La Casa de los Perros: ¿chivos expiatorios en la Fiscalía de Zacatecas?

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Fue el 30 de noviembre del 2023 cuando un reporte anónimo al Sistema de Emergencias 911 movilizó al personal de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Guadalupe.

Fue a una casa de la calle Palmitos, en la colonia África, hasta donde los oficiales del orden llegaron, pero al encontrarla cerrada tuvieron que esperar una orden de cateo girada por un juez.

Tras los trámites debidos, los policías municipales ingresaron para hallar a dos mujeres y un hombre ejecutados.

El 30 de noviembre, Zacatecas se ubicó, junto con el Estado de México y Sonora, en el segundo lugar con más homicidios dolosos: siete cada uno. Sólo fueron superados por Guanajuato con 11 muertes violentas.

Ese mismo día fue asesinado el director de Seguridad Pública de Fresnillo, Antonio Soledad Pérez, el agente Gerardo Aquino Martínez, y un civil.

Sin duda, los trabajadores de la Dirección de Servicios Periciales tuvieron un día de mucho trabajo.

Como lo reveló el hoy magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, y exprocurador de justicia de Zacatecas, Arturo Nahle García, en su columna publicada en Tripleerre las mujeres fueron identificadas por sus familiares, una de ellas el mismo 30 de noviembre y la otra el 5 de diciembre.

Fue el 12 de diciembre cuando Virginia de la Cruz, la mujer cuya amarga queja se hizo viral, acudió al Semefo buscando a su hijo. Ahí se le mostraron fotografías de cadáveres, entre ellos el de su hijo, pero no lo reconoció a pesar de los múltiples tatuajes que José Alejandro tenía.

Siguiendo el protocolo, y como lo relata Arturo Nahle, se le tomó una muestra de ADN, cuyo análisis le cuesta al Estado unos ocho mil pesos. Al año, en Zacatecas, se toman alrededor de nueve mil muestras.

El expresidente del Tribunal Superior de Justicia escribió que Virginia de la Cruz regresó siete meses después, el pasado 4 de julio, pero una vez más no logró reconocer el cuerpo de su hijo. Ella, esa vez, no iba sola, la acompañaba una hija quien sí pudo identificar a José Alejandro.

La pena de una madre al saber que su hijo estaba muerto y que se mantuvo en una cámara fría en el Semefo durante siete meses, la llevó a levantar la voz de manera enérgica en el Congreso del Estado.

El escándalo que provocó su lamento llevó al pánico a las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas que, como llega a suceder en estos casos, optaron por cortar cabezas.

Y le tocó al director José Luis Jiménez Gómez; así como a Ignacio Carbajal, subdirector de Servicios Periciales, y a Omar Saúl Escobedo Ochoa, jefe del Departamento de Identificación Humana. Ellos están ahora, según dijo el fiscal Cristian Camacho Osnaya, bajo dos investigaciones, una de carácter penal y otra administrativa, por las supuestas irregularidades en su trabajo.

Hoy, a la cabeza de esa delicada área ha sido nombrada Rubí Sánchez Noriega, como nueva directora general de Servicios Periciales. Estará al frente de unos cien peritos profesionales y 50 técnicos que ahí laboran y que, como ella, tienen experiencia y han recibido capacitación.

Rubí Sánchez ahora conducirá ese trabajo que, bien lo narra Arturo Nahle, se lleva a cabo los 365 días del año.

Sánchez Noriega comandará a estos hombres y mujeres que “andan en la madrugada por todo el estado recogiendo cuerpos de personas accidentadas o asesinadas, certificando lesiones, haciendo dictámenes psicológicos, ginecológicos o seminológicos por casos de violación, valuaciones de daños materiales y objetos robados, estudios de sangre, de ADN, de huellas digitales, armas de fuego, etcétera, etcétera”.

Y sí, hablamos de un trabajo excesivo cuya paga no es la adecuada.

Porque, relató Arturo Nahle, “estos servidores públicos realizan más de tres mil peritajes al mes y aproximadamente dos mil autopsias al año; a los peritos profesionales les pagan nueve mil 700 pesos a la quincena y a los técnicos siete mil, por eso se manifestaron el año pasado”.

Obviamente esto no es pretexto para que una situación como la vivida por Virginia de la Cruz se repita. Pero tampoco lo es para que chivos expiatorios sean mandados al matadero señalados por la sociedad.

La investigación que pesa sobre José Luis Jiménez Gómez; Ignacio Carbajal y Omar Saúl Escobedo Ochoa deberá ser exhaustiva e imparcial.

Que las necesidades políticas de un fiscal en apuros no la conduzcan. Pero que además todos conozcamos los resultados. Que la transparencia en todo el caso sea la luz en el camino.

Van solos

En el PRI, ya se preparan para el 2027 y, según lo dijo el dirigente estatal, Carlos Peña Badillo, para la próxima elección lo mejor será ir solos, antes que mal acompañados.

Por eso no habrá vacaciones, eso dicen, para los priistas que tienen a la de ya, la encomienda de trabajar las bases y, sobre todo, recuperar la confianza de la militancia y el electorado.

Por lo pronto, esa será la ruta de trabajo y en ella, jura Carlos Peña, están empeñados.

Y es que el rumor de que, si Cuauhtémoc Calderón llegara a suplir a Miguel Varela Pinedo en la elección extraordinaria por la capital de Zacatecas, por nada del mundo lo apoyarán. Hay viejas rencillas entre Peña y Calderón que no se olvidan.

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