La Casa de los Perros: el riesgo del plan C de López Obrador

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Definitivamente, México no volverá a tener un presidente, o presidenta que, al preguntar ¿qué hora es?, sus allegados le responderán hincados como en este sexenio de la 4T: la que Usted diga, señor presidente.

Hoy, esta sumisión, que tanto daño le ha hecho a México, nos ha llevado a circunstancias tan terribles como la vivida con Ecuador.

Andrés Manuel López Obrador, emberrinchado, deseaba con ansias locas traer al país al exvicepresidente Jorge Glass, amiguis del asilado en Bélgica, el expresidente Rafael Correa.

El joven presidente de Ecuador, Daniel Noboa, empeñado en castigar al acusado de corrupción, olió las intenciones de López Obrador de sacar sí o sí al invitado, y tomó la mala decisión de allanar la embajada de México.

Y se armó la de San Quintín.

El resultado: López Obrador le quedó mal a su grupo de amigos integrado por Cuba, Venezuela y Nicaragua. Irá a los tribunales internacionales a quejarse y seguramente se dictará una sanción por la “aparente violación por parte de Ecuador de la Convención de Viena”, según los lo dicho por los canadienses.

En Ecuador están felices porque ya está tras las rejas el político acusado de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, así como de malversar recursos destinados a la reconstrucción de la provincia de Manabí después del terremoto de 2016.

Una fichita.

Lo bueno, que dentro de cinco meses, México tendrá a una mujer presidenta, ya sea Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum que, según las encuestas que circulan, no contarían con la mayoría en el Congreso de la Unión, para hacer y deshacer a su antojo.

La empresa encuestadora Massive Caller se encargó de presumir que, en el 2021, dio en el blanco a sus predicciones, y ahora deja ver que el Plan C, simple y sencillamente no se concretará.

El desencanto de Morena y sus aliados entre la sociedad sin duda pesará. Recordemos que la Cuarta Transformación sufrió un retroceso importante; 35.5 por ciento de las personas que votaron en 2018 por Morena, el partido del presidente López Obrador, decidieron no hacerlo en las elecciones de medio término.

Según datos del Instituto Nacional Electoral, 25.1 millones de mexicanos votaron en 2018 por el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, mientras que en las elecciones de medio término del 2021, la cifra de Morena bajó a 16,1 millones.

Massive Caller pronostica que Morena y sus aliados obtendrían unos 163 escaños en la Cámara de Diputados. El PRI, PAN y PRD, llegaría a los 125, y Movimiento Ciudadano unos 12.

Ya después de sumar y restar, a San Lázaro llegarían 259 diputados de Morena y sus aliados, con los plurinominales, y 241 de la oposición y los fosfo fosfo.

¿Y Zacatecas?

En estos rumbos la cosa pinta muy cerrada.

Según la encuestadora, la priista Norma Castorena Berrelleza, una mujer muy trabajadora, llevaría leve delantera con un 41.5 por ciento de la votación para la coalición Fuerza y Corazón por México.

Su contrincante, la morenista Soledad Luévano, que ha dedicado lo que va de la campaña a recorrer cuanta fonda y puesto de gorditas encuentra en el camino, obtendría el 39.6 por ciento de votos.

Por el rumbo de los cañones, José Guadalupe Correa, candidato de la coalición Fuerza y Corazón por México obtendría el triunfo por sobre Julia Olguín Serna de Morena y sus cuates.

Raymundo Moreno y Alfredo Femat, en el tercer distrito federal, igualmente van parejitos, parejitos. Son dos puntos los que los separan.

El crecimiento que ha logrado el perredista Raymundo Moreno nos deja ver que si el petista sigue con sus malas declaraciones puede perder la oportunidad de repetir en San Lázaro.

Las peores candidatas de la elección federal son sin duda Ana Luisa del Muro y Carolina Dávila Ramírez. La petista y la priista se distinguieron por sus pésimos desempeños como diputadas.

Por ello resulta inconcebible que sus partidos las hayan elegido candidatas. Si gana Ana Luisa o Carolina, quien pierde será, sin dudarlo, Zacatecas.

La moraleja para los candidatos a diputados federales es sólo una: o se ponen a trabajar o cualquiera bailará con la más fea.

Lo bueno, que ninguna coalición tendrá mayoría y eso ayudará a que la nueva presidenta de México no nos pueda salir con sorpresas desagradables como las que nos ha recetado López Obrador desde Palacio Nacional.

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