La Casa de los Perros: Elefante blanco sería nueva sede del Poder Legislativo
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Legislatura que llega, legislatura que se queja del hacinamiento y las nulas condiciones para trabajar “con dignidad”. El edificio que hoy alberga al Congreso del Estado, nadie lo duda, ya dio lo que tenía que dar.
Pero también, diputados que llegan, diputados que se frotan las manos cuando ven frente a ellos, el negocio que pueden hacer con la construcción de una nueva sede. Esa ambición es la que, hasta hoy, los mantiene en esas oficinitas, con un elevador que siempre está descompuesto, con nulo espacio para estacionarse, y con la incomodidad que representa trabajar con el otro respirándole en la nuca.
Los diputados de la LXII Legislatura no perdieron el tiempo para firmar, en presencia del secretario de Administración del Gobierno del Estado, Jorge Alejandro Escobedo Armengol, y del notario público Tarsicio Félix Serrano, un contrato de donación condicional, de un terreno de una superficie de 22 mil 391 metros, en el Cerro del Gato.
Ellos, presurosos, hasta se fueron a retratar, minutos antes de perder su condición de legisladores, frente a una placa de piedra, como para decir, si se hace, fue nuestro mérito. El amor por los reflectores los traicionó.
Bajo este contexto, y con la necesidad de rescatar los elefantes blancos que dejó regados por todo el estado, el ex gobernador Miguel Alonso Reyes, el actual inquilino de La Casa de los Perros hará un ofrecimiento que ninguno de los 30 diputados en funciones podrá despreciar.
A más tardar hoy, el gobernador Alejandro Tello Cristerna oficializará la propuesta de poner a disposición del Poder Legislativo, el edificio que supuestamente albergaría al Centro Cultural Centenario Toma de Zacatecas, para que lo adecúen y conviertan en un digno espacio para los 30 diputados y sus más de 400 trabajadores.
Este inmueble ovalado de 24 mil metros cuadrados, repartidos en tres niveles de ocho mil 240 metros cada uno, se ubica en un terreno de cuatro hectáreas en el área natural del Ecoparque, y para convertirse en el centro de espectáculos que ambicionaba el ex gobernador se requieren de unos 200 millones de pesos, además de una empresa que quiera entrarle al quite y administrarlo para albergar grandes shows. Un sueño guajiro que ya lleva más de dos años en el aire.
Por ello, esta propuesta, la verdad brillante, no sólo servirá para evitar que este edificio siga siendo un monumento permanente a la corrupción y la ambición, al derroche y la prepotencia, sino que evitará que los actuales diputados gasten más de 140 millones de pesos en una nueva edificación. El estudio de la Secretaría de Obras Públicas dice que, con 50 millones, los diputados podrán tener esa anhelada sede, moderna y funcional, con la que tanto sueñan, descongestionando además el Centro Histórico y evitando llevar más aglomeraciones a la zona de Ciudad Administrativa.
Ya los diputados del Partido Encuentro Social y de Morena habían propuesto echar abajo la construcción de un nuevo edificio, por ser un “despropósito”, en un estado donde más de la mitad de la población está en condiciones de pobreza y sin acceso a seguridad social. Hoy, no hay pretexto. El edificio ya está, sólo es cuestión de voluntad y una visión a futuro que, por lo pronto, demuestra Alejandro Tello, y como será él quien ponga sobre la mesa esta propuesta, difícil, muy difícil será que pase esa proposición de Presupuesto de Egresos que ya presentan los legisladores, en donde sin mesura y con la mano en la cintura, o más bien en los bolsillos, etiquetan millones y millones de pesos para su capricho.
Pena ajena
El alcalde de Guadalupe, el de Morena, el ex perredista, ex priista y ex de las confianzas de muestro inquilino, Julio César Chávez Padilla, no se conformó con llorar por los rincones del municipio conurbado los problemas económicos que, dice, lo tienen agobiado, no, en su desesperación aprovechó que andaba en San Lázaro, según él gestionando, para interceptar al secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio González Anaya.
En su emoción, el zacatecano, sobre las rodillas, escribió un “oficio” plagado de faltas de ortografía, sin la menor idea de lo que es la sintaxis y olvidando que la cartita que entregaría estaba dirigida a un secretario de Estado, no a un subordinado.
Carente de membrete, aunque su jefe de prensa diga que eso “no es una limitante de validez ni es requisito obligatorio”, en el “oficio” se intenta explicar que en Guadalupe se “padece” una deuda de casi 850 millones de pesos y, para ello, Julio César Chávez optó por juntar, en la primera frase, tres verbos: permitir, solicitar y presentar, suponemos que para hacer más contundente su idea, dejando de lado que, de hecho, el verbo permitir al inicio de un “oficio” es arcaico, decimonónico, absurdo y rollero.
Obviamente, el presidente municipal de Guadalupe ignora que no se inicia una oración con «Que» cuando es continuación de la oración anterior. Todo esto, producto de no tener idea para qué y cómo se utilizan los signos de puntuación. El segundo párrafo, definitivamente no tiene pies ni cabeza.
Julio César Chávez demuestra con su redacción que no conoce la diferencia entre el adverbio «aún» (todavía) y la conjunción «aun» (incluso), además que al escribir: «cuenta con recursos en las cuentas», redunda como pequeño en segundo grado de primaria.
Tras leer la hoja que, de manera grosera entregó al funcionario federal, seguimos preguntándonos: ¿Existe una «Secretaria» (sin tilde) de Hacienda, que además tiene cuentas?
Y… «Sabiendo de su sensibilidad», resulta inconcebible que este “oficio” lo haya escrito alguien que todavía es profesor universitario porque, si mal no recordamos, se salió del foro educativo a la mitad del evento porque “iba a dar clase”.
Para todos resulta claro el destino final de este papel que, seguramente, y sólo al verlo, González Anaya lo tuvo que hacer añicos para después lanzarlo a la basura, en espera de que algún pepenador lo recogiera.
Haciendo equipo
Adolfo Márquez Vera, director del Incufidez, se dio el tiempo para cumplir con la encomienda del gobernador, e iniciar relaciones con la futura directora de la Conade, la velocista y diputada federal, Ana Gabriela Guevara.
Con el apoyo de la zacatecana Lyndiana Bugarín, diputada del Partido Verde Ecologista de México, Márquez Vera presentó el plan de desarrollo deportivo para Zacatecas, el cual encontró buena acogida de la ex campeona del mundo, quien de antemano dijo, “hará equipo” con Zacatecas, antes de que decida lanzarse como candidata a la gubernatura de su natal Sonora.
Capacitación al cien
Quien continúa super activo, como siempre, es Simitrio Quezada, director del Instituto de Selección y Capacitación (Inselcap); por lo pronto, ya tiene firmados convenios con los ayuntamientos de Fresnillo y Jalpa, y dentro de unos días seguirá con Villanueva y Jerez.
Así, olvidando colores y sabores, el Inselcap apoyará a Fresnillo, gobernador por el de Morena, Saúl Monreal; al alcalde de Jalpa, que encabeza el de Movimiento Ciudadano, Carlos Carrillo; así como al perredista Miguel Torres, de Villanueva, y al panista Antonio Aceves, de Jerez.
Al momento han sido nueve los funcionarios evaluados, de los cuales ocho fueron calificados como “competentes”, incluyendo a la presidenta del DIF de Jalpa, Irene Medina, quien como todos tomó un curso de tres días, contestó un examen de conocimientos y demostró que sí sabe cómo contestar correos electrónicos y oficios.
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