La Casa de los Perros: Adiós al Pacto de Civilidad
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Antes de que el 2017 llegara a su fin, el inquilino de La Casa de los Perros giró una instrucción precisa para evitar, a toda costa, que el proceso electoral en Zacatecas se viera manchado por prácticas poco honorables, a la Secretaría General de Gobierno, encabezada por Fabiola Torres: No sólo hacer un llamado a todos los partidos políticos a signar un Pacto de Civilidad, sino lograr que lo firmaran y que las partes lo cumplieran.
Para ello, la funcionaria estatal designó a Juan Carlos Lozano Martínez, subsecretario de Desarrollo Político, como el encargado de llamar a los dirigentes de los partidos políticos con registro en Zacatecas a todas las reuniones que fueran necesarias para, con el Gobierno del Estado, juntos, contribuir a que la jornada electoral se desarrolle con tranquilidad.
Y entonces, este funcionario de primer nivel, a quien se le involucró en actos de presunta corrupción y maiceo cuando fue diputado local; y quien dijo que como dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) «metía las manos al fuego» por legisladores del PRI de la 60 Legislatura cuando, otra vez, fueron señalado por cobrar por aprobarle un megapréstamo al ex gobernador Miguel Alonso Reyes, demostró que no da una.
Ocupado en atender los caprichos de su esposa, quien dice que trabaja en el Congreso del Estado, y a quien se le conoce sólo por sus constantes inasistencias, su enorme flojera, sus garrafales faltas de ortografía y su prepotencia –siempre dice que está protegida por su marido y el gobernador Alejandro Tello–, este funcionario conocido como El Profe, simple y sencillamente no cumplió con su cometido, desestimó la orden de sus jefes –porque los tiene, aunque diga que no–, y echó por la borda no sólo la convocatoria a los partidos políticos, sino la mesa de diálogo.
Desde un inicio, la presencia de Juan Carlos Lozano en la Secretaría General de Gobierno no generó la mínima confianza, por ello, a la primera convocatoria asistieron Susana Rodríguez Márquez, dirigente del PVEM; Noemí Luna, presidenta del PAN; y los líderes Felipe Ramírez (PRI), Felipe Álvarez (Movimiento Ciudadano); Nicolás Castañeda (Encuentro Social), Arturo Ortiz Méndez (PRD); Mariano Lara (Panal); Alfredo Femat (PT) e Ignacio Frayre (PAS). Fernando Arteaga, de Morena, dijo no.
A la segunda convocatoria sólo asistió el ex presidente municipal de Tabasco, porque ni los aliados del gobierno consideraron siquiera viable ir a perder el tiempo a La Casa de los Perros en pleno proceso electoral y con cosas importantes, como las candidaturas, por resolver.
Hoy, a Juan Carlos Lozano Martínez, los presidentes de los partidos políticos ya ni el teléfono le contestan, y menos cuando se supo que fue él, y solamente él, quien tuvo la brillante idea de mandar bloquear con patrullas y elementos de la Policía de Tránsito y Vialidad, el Bulevar, que para evitar, dijo iluso, llegaran los de Morena al Multiforo a ver al puntero en la carrera presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Con su descuido, Lozano Martínez no sólo consiguió que al gobernador lo vapulearan, hasta el cansancio, en las redes sociales, sino además logró que el Pacto de Civilidad terminara antes de siquiera ver su primera luz.
Por lo pronto, Fernando Arteaga, Alfredo Femat y Nicolás Castañeda ya anunciaron que ellos no acudirán a ninguna otra reunión en la Secretaría General de Gobierno, al no existir las condiciones para ello, y que menos lo harán mientras Juan Carlos Lozano se encuentre al frente de la convocatoria.
La renuncia de quien minó el esfuerzo del gobernador Alejandro Tello, y de la secretaria general Fabiola Torres, por alcanzar este Pacto de Civilidad se ha convertido ya en una condicionante, y más cuando el funcionario dedica su tiempo a bloquear mítines de partidos políticos, a amenazar a diputados como Adolfo Zamarripa y Gustavo Uribe, para que le cumplan las frivolidades a su esposa, y a desobedecer las órdenes de sus superiores: los ciudadanos que exigen un proceso electoral limpio, sin trampas, sin fobias y con mucha, pero mucha inteligencia.
El mero gallo
En Morena las cosas están que arden tras conocerse que Soledad Luévano y Luis Medina Lizalde, sin importarles lo que la militancia diga o deje de decir, impondrán a Ernesto González Romo como su mero gallo para una diputación local.
González Romo, que se ha dicho hasta el cansancio, es la mano que mece la cuna en la oficina de la precandidata a un escaño en el Senado de la República, por la coalición Juntos haremos historia, ha demostrado su capacidad y sería un legislador al que no tan fácil le darían atole con el dedo, pero el hecho de pasar por encima de la militancia, de los que se la han fletado día y noche, no le ha gustado a más de varios.
Listo
Quien ya se declara listo y más que puesto para pelar con todo y llevarse el triunfo como candidato a la diputación por el Distrito III, con sede en Guadalupe, es el ahora ex secretario del Agua y Medio Ambiente (SAMA), Víctor Armas Zagoya, quien ayer presentó su renuncia al inquilino de La Casa de los Perros, para dedicarse, de tiempo completo, a armar su estrategia desde la coalición Todo por México, que integran el PRI y el Partido Verde Ecologista de México.
Pueblo Mágico
Enrique Flores Mendoza prometió que, como alcalde, llevaría a Guadalupe a ser nombrado Pueblo Mágico, y hasta hoy, su esfuerzo, su trabajo bien planeado y sus buenas relaciones por aquí y por allá, han cimentado el camino para que esta meta sea cumplida antes de que solicite licencia para atender su candidatura a la reelección.
Por lo pronto, valiéndose de su amistad con el ex gobernador Miguel Alonso, hoy director de Fonatur, ha conseguido que en próximo días, autoridades de la Secretaría de Turismo, visiten el municipio conurbado y puedan dar un veredicto favorable.
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