatecanos” no lo podrá cumplir.

Y será imposible hacerlo porque, como lo expresó Calzada Vázquez, fue un 14 de septiembre de 2016 cuando el todavía inquilino de La Casa de los Perros, con apenas dos días en el cargo, firmó un acta en la que recibía una obra del sexenio anterior, supuestamente terminada y en condiciones de ser utilizada. Sabía de su estado, pero guardó silencio.

“Esta obra, de 17 mil metros cuadrados, y con un costo total de 390 millones, el Centro Cultural Toma de Zacatecas, hoy se encuentra en estado de abandono y en franco deterioro. Lo peor es que nadie ha pagado por ello”, recordó el legislador.

Alejandro Tello, a pesar de transitar diariamente por el rumbo del elefante blanco heredado también por Miguel Alonso, nunca pudo echarlo a andar. Entregará entonces, al despedirse dentro de un año, ese mismo monumento a la corrupción a su sucesor.

El gobernador aseguró que, hasta el último día de su mandato, seguirá manteniendo la determinación de “cero tolerancia a la corrupción”. Pero mientras las investigaciones al anterior gobierno sigan durmiendo el sueño de los justos, difícil será creerle.

Eso sí, Alejandro Tello, como “un gobernador aliado de la educación”, no pasó por alto el hecho de que este año se destinaron más de 230 millones de pesos en la construcción, rehabilitación, mantenimiento y equipamiento de 590 escuelas, en beneficio de más de 40 mil estudiantes.

Y, una obra poco alardeada pero bien importante, fue destacada: la inversión de 125 millones de pesos para continuar la consolidación de Quantum Ciudad del Conocimiento, parque científico que tiene un avance superior a 50 por ciento en su segunda etapa.

“No he bajado la guardia”

El gobernador dijo: “No he bajado la guardia ni un solo instante en las acciones encaminadas a fortalecer la seguridad y recuperar la tranquilidad de las familias”. Y quizás lo ha hecho, pero la lucha entre cárteles y la privilegiada ubicación geográfica de Zacatecas, aprovechada por los malos, y desperdiciada por los que deberían ser artífices del desarrollo económico de la entidad, no han hecho fácil la tarea.

Pero Tello Cristerna, en este sentido, tiene la convicción de no dejarse vencer y, por lo pronto, a pesar de que desde su oficina de Comunicación Social calificaron como fake news el anuncio de que el secretario de Seguridad Pública, Ismael Camberos, dejaría el cargo, este día su remoción, un día después del informe, se concretará.

Una bandera arrugada y bajo la alfombra

Alejandro Tello sabe que la cuenta regresiva ha iniciado y que, con un proceso electoral en curso, las cosas no serán fáciles.

Él se declara listo “para hacer respetar la ley y para respetarla yo mismo, para entregar un estado dirigido de la forma más honesta posible”, pero sabe que “el golpeteo político, la difamación y la descalificación se harán presentes en los próximos meses”.

Y adelantándose a los hechos, y en una afirmación muy desafortunada, se declaró en contra del derecho de los ciudadanos a la información, porque para él “las desmedidas solicitudes anónimas en el Sistema Nacional de Transparencia” lo hacen sospechar que hay muchos ciudadanos que ya le siguen la pista al dinero público gastado en este gobierno diferente.

Dijo ante los diputados de la LXIII Legislatura, y los cientos de acarreados virtuales que siguieron la transmisión de su informe a través de su fan page de Facebook, que no había nada que ocultar, aun así, con esa declaración dejó ver la molestia que le produce que la gente pregunte.

Y una prueba de ello la sacó a relucir durante la ceremonia protocolaria el mismo diputado Javier Calzada cuando dijo: “una de las banderas de este gobierno está arrugada y bajo la alfombra: la transparencia que había sido defendida como el verdadero cambio, sucumbió a la súplica de defender el oscuro manejo de los recursos en la Fenaza”.

Según el legislador, la instrucción del gobernador habría sido que dicha información no se reservara, “pero su orden no fue acatada y se arguyó que había de por medio una auditoría para evitar sacar a la luz los contratos que evidencian el conflicto de interés en la contratación de artistas por un monto de más de 55 millones, que mucho hubieran servido para aplicar más del doble de las pruebas de COVID que se han hecho, y muchas vidas se hubieran podido salvar”.

Cuando el destino nos alcance

Un día lluvioso coadyuvó este 8 de septiembre, fecha en la que se celebraron 474 años de la Fundación de Zacatecas, a que un ambiente de tristeza se apoderara de Zacatecas. Debido a la pandemia, atrás quedaron esas ceremonias con invitados, abrazos, besos, selfies, Hoy fueron cosa del pasado las comilonas en las instalaciones de la Feria para celebrar al gobernador. Se recordó con melancolía la lucha de los funcionarios por obtener los boletos de barrera en la corrida de toros de aniversario. Y qué decir de la fiesta que seguía en el palenque. El coronavirus lo cambió todo.

Este 8 de septiembre fue, como el gobierno de Alejandro Tello, diferente. La soledad de las butacas en la parte alta del edificio del Congreso fue la despedida anticipada a un gobernador que, con careta y cubrebocas, supo que el destino ya lo alcanzó.

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