La Casa de los Perros: En Morena, la lana, es la lana
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Fue el 26 de noviembre de 2018 cuando a la Oficialía de Partes de la LXIII Legislatura llegó un escrito signado por la entonces diputada Verónica Díaz Robles. Ella solicitaba licencia por tiempo indeterminado pues tenía otra prioridad: asumir la titularidad en la Delegación del Bienestar.
Con esta decisión, a Roxana Muñoz González, la diputada suplente, le llegaba la oportunidad de su vida: ser legisladora por Zacatecas.
Desde ese momento, para Roxana Muñoz todo fue felicidad. Por las calles le decían: ¡Adiós diputada!, y eso, claro está, la mandó directo y sin escalas a las nubes.
Los meses transcurrieron y todo estaba normal. Ella, junto con sus compañeros diputados, disfrutaba las mieles que derramaba en sus bolsillos la Estafa Maestra, como lo denunció el diputado de Morena, Ernesto González Romo. ¿Algo más se podría pedir a la vida?…
Eso sí, a regañadientes, Roxana Muñoz cumplía con la regla no escrita pero siempre acatada de dar una parte de su dieta como diputada a quien en ese cargo la había puesto. Porque eso de que llegó ahí por el voto ciudadano es un cuento de horror mal contado.
Y aunque doloroso, Roxana Muñoz no podía ponerse al tu por tu y disciplinada entregaba el cash.
Pero llegó diciembre y eso de dar así, enterito, el abultado aguinaldo la diputada no lo soportó. Se fajó los pantalones y se rebeló. Pero poco le duró la valentía cuando Verónica Díaz amenazó con regresar a su curul. Faltaba más.
El amague funcionó y Roxana Muñoz volvió a disciplinarse.
Tan lo hizo que fue premiada con la oportunidad de, ahora sí, buscar los votos de los guadalupenses los que, al final, le favorecieron. Regresó como toda una triunfadora al Congreso del Estado.
El gusto de ser saludada en las calles con la frase: ¡Adiós diputada!, le duró poco. Sus jefes le dijeron que su destino era otro, ser nada menos que la dirigente estatal de Morena y quien, por esa simple razón, tendría en sus manos, eso le contaron, no sólo el proceso electoral del 2024, sino un jugoso presupuesto.
Gustosa aceptó y de inmediato solicitó licencia a su cargo. Llegó entonces a la curul Lorena Oliva Benítez (si no la conoce no se angustie, eso les pasa a todos).
Ya como dirigente estatal, después de que los integrantes de Morena, casi por unanimidad votaron por ella, o al menos eso nos contaron, Roxana Muñoz arrancó en su nueva faceta.
Tarde se dio cuenta de su destino cuando el presupuesto de Morena, unos tres millones de pesos gastados en los últimos tres meses del 2022, sólo los vio pasar. Eso sí, como la mera mera, firmó todo lo que se tenía que firmar.
Roxana Muñoz tuvo una especie de déjà vu que la regresó a Aguascalientes, en donde fue tesorera del Comité Ejecutivo Estatal. Malos recuerdos y una triste despedida de las tierras hidrocálidas en medio del escándalo y acusaciones de supuestos malos manejos financieros en el partido cuya bandera es la honradez. Pero eso es pasado.
Hoy, supuestamente el sueldo más alto en el Comité Ejecutivo Estatal de Morena Zacatecas es, según la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), de 30 mil pesos, mismos que ganaba Gladys Campos Villanueva como secretaria de Finanzas. Datos nuevos no hay porque el portal de Morena no funciona, aunque en el IZAI digan lo contrario.
Al ser tan raquíticos los ingresos en el Partido, la suplente en la LXIV Legislatura, Lorena Oliva Benítez, se comprometió a ayudar a su compañera, pero ya sentada en la curul se olvidó de la promesa.
Y como viene una asignación mensual de apoyo parlamentario que deja los ojos como plato a los diputados, Roxana Muñoz decidió acudir a la Oficialía de Partes y dejar ahí, como si nada, su solicitud para regresar. Quiere ser diputada otra vez.
Fue el 5 de enero cuando al escritorio de Priscila Benítez Sánchez, presidenta de la Comisión Permanente, llegó el escrito en el que Roxana Muñoz recuerda que fue el 23 de agosto de 2022 cuando solicitó licencia, la cual fue aprobada el 31 de agosto. Pero ahora, como todo mundo tiene derecho a cambiar de opinión, solicita su “reincorporación inmediata a las actividades legislativas como diputada propietaria”.
Eso sí, hay que reconocer que Roxana, a diferencia de Verónica Díaz, sí cumplió la amenaza.
Pero ahora viene lo bueno. El 7 de octubre del 2022, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena dejó en claro en el oficio CNHJ-169-2022, que «los órganos de dirección ejecutiva de Morena no deberán incluir autoridades, funcionarios o integrantes de los poderes legislativos, ejecutivo o judicial de los municipios, estados y federación”.
Y que conste que esto no lo digo yo. Ahí está escrito en el Artículo 8 del Estatuto de Morena, por ello quien haga caso omiso a lo escrito “comete una falta a la normatividad y representa la trasgresión a los principios democráticos.
Pero en México, que ni a Roxana Muñoz, ni a Citlalli Hernández Mora, ni a nadie le vengan con eso de que la ley es la ley, por eso ella no ha presentado su renuncia al Comité Ejecutivo Estatal, y hasta Rosca de Reyes compartió con sus cuates, y se apresta a que los diputados le den el visto bueno y pueda regresar a superar la cuesta de enero desde el Congreso del Estado.
Y ya como colofón les digo que Morena tendrá para este 2023, algo así como 22 y medio de millones de pesos para gastar. Sólo en enero recibirán 11 millones y cada mes 958 mil pesos, más o menos.
Ver pasar ese dinero desde la barrera no es bonito. Y Roxana Muñoz ya lo padeció.
Terna
La magistrada Julieta Martínez Villalpando, presidenta del Tribunal Especializado en Justicia Penal para Adolescentes, culmina su encargo al frente de ese Órgano Jurisdiccional del Poder Judicial del Estado.
Por eso el Pleno del Tribunal Superior de Justicia, en tiempo y forma, presentó a la LXIV Legislatura la terna para realizar un nuevo nombramiento.
En la lista buena están las juezas Olivia Carlos Hernández, Ruth Lucio Sánchez y Liliana Velázquez Orozco, todas ellas, servidoras del Poder Judicial desde hace más de 20 años.
Ahora toca a los diputados hacer lo suyo, en tiempo y forma.
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