La Casa de los Perros: el FBI, Zacatecas y las alertas «innecesarias»

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Los hechos que Virginia de la Cruz desveló sobre la negligencia y malas prácticas que suceden un día sí, y el otro también en el Servicio Médico Forense de Zacatecas, son sólo un delgado hilo de una gruesa hebra de corrupción.

Porque, a pesar de la alegría que la nueva gobernanza se empeña en demostrar en sus tibios y poco convincentes mensajes, la violencia que implican las desapariciones que diario inundan las redes sociales, son un muro insalvable para los fallidos pregoneros de la paz.

Hace 10 meses, los hermanos José Luis y Álvaro Muro del Real desaparecieron cuando se internaron en territorio zacatecano. Hoy no sólo son buscados por sus familiares y autoridades de México (eso dicen ellas); el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) ha entrado también al quite.

La organización policial estadounidense ofrece una recompensa por la información que conduzca a la localización de José Luis, o en su caso, de los responsables de su secuestro.

Esta historia de horror comenzó el 16 de septiembre del 2023, cuando los hermanos Muro del Real emprendieron un viaje de su natal Colotlán, Jalisco, entre la 1:00 y 2:00 horas de la madrugada.

Ellos desoyeron la advertencia de no viajar de noche por las carreteras de Zacatecas y partieron rumbo al Aeropuerto Internacional, a unos 150 kilómetros de distancia. El trayecto les tomaría más o menos dos horas en automóvil.

Resulta que José Luis, de 47 años, tomaría un vuelo en el “General Leobardo C. Ruiz” a las 5:45 horas. Su hermano Álvaro, de 64 años, era el encargado de acompañarlo. Sin embargo, ninguno de los dos llegó a su destino. El avión partió sin José Luis. Álvaro no volvió a Colotlán.

Y así, desde ese día, nada se sabe de los jaliscienses.

Los hermanos Del Real viajaban en una camioneta Nissan Frontier Crew Cab, gris, 2006, la cual tampoco ha sido encontrada por las autoridades.

La movilización de la familia consiguió que el FBI solicitara la colaboración de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas.

Hoy ofrecen una recompensa de tres mil dólares por la salvación de José Luis, de cabello negro y ojos cafés, quien nació el 10 de abril de 1997.

El hombre, de 1.70 metros de altura y un peso aproximado de 90 kilogramos habla inglés y español, y tiene tres lunares en el lado izquierdo del rostro, debajo del ojo, que forman un triángulo. Tiene además una cicatriz en la espalda y otra más, roja, de una quemadura en el brazo derecho

Álvaro del Real lucía el día de su desaparición el cabello lacio, cano y corto, tiene los ojos cafés claro, medianos y es de complexión robusta.

El hermano mayor es también más alto, mide 1.75 metros y tiene una cicatriz grande en forma de medialuna en la ceja izquierda, una segunda de tamaño pequeño en el hombro y pecas en la espalda.

Cabe destacar que la oficina regional en Indianápolis del FBI, que ofrece 53 mil 367 pesos –al tipo de cambio de hoy lunes 15 de julio–, por la identificación, arresto y condena de los responsables del secuestro, pocas veces se involucra en un caso de este tipo en el territorio nacional.

Y menos cuando la nacionalidad de la persona privada de la libertad es de nacionalidad mexicana, como se señala en la ficha de búsqueda.

Eso sí, se debe hacer notar que el FBI interviene cuando existe la sospecha de participación de organizaciones criminales o terroristas.

La jurisdicción del FBI a investigar delitos contra estadounidenses en el extranjero se remonta a más de tres décadas. A mediados de la década de 1980 el Congreso aprobó leyes que los autorizan a investigar la toma de rehenes y los secuestros de estadounidenses en el extranjero.

Pero José Luis es mexicano.

Aún así, los hermanos Del Real, de Colotlán Jalisco, no han aparecido y los días pasan sin tener noticias de ellos.

Pero bien valdría la pena que la familia se diera una vuelta al Semefo de Zacatecas, uno nunca sabe.

Aunque, eso sí, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, visitó Zacatecas por tercera ocasión y, según relata el boletín del pasado 10 de julio de la Coordinación de Comunicación Social, “reconoció los logros alcanzados por el Gobierno del Estado”.

Tan así la cosa que, según el secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, hasta Zacatecas podría quedar fuera de las alertas que emiten las autoridades estadounidenses.

Porque, a pesar de que el FBI tiene la mira en Zacatecas como una entidad en donde los secuestros y las desapariciones son cosa de todos los días, Rodrigo Reyes juró que según la evaluación hecha por el equipo de Ken Salazar, “el estado ya no se encuentra en una circunstancia en la que ésta alerta sea necesaria”.

Entonces, dadas estas circunstancias relatadas por la nueva gobernanza, al parecer ya no nos tendremos que encomendar a Dios ¿o sí?

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