La Casa de los Perros: Diputados timoratos
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
El gobernador Alejandro Tello Cristerna, desde que este 2017 inició, nadó contracorriente ante la andanada que las transnacionales –que seguramente no pagarán el Impuesto Ecológico–, emprendieron contra su gobierno. Y fueron sólo tres funcionarios los que salieron al quite y no lo dejaron solo: el secretario de Finanzas, Jorge Miranda Castro; el secretario del Agua y Medio Ambiente, Víctor Armas Zagoya, y el coordinador de Comunicación Social, Héctor Alvarado Gómez.
Los otros, el resto, se limitaron a soltar mensajes románticos en las redes sociales como Facebook, o darle retuit a lo que en Twitter posteaba el inquilino de La Casa de los Perros, pero de ahí en más, jamás dijeron esta boca es mía.
Los que también enmudecieron, porque andaban de vacaciones, bueno no, en receso entre periodos ordinarios, fueron los diputados locales. Y no hablamos de los opositores, porque hasta Luis Medina Lizalde y Omar Carrera, de Morena, así como Geovanna Bañuelos, del Partido del Trabajo, salieron a señalar que el Impuesto Ecológico sí era una causa de justicia social que debía defenderse, no, aquí hablamos del bloque oficial que conforman los legisladores del PRI, PVEM y Panal.
Cuando en las sesiones de la Comisión Permanente se esperaba un mensaje enérgico para defender no al gobernador, no al Impuesto Ecológico, no a los zacatecanos, ya era mucho pedir, sino a una posición propia, pues al final fueron ellos, y sólo ellos quienes dieron el voto afirmativo para que dicho tributo se cobrara a las empresas que contaminan a la entidad, ellos guardaron silencio.
En noviembre de 2016, como lo confirmó el diputado del Panal, Le Roy Barragán Ocampo, a sus manos llegó el Paquete Económico 2017, en el que se incluye, como se sabe, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos.
Desde ese mismo momento, para los legisladores, la prioridad fue solo una: el Presupuesto de Egresos, pues de ello, de esos recursos, depende, lo saben bien, su permanencia o no en esa curul que ganaron en la pasada elección. Sin dinero no hay reelección.
Entonces, el libro que contenía la Ley de Ingresos ni lo leyeron, también lo confirmó el propio Le Roy Barragán, ex secretario de Administración en el gobierno de Miguel Alonso Reyes; tampoco la cabildearon, como igualmente lo afirmó el priista convertido a Nueva Alianza para hacer bancada. Simplemente como «a nosotros nos dieron la idea de que estaban de acuerdo (las mineras)”, hicieron lo que aprendieron muy rápido, a levantar la mano para votar a favor sin el menor conocimiento de causa.
Cuando los diputados del PRI, PVEM y Panal se dieron cuenta del embrollo que el Impuesto Ecológico significaba procedieron a hacer mutis y disfrutar los 755 mil 973 pesos que recibieron como «herramientas legislativas» o capítulo 4000, como lo quieran disfrazar, los últimos cuatro meses del año. Cada uno, que conste.
Y para que no se dijera que había carencias, enero y febrero también recibieron sus «herramientas legislativas», casi 200 mil pesos por mes también por cada uno, y se dedicaron a nada. Ellos imaginaron que mantenerse en bajo perfil les ayudaría más en el partido a obtener el derecho a reelegirse, pero creo que se equivocaron, porque finalmente no era ni Tello Cristerna, ni Miranda Castro, ni Armas Zagoya, ni Alvarado Gómez, los que tenían que salir a lidiar con ese toro, eran ellos, los que se supone leyeron, estudiaron, analizaron y al final votaron a favor del Impuesto Ecológico.
Ayer, cuando por fin se presentaron a trabajar, luego de un asueto en Paraíso Caxcán, Le Roy Barragán terminó por declarar a la prensa que a Alejandro Tello «le faltaron buenos asesores en el Impuesto Ecológico».
Para este ex funcionario le fue más fácil eludir su responsabilidad, misma que le requiere ahora la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de una controversia constitucional, y descalificar a los funcionarios que, bien o mal, se la rifaron al lado del titular del Poder Ejecutivo.
Pero como la ciudadanía está harta de diputados timoratos, sin liderazgo, que ante la adversidad se esconden, que no saben ni lo que aprueban porque no están preparados ni para leer una iniciativa de Ley y decidir si violenta la Constitución o no, seguramente no les volverá a dar el beneficio de la duda y este 2018, al menos en el ala oficial, se vivirá una renovación total de legisladores.
Las lamentables declaraciones del diputado Le Roy Barragán dejaron una vez más al descubierto que los diputados del PRI, PVEM y del Panal, votan por votar, así de simple. Así de sencillo. Ellos están ahí para gastar algo así como 30 mil pesos en consumos en restaurantes, hoteles y gasolina, como el propio legislador de Nueva Alianza lo reportó, además de unos 650 mil pesos en «ayudas»; es decir unos 680 mil pesos comprobados de los 755 mil 973 pesos que recibió. Del resto nadie sabe. Todo ello según facturas y justificantes en poder de esta columna, obtenidos vía Infomex.
Si ya de por sí el PRI está en plena decadencia; el PVEM se quiere desligar de alianzas o coaliciones, según lo ha externado el senador Carlos Puente Salas, y el Panal, pues quién sabe y ni el 3% de la votación alcance, se ve harto difícil que estos diputados logren siquiera la candidatura para la reelección. Igual y ahora el que hace mutis es otro.
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