Importancia de la educación financiera en niños y niñas
MARÍA DEL CARMEN SALINAS FLORES
Como cada año, el próximo 30 de abril en México estaremos celebrando el “Día de la Niñez”. Si bien es un día para festejar a nuestros niños y niñas y divertirse, también nos sirve para recordar la importancia que tiene esta etapa de la vida en nuestra formación como personas.
Lo que nuestras niñas y niños aprenden en su infancia, en muchos sentidos habrá de determinar la forma en que ven y entienden el mundo que los rodea. Si los dotamos de las herramientas necesarias, sabrán adaptarse a la sociedad en la que viven y podrán tomar las mejores decisiones tanto en lo individual como en lo colectivo.
Así pues, la pregunta no sólo sería qué tipo de mundo le vamos a dejar a nuestros hijos e hijas, sino cómo los vamos a preparar para vivir en este mundo. Por ello, considero fundamental que, desde muy temprana edad, las niñas y niños comiencen a entender cómo es que funciona el sistema financiero.
Si hay una garantía en nuestra etapa adulta es que la economía rige gran parte de nuestra vida, ya que de ella depende la subsistencia de nuestras familias. El dinero es una herramienta fruto de nuestro trabajo, que nos permite intercambiarlo por todo tipo de cosas, bienes y servicios.
Por esto, enseñarles a nuestros hijos e hijas qué es el dinero, a que sepan valorarlo (para aprender a administrarlo) y cómo se obtiene honestamente, deben ser los ejes de la educación financiera que brindemos a los niños y niñas de nuestro país.
La experiencia nos ha demostrado que las personas que no conocen ni entienden el funcionamiento de los diferentes productos y servicios financieros son más propensas a realizar gastos excesivos e innecesarios. Por otro lado, aquellas personas que han recibido educación financiera encuentran en la banca un aliado para cumplir sus metas.
Muchos organismos internacionales, entre ellos la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), han señalado la importancia de la educación financiera, y han recomendado a los Estados impartirla en las escuelas como parte del plan de estudios, tomando en consideración el tiempo que requiere generar hábitos responsables y duraderos en las personas.
Sin embargo, la educación financiera debe comenzar en casa, pues es la base de la formación de nuestros hijos e hijas. Y aunque parezca complicado, hay acciones muy sencillas que podemos realizar a fin de que comprendan cómo funciona la economía.
Autores como Alejandro Saracho recomiendan, por ejemplo, que una forma sencilla de iniciar es explicarles a los niños cuántos billetes y monedas existen, así como su equivalencia entre unos y otros. Para esto último, un tip es enseñar a nuestros niños y niñas cuántas monedas necesita para intercambiar en la tienda por un dulce y así pueda ir aprendiendo qué es el poder de compra.
Asimismo, señala que “es importante enseñarles a los niños que el dinero no surge de la magia, hay que explicarles cómo es tu trabajo, qué es lo que realizas y cómo generas valor a cambio de dinero. Se les debe mostrar cómo trabajar y cómo vender. Una forma sencilla de hacer esto es enseñarles a lavar el auto, sacar la basura o bañar a la mascota a cambio de una ganancia”.
Por último, hay que enseñar a nuestros niños y niñas a administrar el dinero; es decir, a no comprar por comprar, a priorizar el comprar primero lo que realmente necesitan, hacer siempre un presupuesto de sus gastos para saber a dónde destinan el dinero que tienen. Sólo educando a nuestros niños y niñas, podemos darles lo necesario para hacer de ellos hombres y mujeres financieramente responsables.
Reciban un cordial y fraterno saludo todas las personas que se toman el tiempo de leer esta columna y recuerden, nuestros niños y niñas no son el futuro del país, son el presente. Este mundo es de ellos.