La Casa de los Perros: Descarrilado
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Esta madrugada, 13 vagones del ferrocarril se descarrilaron en la capital del estado, afortunadamente no hay personas heridas ni casas habitación dañadas.
A eso de la medianoche, las 13 plataformas, que no llevaban carga, cruzaban por las colonias Pámanes Escobedo y Minera, cuando cedieron al paso tras haber salido de Cañitas de Felipe Pescador. Su destino final era San Francisco de los Romo, en el vecino Aguascalientes.
No cabe duda que, como una promesa más de campaña del inquilino en turno de La Casa de los Perros, eso de sacar el paso del tren de la vía habitada de Zacatecas seguirá pendiente hasta que, desgraciadamente, haya consecuencias serias que lamentar. Les encanta eso de tapar los pozos tras él niño muerto.
Barroco
Del 9 al 15 de octubre, en Guadalupe, se llevará a cabo el tradicional Festival Barroco, algo que emociona a muchos zacatecanos, pues durante 15 años sólo ha dejado buen sabor de boca.
Y justamente un evento imperdible era el Buffet Barroco, a cargo de María del Refugio García, mejor conocida como Cuquita, quien desde Río Grande llegaba a Guadalupe a ofrecer unas delicias para chuparse los dedos.
Pero resulta que esta mujer, una activa investigadora y promotora de la comida zacatecana y barroca, a pesar de ser iniciadora del festival, este año simple y sencillamente fue ignorada, bueno, ni el teléfono le contestan los organizadores.
Y es que resulta que, groseramente, la directora del Museo de Guadalupe, Rosa María Franco Velasco, decidió que este año, la comida anual estará a cargo de los alumnos de la Universidad de la Vera-Cruz, lo que de ninguna manera es una mala idea, pero la educación ante todo, caray.
Por lo pronto, la decisión unilateral de Franco Velasco ya levantó ámpula entre los asiduos clientes de Cuquita, quienes ya están extrañando los chiles en nogada, el pescado a la vizcaína, el pollo al supremo barroco, el lomo en adobo antiguo, entre otros de los guisos que ya no estarán, al menos con el sazón tradicional de una de las fundadoras del Festival, este año.
Y te llamarás…
Revuelo causó la aprobación de la iniciativa de reforma a una fracción del Código Familiar de Zacatecas, propuesta por la diputada Isadora Santiváñez Ríos, que busca concientizar a los papás de no ponerles a sus inocentes hijos los nombres de sus actores, actrices, cantantes, futbolistas o santos favoritos, por muy bonitos que a ellos les parezcan o por el hermoso significado oculto que tienen, como si el niño o la niña andarán por la vida con el diccionario maya bajo el brazo explicando que su nombre significa Hermosa luz del campo como bella flor de ejido.
Con harta vehemencia, quienes se llaman Gerardo, Benjamín, Guillermo o Guadalupe, salieron a defender que los infantes pueden llamarse Bryan, Britney, Justin o Aniv de la Rev, porque son lindos y sus padres tienen el derecho y la libertad de joderle la vida a los chiquillos y lanzarlos derechito al bullying afectando su desarrollo psicológico y emocional.
La iniciativa, que por cierto es una armonización con las leyes nacionales, sólo promueve que el juez del Registro Civil pueda aconsejar al ciudadano y no decida que su querubín lleve a cuestas un nombre como Próculo, Pancracio, Herculano o Filemón.
Obviamente, esta iniciativa jamás prohíbe que los padres hagan lo que se les venga en gana, pero un jalón de orejas a tiempo seguramente ayudará a promover una cultura de respeto hacia los infantes.
O, la verdad, ¿tú quieres llamarte Sansón o Pánfila? Ya cambió la cosa ¿o no?
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