La Casa de los Perros: ¡A votar se ha dicho!

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Zacatecas, una entidad gobernada por Morena, y con las dos ciudades con la más alta percepción de inseguridad del país: Fresnillo y Zacatecas, hoy será el escenario de la esperada votación del 2 de junio.

Un estado cuyo gobernador, nuestro querido inquilino de La Casa de los Perros, no ha podido abandonar el último lugar en la calificación de los mandatarios en el país, hoy llega a la elección en medio de amenazas, temor y candidatos resguardados por la Guardia Nacional.

Eso sí, ni la amenaza de muerte a la candidata del PRI a la presidencia municipal de Cañitas de Felipe Pescador, Esperanza Cabral Ceballos, quien aseguró que le exigieron desistiera de la contienda electoral, impedirá que, a partir de las ocho de la mañana, los funcionarios de casilla abran las puertas de los centros de votación.

Tampoco los 57 homicidios dolosos sucedidos en mayo –casi dos asesinatos violentos diarios–, podrán frenar que el millón 265 mil 939 zacatecanos con derecho al voto puedan acudir a las dos mil 634 casillas que se tienen que instalar.

Porque el vocal ejecutivo del INE en Zacatecas, Matías Chiquito Díaz de León, ya juró por la capita del Santo Niño de Atocha que hoy, a diferencia de la jornada electoral del 2021, cuando 11 casillas no pudieron instalarse, este domingo del año de la paz se instalarán sí o sí el cien por ciento de las casillas.

Porque los zacatecanos, los mismos que sufren hoy por la desaparición y no localización de tres mil 834 personas, con 504 personas localizadas muertas, este día tendrán en sus manos el futuro de México y Zacatecas al elegir al nuevo, o nueva presidenta de la República.

Sí, los zacatecanos que hoy padecen con el difícil transitar por las carreteras, no sólo por el pésimo estado en el que se encuentran, sino por la inseguridad que las hace escabrosas, podrán elegir a sus tres senadores y cuatro diputados federales.

Pero también, los mismos habitantes de Zacatecas que hoy son testigos de cómo los bloqueos carreteros con autos incendiados por parte del crimen organizado e inteligente, y los cobros de piso a los negocios que los tienen en la quiebra, tendrán la posibilidad de elegir 58 presidencias municipales y 30 diputaciones locales.

Eso sí, sin pasar por alto las 58 sindicaturas y 552 regidurías de los que serán los futuros servidores públicos que, lo más seguro, olvidarán sus promesas de campaña apenas tomen protesta.

Pero eso ya lo saben ¿o no?

Si los zacatecanos creen que esta jornada de hoy es cosa menor deberán recordar no sólo cómo a las puertas de una primaria de esta capital abandonaron una cabeza humana y el resto del cuerpo lo regaron por una transitada vialidad sin que ninguna autoridad se inmutara. Por eso hoy tienen que entender los ciudadanos que ellos, con su voto, tienen el poder para renovarán el Senado de la República y la Cámara de Diputados.

Como quien dice, decidirán qué clase de senadores y diputados tendrán porque ellos, y sólo ellos, desde las Cámaras Alta y Baja, dictarán hacia dónde va México.

Después, quejarse no se vale.

Los ciudadanos tienen una alta responsabilidad, porque nadie quiere volver a ver a un alcalde acusado de asesinato para después convertirse en prófugo de la justicia. Eso es muy grave.

O saber que, hasta el 28 de mayo, la Fiscalía General de la Justicia del Estado ya tiene 33 denuncias por presuntos delitos electorales y, además, enterarse que hay funcionarios públicos con una investigación en su contra –o eso nos han dicho–, por dedicar su tiempo laboral para andar en campaña.

Y los peores, los que de manera miserable condicionan la entrega de programas sociales y que ya han sido denunciado en Valparaíso, Tlaltenango, Zacatecas, Villanueva, Sombrerete y Ojocaliente.

Por eso hoy, salgan todos a votar, no hay de otra. Y que a nadie le digan que ya está todo dicho. Ninguna encuesta es válida, ninguna presión de los candidatos llamando a las dos de la mañana para promoverse cuando hay veda electoral es legítima.

Si eso hacen hoy, que no tienen el poder en sus manos, aterroricémonos imaginando de qué serán entonces capaces cuando se sienten en la silla por la que han peleado con uñas y dientes.

Pero si nos quedamos en casa quejándonos no es válido. Hay que ir a las urnas y castigar a los malos diputados y alcaldes que se quieren reelegir. Es momento de premiar con un voto a quienes se han ganado la confianza.

Pero va de nuez. Si se quedan en casa, si no salen a votar, después no se quejen. Y entonces a tomar durante unos años la dieta del ajo y el agua porque eso merecen.

Entonces: ¡A votar se ha dicho!

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