La Casa de los Perros: El general no tiene quien le informe
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Este noviembre, el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor Retirado, Adolfo Marín Marín, cumplirá un año en el cargo de secretario de Seguridad Pública de Zacatecas.
Fue un viernes 19 de noviembre cuando, ante la renuncia de Arturo López Bazán, llegó el general a Zacatecas con una hoja de vida muy prometedora. Licenciado en Administración Militar, maestro en Seguridad y Defensa Nacional, y doctor en Administración Pública, Marín Marín se convertía en la esperanza de la nueva gobernanza que, ante un desastroso arranque de gobierno, vio en este militar esa luz en la obscuridad.
Pero, después de un sonado paro de labores de elementos de la Policía Estatal, de 44 policías ejecutados y una entidad en el top de los estados más violentos de México, la Secretaría de Seguridad Pública, al mando de Adolfo Marín, vive al interior un desorden propio de la 4T.
En las fuerzas armadas, supuestamente, el respeto al orden jerárquico es una regla que todos respetan a raja tabla so pena de recibir un castigo muy, pero muy severo.
Pero ahora que padecemos los tiempos en los que a nadie se le puede ir con aquello de que la ley es la ley, el caos en las dependencias pintadas de guinda ha llegado a las fuerzas militares.
Cuando el teniente Alejandro Hinojosa Lavín llegó a la titularidad del Centro de Coordinación Integral, Comando y Comunicaciones (C5) dictó una orden: la información generada en esta dependencia –supuesta columna vertebral de la también supuesta estrategia de seguridad–, se guardaría en un lugar al que, por ningún motivo, pudiera tener acceso Adolfo Marín.
Esta incómoda y peligrosa situación en un principio fue la comidilla de los trabajadores del C5. Hoy, la preocupación ha sustituido a las burlas.
Hinojosa Lavín, además de no respetar al mando superior, propicia que, a ciegas, Adolfo Marín acuda cada lunes a sus conferencias de prensa. La información e insumos que el C5 generan, y que en mucho le ayudarían a no hacer el ridículo cada semana no se le entrega ni por equivocación.
Los trabajadores del C5 señalan a una legión extranjera que desde Quintana Roo, Jalisco, Tamaulipas y la Ciudad de México llegó a Zacatecas a controlar toda la información que revelan los monitores y que, al menos a Marín Marín, no se le muestra.
Y como las cosas en la 4T siempre pueden ir peor, se reportó la desinstalación de un centro de mando ubicado en los alrededores de La Bufa que controlaba cerca de 40 cámaras de videograbación que hoy no sirven para nada. Están de adorno.
La cuestión es que, hasta la fecha, nadie, ni por caridad de Dios, parecer haber enterado al general Marín Marín de esta comprometida acción. Y si lo hicieron, ni las medidas de apremio, ni la marcha atrás en la orden se hicieron sentir en el C5.
Ante el anuncio que hiciera el inquilino de La Casa de los Perros, de que se gastarán unos 700 millones de pesos para “robustecer” el C5, para “convertirlo” en uno de primer nivel que –reza el boletín de prensa del pasado 24 de octubre–, “permita vincular tecnológicamente a todas las regiones de la entidad”, la pregunta es: ¿no sería mejor, primero, usar lo que ya se tiene de manera adecuada?
Si la capacidad instalada y el personal experimentado existente se conectara con un secretario capaz al que sus subordinados le obedecieran sería más que suficiente. Pero hoy, las grillas internas, sello distintivo de la nueva gobernanza, han creado una zona ciega en plena ola de violencia.
En el C5, la intranquilidad genera un llamado al gobernador David Monreal Ávila para que ponga cuidado en este puntilloso asunto ya que, obviamente, la vulnerabilidad en el manejo de las cámaras necesariamente eleva el riesgo en materia de seguridad.
Hoy, queda claro que el general Marín Marín finca el optimismo que desborda cada lunes en una nube de incertidumbre y vacilación ante la falta de insumos que debería tener en sus manos todos los días.
Definitivamente, el general en Zacatecas no tiene hoy quien le informe…
Torbellino en Jerez
Cuando Marco Antonio Vargas Duarte renunció a la secretaría de Gobierno Municipal de Jerez y llegó en su lugar Pablo Torres Corpus, todos sabían que en el cargo no duraría ni un suspiro. Y así sucedió.
Acostumbrado a la “buena vida”, prohibida hoy para los integrantes de la 4T, ya había dejado de lado la secretaría de Finanzas en el gobierno municipal de Zacatecas, que encabeza Jorge Miranda Castro.
Ahí, sus constantes inasistencias y la checada de tarjeta después del mediodía, si bien iba, mostraron de cuerpo entero a un hombre al que le cuesta trabajo cumplir horarios y responsabilidades.
Así, ante la inestabilidad que ocasiona el que el alcalde Humberto Salazar Contreras no haya podido encontrar a quien le haga fuerte desde el segundo cargo más importante en el escalafón municipal hace acto de presencia la síndico Adriana Márquez Sánchez.
Ella, desde el Cabildo, ha alzado la voz ante el evidente desorden que existe al interior de la actual administración municipal. Son muchas las quejas y denuncias sobre abusos, despidos injustificados y pocas, muy pocas las voces que al menos manifiesten preocupación.
Por parte de Adriana Márquez, y en un afán de contribuir a que el Gobierno Municipal avance, ha sostenido un acercamiento con Humberto Salazar para hacer equipo y dejar la grilla para otro día. Han decidido unir esfuerzos. El objetivo: andar estos dos años que restan de gobierno de la mano.
Por lo pronto, en materia de otorgar certeza jurídica a los jerezanos, Adriana Márquez ha estirado la cuerda para que este tema, olvidado por varias administraciones, avance, sobre todo en lo que se refiere a los edificios y predios que con más de cien años siguen sin papeles. En la ilegalidad pues.
Por lo pronto, la síndico y su equipo lograron que Jerez sea el primer municipio en Zacatecas que obtiene el título de propiedad de predios emblemáticos como el Teatro Hinojosa, el Edificio de la Torre y el Jardín Rafael Páez, para poder acceder a recursos federales para su remodelación.
Hoy, Humberto Salazar ya se dio cuenta que, ante los desatinos en el nombramiento de su secretario de Gobierno, tiene en la síndico una oportunidad que debe aprovechar. O que se acuerde lo que al exalcalde Ulises Mejía Haro le pasó hace unos años en la capital.
Pero, eso sí, si el alcalde no jala las orejas a los funcionarios para que se pongan a trabajar y presenten proyectos ante las instancias federales para acceder a recursos en beneficio de estos lugares simbólicos para la historia de Jerez, de nada habrá servido el esfuerzo de la síndico.
Ya lo dijo el mismo presidente: el enemigo lo tengo en casa.
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