La Casa de los Perros: Ahorcando la elección

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Los mexicanos, y por ende los zacatecanos, todos, tenemos derecho a elegir a nuestros representantes populares con plena libertad, y es obligación de los gobernantes en turno velar porque esto suceda de forma pacífica.

Uno entiende que las pasiones se desborden, eso es natural. Todos queremos que gane “nuestro gallo”, sobre todo si ese gallo representa una esperanza para que, a nuestro parecer, las cosas vayan bien para el país.

Y claro está que los actuales gobernantes buscan, a cómo dé lugar, que sus gallos sean los que ganen, porque eso significa, para ellos, desde salvaguardar sus personales intereses, hasta una especie de refrendo a la confianza que algunos, en una elección pasada, les depositaron.

Un gobernante que dispone la mesa para que los ciudadanos, esos que al final de cuentas le pagan puntualmente su salario, puedan no sólo asistir sin problemas a un evento proselitista, sino manifestar su simpatía por tal o cual candidato y, sobre todo, salir a votar con alegría y sin amenazas, seguramente se ganará, otra vez, la simpatía de todos.

Por eso, quien haya dado la orden de bloquear el bulevar que atraviesa como principal vía de comunicación la ciudad capital, con la única finalidad de impedir que un numeroso grupo de ciudadanos asistieran a un mitin político tiene que dar la cara, explicar las razones de su loca idea y sí, poner en la mesa su renuncia.

No vivimos en la selva, ¡por Dios!, se supone que somos civilizados, que somos un estado en donde las reglas de convivencia se respetan. ¿O no?

Y sí, toca al inquilino de La Casa de los Perros exigir al que dio esa orden su renuncia, porque en ello le va, a él, cumplir con su obligación como gobernante. En ello le va, a Alejandro Tello Cristerna, que este proceso electoral transite en paz, como debe ser.

Quien haya dado esa idea, ese mal consejo, esa orden, no ha entendido nada y sólo busca que al gobernador le vaya mal, y sí le va mal a Tello Cristerna, pues obviamente le va mal a Zacatecas. Tiene que renunciar.

Para algunos puede ser cosa menor, total, solamente se ahorcó durante varias horas el libre tránsito de miles de zacatecanos que, tal vez, ni enterados estaban que en el Multiforo, un precandidato a la Presidencia de la República se reuniría con sus simpatizantes. Con la orden emitida desde una oficina de gobierno al final supieron la versión, la única versión que circuló: Andrés Manuel López Obrador, el puntero en la carrera presidencial, estaba en Zacatecas.

Este garrafal error, para colmo de males de Alejandro Tello, para desgracia de los zacatecanos, jamás pudo ser solventado de manera inmediata por quien supuestamente tiene a su cargo la política interior del estado: Fabiola Torres, quien cobra como secretaria general de Gobierno.

Quizás por eso, debido a su mal tino, no ha logrado que los dirigentes de los partidos confíen en ella, se sienten a su lado en la mesa para, entre todos, transitar a un gran acuerdo político y que esta difícil elección no se le salga de las manos a su jefe inmediato, Alejandro Tello, y a sus patrones, los ciudadanos.

Ya no estamos en aquellos tiempos en los que, pistola en mano, se intentaban arreglar las cosas. Hoy, los funcionarios tienen la obligación de cumplir con sus responsabilidades y jamás atentar en contra de la ciudadanía, sea del partido que sea, vista del color que le plazca, sea prieta, güerita o amarilla. Seamos serios, por favor.

Milpillas

Francisco Godoy, delegado de la Procuraduría Agraria, tras ser señalado por el secretario del Agua y Medio Ambiente (SAMA), Víctor Armas Zagoya, de ser quien pone las piedritas en el camino para que el súper proyecto de Milpillas no se lleve a cabo dice que él no ha sido y que a las pruebas se remite.

Reitera por ello su compromiso para garantizar el éxito de los proyectos como el de la Presa Milpillas, el único que tiene para el quinquenio Alejandro Tello y, para que no queden dudas, recalca que su actuar está regido “rigurosamente por los principios de transparencia, legalidad y honestidad”.

Por ello, dice Francisco Godoy, desde la Procuraduría Agraria se llevó a cabo una investigación que no arrojó ningún elemento que haga probable la existencia de algún acto de corrupción.

Pero, para que tampoco quede duda, y a efecto de garantizar la claridad y

transparencia, solicitó ya la

intervención del Órgano Interno de Control para que haga otra investigación y todo sea claro como el agua que se pretende conducir y almacenar en Milpillas. Que así sea.

A la tómbola

A pesar de la inseguridad, los de Morena, bueno, los que se enteraron, se reunieron para, entre ellos, decidir quién va a la maravillosa tómbola que ofrece como premio, nada más y nada menos que una beca por tres años en San Lázaro, es decir, una diputación federal.

Por lo pronto, y producto de las asambleas distritales federales estatutarias se eligieron 40 militantes. 10 por cada uno de los cuatro distritos federales. 20 mujeres y 20 hombres en total.

A estos afortunados todavía los tienen que validar los altos mandos para que después su pelotita entre a la gran bola de cristal y voalá.

Por lo pronto ya le rezan a quien le

deban rezar Gustavo Jasso, Rubén Contreras, Marisela Carrero y Mirna Maldonado, que obtuvieron los primeros lugares en sus respectivos distritos. También, aunque usted no lo crea, Samuel Herrera.

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes

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