La Casa de los Perros: Caras nuevas
Los diputados federales, una vez sentados en su curul en San Lázaro, se convierten en seres que actúan, caminan, festejan y hablan como si el mismísimo Dios Padre Creador los hubiera tocado. Ni los reyes de sangre azul son tan inalcanzables y todopoderosos como ellos.
A últimas fechas, Zacatecas ha contado con extraordinarios parlamentarios que a su paso por la máxima Tribuna del país han dejado huella, como Amalia García Medina, Ricardo Monreal Ávila, el mismo Guillermo Huizar Carranza y, por supuesto, Tomás Torres Mercado.
Pero así como ellos, claro que ha habido casos verdaderamente vergonzosos como el Julio César Flemate, Bárbara Romo Fonseca, o actualmente como Benjamín Medrano y Leonel Cordero Lerma, que se embolsan unos 148 mil 375 pesos brutos al mes sin despeinarse.
Algunos zacatecanos han llegado a San Lázaro no representando a su patria chica, sino a otros estados, pues los partidos políticos acomodan a sus alfiles de la forma más conveniente.
El caso más reciente es el de Jorge Álvarez Máynez, quien bajo la bandera de Jalisco, y el Partido Movimiento Ciudadano, ocupa un día sí, y otro también, la Tribuna para posicionar, presentar iniciativas y debatir.
El joven ex regidor y ex diputado local hasta el momento ha presentado unas 37 iniciativas, de ahí que fue calificado como unos de los legisladores más productivos del país.
Él, en el Foyer del Teatro Calderón, encabezó un interesante ejercicio en el que se hizo acompañar no sólo por el dueño de la franquicia que lo patrocina, Dante Delgado, sino también por Alejandro Encinas, quienes se desvivieron en elogios para el zacatecano.
Y si bien no se dedicó a enumerar esas 37 iniciativas a las que ha dado voz, en un monólogo aburrido, sí posicionó, sin podium que separa, algunas ideas como el que los diputados federales no sólo representan a un Distrito, sino a toda una Nación.
Quien renunciara a privilegios como el seguro de gastos médicos mayores del que se benefician la mayoría de los diputados, recalcó que no todos «vivimos en la lógica de los privilegios y los excesos».
Además, remarcó que no se requiere defender intereses políticos para estar del lado de Zacatecas.
Hoy, por ejemplo, padecemos las Reformas Estructurales ponderadas por Enrique Peña Nieto, que una a una fueron avaladas por los diputados zacatecanos, sin empacho alguno, sin siquiera leerlas. Su misión era sólo una: Levantar la mano o pulsar el dispositivo para que su voto a favor fuera público en el tablero. Hoy, de esto, no dicen ni pío.
Y no olvidar que esa costumbre priista de decir que sí a todo lo que les mandan dejó a Zacatecas con al menos tres mil millones de pesos menos, pues la disciplina tricolor no les permite pelear, disentir, defender una posición, pues en la mayoría de las ocasiones, no la tienen.
En verdad fue grato observar ayer al joven Álvarez Máynez encabezar este acercamiento con la sociedad sin parafernalias inútiles. Y si bien en algunas ocasiones el carácter combativo del zacatecano lo hace ver un tanto intransigente, sin duda debemos decir que él es una muestra de que las caras nuevas siempre refrescan, requieren de espacios y apoyo para hacer un buen trabajo y destacarse de entre esos 500 y tantos sujetos que sólo pululan entre las curules en busca de cargarle el portafolio al líder de la bancada, retratarse con las «artistas de moda» que por situaciones aún inexplicables son diputadas, o aprovechar el valioso tiempo para hacer crecer su familia amparadas en licencias por maternidad.
Futuro con estrella