La Casa de los Perros: La carga
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Durante la Asamblea Estatal Deliberativa y Electiva, rumbo a la XXII Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la que convocó a militantes cuyo único objetivo es obtener para el 2018 una candidatura y, con ello, un jugoso hueso, las promesas del «primer priísta del estado» ahora más que nunca sonaron huecas.
Todavía los zacatecanos recuerdan cuando, hace casi 10 meses, casi juró ante La Biblia que mantendría a su familia «cerca del corazón pero lejos de sus decisiones». Y sorpresa, jamás lo hizo.
De hecho, a la reunión partidista, inexplicablemente, en presidium y dándole instrucciones sí, ahí estaba su esposa, Cristina Rodríguez Pacheco quien, reclaman en el tricolor, carece de credencial como militante pero aún así, desesperada, busca una candidatura para senadora, diputada federal, local, o lo que sea. Al parecer ya se cansó de gobernar Zacatecas.
Con estos antecedentes, Alejandro Tello Cristerna, a quien en el PRI no lo quieren ni en pintura, y de quién se expresan de la peor manera, en privado, obviamente, aseguró que «no será una carga para el partido». Pasa por alto que ya lo es.
Una prueba de ello fue no sólo el desánimo de la militancia, sino el mismo rostro adusto, de total desagrado del inquilino de La Casa de los Perros, a quien le urgía concluyera su participación para abandonar el recinto con prisa.
Llamó la atención también, el llamado de Tello Cristerna a adoptar una actitud crítica y autocrítica, a aprender de los errores y redoblar esfuerzos, algo de lo que el mismo gobierno diferente ha carecido.
En contraparte, quien lució sólido, arropado y firme fue el dirigente estatal, Roberto Luévano Ruiz. Él pidió aminorar ese distanciamiento que hoy padecen los del Revolucionario Institucional con «su gobernador».
Y es que, no se puede pasar por alto que a Luévano Ruiz le ha tocado sortear los desaciertos del actual gobierno. Se ha quedado con las manos amarradas porque como partido no cuenta con las herramientas para presumir ni una sola acción en beneficio de Zacatecas.
De ahí que a nadie sorprendió cuando le dijo a Tello Cristerna que el PRI lo postuló y si bien ahí estaba su fortaleza, era el momento de escuchar, atender y cobijar a la militancia.
Al pie del cañón
Los que definitivamente sí privilegiaron su trabajo partidista por sobre los compromisos familiares fueron los diputados federales Claudia Anaya Mota y Benjamín Medrano Quezada; también los diputados locales Isadora Santiváñez Ríos, Carlos Peña Badillo, Norma Castorena y José María González Nava. Su activismo no tuvo horario y abandonaron el Palacio de Convenciones hasta que el último militante se marchó.
Ellos, junto con los otros legisladores federales y locales, así como los alcaldes emanados del tricolor, y funcionarios como Adolfo Bonilla y Otilio Rivera, estarán en la cita que el priismo tiene en agosto. El gobernador también es delegado a la Asamblea Nacional, la duda es si volverá a dejar plantado al partido que lo llevó a la administración estatal o está vez, aunque sea sábado, hará acto de presencia.
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