La Casa de los Perros: Díficil el transitar de Xóchitl Gálvez en Zacatecas
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Difícil, muy pero muy difícil se vislumbra el caminar de Xóchitl Gálvez en Zacatecas cuando su única opción es transitarlo de la mano de quienes este domingo la arroparon en su primera visita a la entidad, ya como coordinadora nacional del Frente Amplio por México.
Ella, abanderando la campaña Mi casa es tu casa, cortesía de Morena y sus aliados, hizo bien en refugiarse en casa de una familia de zacatecanos, los Valdés Miranda, quienes le brindaron hospedaje y un remanso de paz.
Sí, ahí sin duda tuvo un buen respiro porque lo que le esperaba después vaya que sería espinoso.
Porque no es poca cosa tener que tomarse una selfie a escondidas con el exgobernador Miguel Alonso Reyes, el mismo que quiere fuero por tres o seis años pero que no lo desea obtener buscando el voto, cara a cara, de los zacatecanos. Conseguirlo desde el ostracismo es más cómodo, y barato.
Como tampoco lo fue encontrarse codo a codo con la senadora Claudia Anaya Mota, otra que también desea seguir mamando de la ubre del erario y, de paso, utilizar sus influencias para que su parentela haga lo mismo. Total, qué tanto es tantito.
Y aún hubo más. Xóchitl Gálvez, durante su estancia seguro se percató que la oposición en Zacatecas no existe y sólo está en lo que debe estar para conseguir huesos que, en nada, absolutamente en nada, han ayudado a los habitantes de esta dolorida tierra. Puro interés personal, y nada más.
Quien dentro de unos meses se enfrentará a la consentida de Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum, con el objetivo único de sentarse en la silla presidencial, tuvo que lidiar con Fuensanta Guerrero y Carolina Dávila, el par de diputadas federales de quien realmente no se sabía si aún existían. Pero resulta que sí, que están listas y presentes, pero sólo cuando les es conveniente a ellas. Se placearon sonriendo sin mostrar el mínimo rubor por su triste y vergonzosa actuación en la Cámara de Diputados.
Y ahí estuvieron también los panistas, con su dirigente Verónica Alamillo y el diputado federal Miguel Varela Pinedo. Ningún entusiasmo levantó este par de personajes que parecen no entender que, a ellos, lo más probable es que ni en su casa los conozcan. Su trabajo no les ha dado para tanto.
Por el PRD, sí, el mismo que mal que bien cumplió su cuota al llenar el tercio que le correspondía en el Teatro al Aire Libre Centenario, acudieron desde el presidente Raymundo Carrillo hasta Eleuterio Ramos Leal, el alcalde de Valparaíso que ya busca una curul y dejar a su hermana al frente de la Presidencia Municipal, pasando obviamente por la carta que barajean para hacerse de la alcaldía de la capital: Raymundo Moreno.
Y una gráfica quedó para constatar que el pleito por los cargos es tan similar al que se libra con los vecinos de enfrente. Miguel Varela y Raymundo Moreno, con tal de salir en la foto con Xóchitl, unieron sus manos por unos segundos, aunque las patadas por debajo estén a la orden del día. Lo malo de querer, ambos, el mismo jugoso hueso.
Porque así es, y al parecer seguirá siendo: los políticos de siempre que se reúnen en torno a su candidata a la que juran apoyar por el bien de su amada tierra pero que, al final, cuando muestran su verdadera cara, la vulgar ambición tan, pero tan parecida, por venir de la misma raíz, que tiene en el lodazal a Morena y sus aliados.
A la basura
¿Quién, debemos ser honestos, en su sano juicio, llevaría a sus hijos menores de 15 años a recibir una vacuna que caducó en noviembre del 2022 pero que, según dijo el gobierno se podía seguir usando hasta el 16 de septiembre del 2023?
Nadie, por Dios, nadie.
Por eso, en la basura ya deben estar, a menos que nos digan ahora que el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) autorizó otro cambio y que esas vacunas se pueden seguir usando forever, más de 20 mil dosis que durante la pandemia llegaron tarde y que cuando pisaron suelo mexicano fueron escondidas con fines meramente electoreros por los que dirigen la 4T.
Tristemente, seis mil 802 niños, de entre cinco y 11 años, cuyos padres cayeron en el engaño, sí recibieron esta vacuna contra el Covid-19. El resto de los más de 32 mil infantes candidatos a la vacuna cuyos padres y maestros sabiamente decidieron dar la espalda a una campaña gubernamental sin pies ni cabeza, quedaron sin protección óptima.
¿En manos de quién estamos? Ahora sí que Dios nos agarre confesados a todos los mexicanos.
Al quite
Fue el secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, acompañado del titular de la Comisión Local de Búsqueda de Personas en Zacatecas, Everardo Ramírez Aguayo, quienes salieron al quite y atendieron a las Madres Buscadoras que se manifestaron en el tradicional Desfile del 16 de septiembre.
El pecado de las madres buscadoras es sólo uno: ser víctimas de la inseguridad y las fallidas estrategias dictadas desde Palacio Nacional por un sujeto cuyo único trabajo diario es presentar un show matutino con fines electoreros para engañar a los mexicanos y punto.
Ese pecado lo pagan caro. Ellas mueren en vida cada día y lo menos, lo mínimo que deberían recibir es un trato digno y sensible de parte de sus autoridades.
Rodrigo Reyes aseguró que hoy lunes la mesa de atención en la que participan la Fiscalía Especializada para la Atención de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición cometida por Particulares de la Fiscalía General de Justicia del Estado, la Comisión de Búsqueda, colectivos y organismos del Gobierno de Zacatecas, entrara en sesión con el propósito de dar seguimiento a las acciones que se realizan para la localización de personas.
Esperemos que sea verdad.
Y así, entre tremenda fiesta de cumpleaños que se convirtió en un abierto espaldarazo a la comisionada Julieta del Río Venegas, por parte del inquilino de La Casa de los Perros, y la confirmación de que Saúl Monreal está dispuestos a levantarle la mano a la delegada del Malestar para ir en mancuerna rumbo al Senado de la República, y coadyuvar con ello al bienestar de Zacatecas, a nosotros no nos queda otra que sonreír, porque dijeron que vamos requetebién… ¿o no?
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