José Narro Robles en Salud, insensible a la salud de las mujeres
SARA LOVERA
Algunas acciones parecen imperceptibles a nuestra preocupación sobre la igualdad entre hombres y mujeres; o bien se considera que no tendrían que ser sensibles al género o que no todo es sólo de mujeres. Lo cierto que en medio de una política sistemática hacia el logro de la igualdad sustantiva, hay funcionarios federales que ni en cuenta y que son efectivamente quienes actúan como en el siglo XV.
Eso sucede en la Secretaría de Salud, ahora con un hombre, José Narro Robles, de 68 años; antes con una mujer, porque no se trata de sexo, sino de sensibilidad. Pues llegó Narro, de la UNAM, disque impulsor de proyectos de Derechos Humanos y nombró puros hombres en 6 nuevas
Subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud: José Meljem Moctezuma; secretario del Consejo de Salubridad General Jesús Ancer Rodríguez, y Leobardo Ruiz Pérez, como asesor del titular de la Secretaría de Salud.
Asimismo, en la Unidad de Análisis Económico, Gustavo Nicolás Kubli Albertini; secretario técnico del Consejo Nacional de Salud, Isidro Ávila Martínez; director general de Comunicación Social, Enrique Balp Díaz y director general adjunto de Giras y Eventos de la Oficina del Secretario, Jacobo Cadena Lau. Ratificó a la oficial mayor Marcela Velasco y por supuesto a la secretaria particular del secretario, Silvia Valentina Trejo Rayón.
El mal augurio es que el 8 de marzo, a unas cuantas semanas de llegar, habló para él de qué es el compromiso de la Secretaría de Salud con las mujeres: vacunar a niños y niñas; atender los casos de Zilka así como “el pendiente” del embarazo en adolescentes; también dijo que el “sector “ de las mujeres se ha beneficiado de la política de salud. El lenguaje cuenta, es la expresión del pensamiento, por más ensayos que se hagan, si la cabeza no cambia, el lenguaje tampoco. Por eso hay fracaso en “talleres” de lenguaje, en los que se ha invertido mucho dinero.
Este señor universitario me importa porque antes fue responsable de la política educativa de un, ese sí un sector, de la población fundamental. En la UNAM no hay una política que haga transversal la mirada feminista, a pesar de un buen centro de investigaciones y de que Alaíde Foppa incluyó el tema de la condición social de las mujeres en Ciencias Políticas desde los años 80, y todavía el estudio de la desigualdad no forma parte obligatoria de la curricula estudiantil.
Tampoco hay un equilibrio entre hombres y mujeres en los nombramientos y responsabilidades. Por eso Narro ni se inmutó. En salud las mujeres son las primeras clientas, como pacientes, como acompañantes de hijos, hijas, maridos, madres, hermanas, son ellas las que más acuden a los centros hospitalarios.
Ellas las que dan a luz, las que mueren en razón de la maternidad, por desnutrición, aborto y parto. Los Comités de Mortalidad Materna se introdujeron en todos los hospitales hace 76 años, durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho, cuando nació el primer gran centro que se llamó el Hospital Materno Infantil y por esos años se hizo conciencia de asuntos de salud de las mujeres que hicieron crisis y crecieron tremendamente en las siguientes décadas.
La de la muerte materna, 76 por cada cien mil en los años 90, se dice que disminuyó, no lo sé. Saaber de las consecuencias de este proceso y sus efectos, no tiene seguimiento; el crecimiento de los cánceres femeninos – tres: mama, cérvico uterino y ovario- no se ha detenido; las secuelas del aborto, atendido mal y criminalizado en las instalaciones de todo México ahora están a cargo del señor sin conciencia de la problemática femenina, José Narro Robles.
Y este señor, me pregunto, sabrá que el tema de la condición de las mujeres está ligado al éxito o fracaso de las campañas de detección del cáncer, o sabrá que hay mil entuertos para pensar cómo abordar a las parturientas; no creo que tenga idea de la profundidad del problema del embarazo en adolescentes, porque ahora desde su secretaría hay normas para atender a las y los jóvenes, sin prejuicios; llevar la cuenta de los cambios posibles en las tremendas cifras, dar información para que actúen con mayor conocimiento y, se espera, con responsabilidad. Hay normas, de las que se habla poco y mal.
¿Qué sabrá este señor que nos considera un “sector” del tema del cuidado, por supuesto ni idea de cambiar reglas para cuidar a los enfermos, en la Secretaría de Salud te tratan como si las mujeres sólo estuvieran para cuidar al enfermo en turno, que no trabajaran, que no tienen expectativas de vida, la regla hospitalaria es que una debe estar ahí, de guardia, las 24 horas del día. ¿Y quien lleva la comida a cada, el sustento, el jornal?
Bueno me asusta esta incapacidad, falta de lenguaje y compromiso del funcionariado, violando la ley, porque el Plan Nacional de Desarrollo emana del mandato de la Constitución, no es chiste, es obligación del funcionariado, dependiente de la administración de Enrique Peña Nieto, y de todas las entidades del país, de eso, de cumplir y no de obstruir, de promover la igualdad y no de violar la ley. Muchos y muchas también, no saben qué hacer, porque o bien realmente no saben y ha fracasado la política de género institucional supuestamente impulsada hace 15 años, o realmente no escuchan.
Hoy día las mujeres enferman, tienen secuelas y mueren de parto, del largo proceso desde la aparición del papiloma humano al cáncer cérvico uterino, de cáncer de mama; en el campo y las zonas pobres de las grandes ciudades la combinación pobreza, mala nutrición y malos servicios de salud, las matan hasta de un catarro que se convierte en influenza.
Este señor de la Secretaría de Salud no entiende nada de eso. Es obvio.
Les paso parte de su discurso del 8 de marzo, para que vean lo alejado que está, a pesar de que muchas universitarias que yo conozco, decían que el rector, pomposamente, se había sensibilizado, nada de eso. No será enemigo, pero su falta de interés, de atención, porque como conozco a mucha personas, hay a quienes sólo les importa estar en el cuadro de honor, en la foto, ya les contaré de algunas mujeres que se ponen a trabajar en su encargo, y lo hacen requetebién, algunas sólo quieren llegar, hasta sufren porque no las ponen y descuidan sus carreras.
Bueno ese es asunto de otro costal, como se dice, me preocupa Narro Robles, un cambio del presidente poco pensado, porque pone en riesgo a millones de mujeres y profundiza su subordinación, aumenta su responsabilidad en el cuidado y no se resolverá con esa visión el gravísimo asunto del embarazo en menores.
No soy mal agorera. Pero vean su razonamiento:
En los últimos 60 años se han registrado avances en materia de salud, sin embargo, hay pendientes por atender como el embarazo en adolescentes.
Es un compromiso de la Secretaría de Salud trabajar para mejorar la calidad de vida de las mujeres de nuestro país, y atender los pendientes que tenemos con este grupo de población, como la prevención del embarazo en adolescentes, aseguró el secretario de Salud, José Narro Robles.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Narro Robles dijo que en los últimos años, la salud y la calidad de vida de los mexicanos ha mejorado de manera sustancial, debido al apoyo, solidaridad y compromiso del personal del Sector Salud, sobre todo las mujeres.
“Nuestras campañas de vacunación han permitido salvar muchas vidas de niñas y niños, jóvenes y adultos, y han representado evitar el sufrimiento y dolor en las familias mexicanas, y en ese logro están todas las trabajadoras del sector”, precisó.
Ejemplo de ello, dijo, es el incremento en la esperanza de vida de 48 años en los años 50´s, a 73 en hombres y 78 en mujeres en la actualidad, así como la reducción de 85 por ciento en la mortalidad infantil en el mismo periodo.
Sin embargo, reconoció que el embarazo adolescente es uno de los pendientes que requiere mayor atención de parte de la sociedad y las instituciones públicas, ya que cada año ocurren 350 mil embarazos en mejores de 18 años.
El embarazo en adolescentes tiene repercusiones económicas y sociales para la madre, ya que genera exclusión, desigualdad de género y mayor deserción escolar, lo que limita el desarrollo personal y educativo.
Ante ello, dijo el secretario de Salud, es fundamental unir esfuerzos y trabajar conjuntamente con otras instancias gubernamentales y con la sociedad para fomentar la educación sexual, principalmente en las niñas de nuestro país.
Finalmente, reconoció la labor de todas las mujeres mexicanas como trabajadoras, jefas de familia y responsables en su mayoría de la salud de sus familias, que contribuyen para mejorar la salud de los mexicanos.
Habló finalmente, como áquellos discursos de los años 40: “ pidió a los mexicanos tomar conciencia de la deuda histórica que se tiene con la equidad de género y con el tema del trato igualitario entre hombres y mujeres».