Estamos alicaídas por resultados inconexos. Pero, ánimo
SARA LOVERA
Hoy estamos alicaídas. Digo las feministas. Hace más de 40 años que iniciamos una ruta en ascenso interno y externo, que nos ha dado un andamiaje legal y cultural para lograr los derechos humanos de las mujeres. Lo cierto es que hoy vivimos una contradicción y una ráfaga de informaciones encontradas. Otra vez como en la época de las revoluciones, o de los grandes cataclismos, son los derechos de las mujeres los que se ponen a debate y se confrontan con argumentos diversos.
Apenas ayer, en Nosotras Tenemos otros Datos, tres intervenciones la de la doctora Marcela Lagarde y de los Ríos, la de la abogada feminista Andrea Medina y la de la comunicóloga Aimé Vega, nos ponían frente a esta realidad que comento.
Por un lado, existen algunas corrientes nos quieren desaparecer a las mujeres, incluso de la ley y las palabras, la narrativa de la confusión, tratando de escindir los derechos de las personas, deshumanizarnos y, lo más grave, decir mentiras, cuando se confunde igualdad económica y social, con igualdad entre hombres y mujeres, y el necesario resguardo de los derechos humanos y la experiencia de las mujeres.
Es como estar en un galimatías, que evidentemente tiene que ver con el poder de los hombres, sobre otros hombres y todas las mujeres. Las mentalidades cuadras, son las que no consiguen entender que las mujeres tenemos una humanidad, construida desde hace milenios, venida de otros lares y con desigualdades, frente a los hombres que en general redundan en violencia contra las mujeres. La familia es la institución más dura y jerárquica del zoo patriarcal. ¿Cómo centrar un discurso de defensa sin debate, de la familia mexicana?
Andrea Medina sobre como la negativa de la primera Sala de la SCJN a un proyecto de sentencia para el Amparo en Revisión 636/2019, sobre la Interrupción Legal del Embarazo en Veracruz, lo que dice es que en lugar de pensar en una derrota hay que dar bienvenida al tiempo que se abrió, para realizar y discutir un nuevo proyecto, en el marco de la discusión pública, informada y bajo los principios constitucionales de los derechos humanos. Ello, además, “nos ayudará a consolidar la democracia y la paz que tanto anhelamos en este país”.
En fin. Que es hora de tomar en serio el futuro de nuestros adelantos feministas y no dejarlos a la intemperie, entre manos que desean desaparecernos como mujeres cambiarnos el nombre y la identidad, porque van también en busca de los bienes y construcciones, como la solidaridad entre mujeres. Quieren finalmente aplicar en toda la violencia feminicida que ya ha desaparecido 3 millones de mujeres en el mundo.
Menudo asunto. La advertencia de todos estos foros organizados por el grupo Nosotras Tenemos otros Datos; los que ahora mismo discuten el futuro de nuestro Estado Laico en riesgo; lo que tiene que ver con la crisis económica que abultará las cargas en cuidados a las mujeres, es fuerte, viene de muchos lugares y es un momento más de los que hemos tenido que superar desde hace más de doscientos años, en que se hizo consciente el reconocernos como sujetos de derechos.
Mientras, todo ello nos preocupa, el presidente de la República afirma que como nunca antes se hace por la igualdad de las mujeres, limitado a una visión muy desafortunada, abandonada en todo el mundo, como esa que ofrecía primero pan para los pobres y luego los derechos humanos fundamentales de las mujeres.
En un discurso oscuro y oscilante ha introducido la discusión entre sus huestes y somete sistemáticamente a las mujeres de su gabinete. Algunas de ellas francamente complacientes.
Todo ha hecho crisis esta semana que pasó, una de las más inquietantes por los cambios legislativos para la paridad, las protestas por los recortes a los programas para las mujeres y de género, el proyecto de la Corte y el crecimiento de la pandemia del Covid-19.
Para rematar el día 29 en la mañana el presidente de la República descalificó a las “expertas”, no si a las tímidas feministas que se reúnen en secreto con la Secretaria de Gobernación; las que creen que pueden “incidir” o a las expertas de Naciones Unidas frente a quienes habrá que responder con un informe próximamente, allá en el comité de la CEDAW. Encima el comienzo de la contienda electoral, donde las mujeres contamos.
Esta postura de repudio a la vida y libertad de las mujeres, se asemeja a la falta de información, me dice al oído la abogada Andrea Medina, preocupada por la necesidad de la buena información.
Bien, es posible que, si nos organizamos, al menos mentalmente, esta es una hora preciosa para debatir con claridad y pensar en lo que nos depara después de esta prueba sanitaria, donde el mundo, literalmente se no ha echado encima.
Pensar y repensar, como diría esta mañana Marcela Lagarde que tenemos la experiencia de ser mujeres, transgresoras y rebeldes, para salir adelante, donde nuestro futuro de vida y libertad, sin violencia contra nosotras, sea posible y las mujeres hagamos otra manera de ser libres. Veremos.