La Casa de los Perros: De renegados, aprietos y business
EL GUARDIÁN
Renegados
Lo dijo claro, y aunque el tema no le gusta, no le quedó de otra. La familia, al final de cuentas es la familia. Y las navidades, los cumpleaños y esos festejos tan costumbristas se celebran mirando a los ojos a la esposa, a las hijas, a los hermanos y, claro está, a los cuñados también.
Pero aun así, en tiempos electorales, y por mucho que el dueño temporal de La Casa de los Perros sea el cuñado, las definiciones se hacen necesarias.
Todos saben que el artífice del triunfo de Miguel Alonso Reyes fue uno solo: Pedro de León Mojarro, por ello, ahora la familia espera que las cosas se inviertan y que sea el gobernador quien funja como el promotor de las aspiraciones del funcionario federal.
En la comida de «destape» de Pedro de León, quien levantó la mano en señal de triunfo fue la esposa, Margarita Alonso; en la mesa principal estaba la cuñada mayor, la cabeza de la familia, Lucía Alonso. Ósea que el apoyo ahí presente, les guste a muchos o no.
Pero hoy, cuando haciendo referencia a «lo feíto» que puede verse que el cuñado del gobernador sea quien busque sucederlo, dejó en claro que el apellido Alonso a él no le queda por ningún lado: Yo me llamo Pedro de León Mojarro. Del otro, «que renieguen mis hijas, yo por qué, yo soy De León Mojarro», y punto.
El momento incómodo, así como la referencia a su pasado perredista, lo libró con respuestas secas, cortantes.
La duda de si este será un proceso equitativo tuvo su dosis de humor: «Eso lo vamos a ver, dijo el que se robó a la novia», aunque después matizó y dijo tener la esperanza de que así será, con piso parejo para todos los partidos y para todos “los presuntos aspirantes”.
Y aunque estos presuntos esperan que esta sea una sana «convivencia democrática», aunque la última palabra no le gusta, le cae mal y se niega a mencionarla, en Zacatecas se puede alcanzar la felicidad entre todos.
De todos es sabido que su cargo al frente de la coordinación de delegaciones de la Sedesol le ha servido hasta hoy no solo como trampolín, sino como un buen pretexto para andar del tingo al tango; hablar por aquí y por allá, y convocar a conferencia de prensa a través de la oficina de Comunicación Social de la Sedesol, y también del despacho de prensa de «Podemos lograr más».
En la guerra y el amor…
Pero, al final, el buen Simón Pedro quiere dejar en claro que enfrentar y abatir la pobreza ha sido su más grande satisfacción, por ello los buenos resultados que, dice, se han obtenido y que vendrán, «tienen que tener alguna consideración en su momento».
Aprieto
En bonito aprieto puso el delegado de la Sedatu en esta entidad, Abelardo Córdova Almanza, al subsecretario Arturo Nahle, quien muy gallardo, con sombrero y todo, hizo su arribo a las oficinas federales y se encontró con una puerta cerrada. Tocó una vez, tocó otra, y finalmente tuvo que esperar bajo un sol inclemente a que el guardia del turno sabatino abriera y le dijera que de reuniones con la aguerrida gente de José Narro Céspedes no sabía nada.
El más divertido con la situación fue el propio perredista, quien observaba a un molesto ex procurador intentando marcar su celular para que el encargado cumpliera su palabra de reunirse cada mes con los integrantes de la CNPA.
Ya en la sala de juntas, con un calor de los mil demonios, y decenas de personas de pie y con prisa, y ante los reclamos de los presentes, a Nahle García no le quedó de otra que hacer valer su jerarquía y decir que si Córdova Almanza tardaba o no llegaba, para eso estaba ahí el mero mero subsecretario. Y aún más, que revisaría, uno a uno los acuerdos tomados y ay ay ay de aquel que no tuviera avance, porque el “jalón de orejitas” se haría presente.
Faltaba más.
Business
En menudo aprieto ha puesto el oficial mayor del Gobierno Municipal capitalino, Pedro Antonio García Tachiquin, al alcalde Carlos Peña Badillo, y es que este funcionario es amante de los jugosos negocios y por ello está en la mira de la Contraloría.
Y aunque en Zacatecas se impulsa eso de hacer negocios para generar empleos y con ello crecimiento y desarrollo, tampoco se vale realizarlos bajo el amparo de un puesto gubernamental, sea de primer, segundo o tercer nivel.
Al inicio de la administración municipal, algunos regidores ventilaron que dicho trabajador había estado incluso en la cárcel, pero él aclaró que nomás se vio involucrado en el 2004, en un proceso penal, junto a otras 13 personas, a quienes si bien se les dictó auto de formal prisión por delincuencia organizada, por unas transas en una empresa de medicamentos, al final todo se aclaró. Él lo dijo.
En ese lío, hasta el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issstezac) salió, dirían por ahí, embarrado.
Al final, como nunca hubo una sentencia, y él salió absuelto, pues se dio carpetazo y ahí acabo ese asunto.
Hoy, el nombre del oficial mayor vuelve a relucir por el hecho de que, carro que se descompone, carro que se lleva a arreglar a un taller de su propiedad ubicado en Guadalupe. Como lo dije, el caso, de los autos, no de los medicamentos, está en manos de la Contraloría Municipal, quien ha armado un buen expediente. Ahora, como siempre dicen en estos casos, a desahogar las pruebas, solventar irregularidades y, otra vez, ahí acabará el asunto.
Viva México!