El PRD y la igualdad sustantiva
SARA LOVERA
La igualdad sustantiva es la igualdad de hecho o material por oposición a la igualdad de derecho o formal. Supone la modificación de las circunstancias que impiden a las personas el ejercicio pleno de los derechos y el acceso a las oportunidades a través de medidas estructurales, legales o de política pública.
Hasta ahora los sectores más avanzados del país se han pronunciado por la igualdad sustantiva, la desgracia es que sólo lo hacen en el discurso. Me imagino las tremendas discusiones en 1917, a la hora de armar la constitución, donde muchos constituyentes pensaban, auténticamente, cómo arreglar al país, pero se negaron a dar el voto ciudadano a las mujeres, por omisos, torpes o simplemente por la costumbre que los avalaba.
¿Cuál es la diferencia? Han pasado casi cien años. Entonces, allá en 1916 a instancias de Hermila Galindo, llamada la primera congresista del país, parecía inminente que el nuevo pacto social resolvería entonces los derechos ciudadanos de las mujeres, pero no fue así, el tiempo fue corriendo y hasta 1953 se consiguió el voto ciudadano.
Mirar el tamaño de la resistencia machista es increíble. Apenas hace un año para conseguir el 34 por ciento de mujeres en el Congreso, hubo que recurrir a dos sentencias que serán históricas, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) luego de una presión sistemática de un grupo de mujeres plural que la empujó. Grave que solo se cumplió parcialmente por los partidos políticos en las elecciones de 2012. Lo cierto es que hay esa obstinación increíble e insostenible, se manifiesta sin repudio social.
Es clarísimo que los partidos políticos y sus dirigencias son las responsables visibles que obstaculizan la participación política de las mujeres. Están obligados, incluso y por ley, justo en el camino de la igualdad sustantiva, a destinar el dos por ciento de sus prerrogativas a empujar el liderazgo femenino. Nadie sabe qué hacen con ese dinero y el Instituto Federal Electoral, que multa por todo y en todo a los partidos, tampoco endereza las violaciones a la ley electoral en este sentido, no juzga legalmente el cumplimiento estatutario. Me gustaría saber si en otros partidos hay la paridad pregonada en sus documentos básicos, como el caso del PRI.
Ahora resulta que pasará a la historia María Beatriz Cosío Nava, una militante del Partido de la Revolución Democrática que planteó un incidente al TEPJF porque, sencillamente, su partido que en los estatutos señala como una obligación la paridad, se resistió hasta el último momento a cumplir, no digamos los estatutos, sino una sentencia del Tribunal que debió haberse resuelto en un Consejo Nacional el pasado 8 de agosto a más tardar.
Fue hasta el último momento que cumplió. Ya en el último tramo de sus discusiones esta domingo. Ante el Consejo Nacional reunido estos días, sólo escenificó otros asuntos, otras discusiones, su postura en el Pacto Por México o el asunto de la anunciada reforma energética, pero de la paridad, nada.
Beatriz Cosío, apoyada por un nutrido grupo de mujeres del PRD, puso contra la pared el machismo en la dirigencia de su partido. Se había dispuesto para acudir a instancias internacionales porque no se vale que se burle así la ley. Pero nada, parece ser importante para los hombres que dirigen en mayoría al PRD, como no les importa el asesinato de mujeres, como no les importa la trata de mujeres con fines de explotación sexual, ni se enteran del litigio sobre la urgencia de parar la violencia contra las mujeres, en regiones que el PRD o sus aliados gobiernan y donde ello sucede con una impunidad que asusta.
Lo cierto es que la Sala Superior del Tribunal ordenó el 26 de junio al PRD convocar a su Consejo Nacional para incorporar cuatro mujeres a la Comisión Política y seis al Secretariado Nacional; el Consejo fue citado de manera informal en tres ocasiones y en ninguna de ellas se concretaron los cambios.
A pesar de su resistencia absurda, de última hora, la noche del domingo el Consejo Nacional del PRD acató la sentencia del TEPJF: aprobó con 186 votos a favor, 1 en contra y 0 abstenciones los cuatro cambios en la Comisión Política Nacional, así como cinco movimientos en el secretariado Nacional. Para la Comisión Política, Dulce Romero Aquino sustituye a Enrique Romero Aquino; Karen Quiroga Anguiano a Héctor Serrano; Guadalupe Acosta Naranjo “cedió su cargo a Sonia Ibarra e Iván Texta deja su lugar a Rocío García Melchor.
Eso nos obliga a señalar que vivimos en la peor de las antidemocracias posibles. Los machos, no tienen otro adjetivo, ojo, se alían para violar su propia ley. De ello la comentocracia que toma los espacios de discusión política para amarrar navajas, para sorprenderse de hechos denunciados sistemáticamente, ni siquiera ha tomado nota de la acción ciudadana y valiente de María Beatriz Cosío Nava, una mujer, para quien la conozca, tiene calidad personal y capacidad política suficientes, y no quiere el puesto, quiere la ley. Hoy ya pasó a la historia.
Desde el 15 de julio el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, afirmó que se respetaría el estatuto. Lo cierto es que no había forma de resolverlo, se escudó en el tema de los grupos, de las sectas, de que al dejar los puestos unas mujeres, otras sectas, no la suya, conocida como de los Chuchos, no llegaban a un acuerdo. Eso, me parece es el colmo.
En las redes de internet, hace muchos días que se discutió el asunto. Una militante escribió: “¿Cómo puedo alardear, cuando en mi partido se reproduce la cultura dominante y es evidente el atraso democrático, el conservadurismo, la falta de democracia? ¿Cuándo en el país las mujeres hemos vivido un profundo retroceso en derechos, no hemos tenido capacidad para detener las reformas a la Constitución que continúan en las entidades del país y protegen la vida desde la concepción y criminalizan a las mujeres que abortan? ¿Cuándo hemos permanecido inactivas mientras aumenta la violencia contra las mujeres? ¿Cuándo el movimiento feminista, tradicionalmente identificado con la izquierda, nos cuestiona? ¿Cuándo no hemos llamado a las mujeres de este país, a organizarse para que defiendan sus derechos, sus libertades y su vida? ¿Cuándo no nos hemos comprometido a promover los derechos de más de la mitad de la población?”.
Militante que se echa la culpa de lo que sucede internamente en el PRD, éste que ofrecía un camino hacia la libertad de las mujeres. Militante herida que refleja cómo los hombres se ríen de nosotras, cuando no se puede negar la enorme batalla de las mujeres de izquierda desde los primeros tiempos del Partido Comunista, allá por los años 20; no se les puede negar a esas mujeres y sus antepasadas, los enormes esfuerzos por hacer comprender a sus machos que se equivocan, que sin ellas su partido desaparecería.
En la realidad el machismo es como un valladar infranqueable. Habrá que ver con cuidado la procedencia de las nuevas dirigentes, no vaya a ser que son incondicionales de sus grupos y puedan ser las nuevas “juanitas”. Bien decían ya hace años las feministas prominentes de México: el sitio intocable es la política, porque ahí, donde se discuten los grandes problemas y se toman decisiones, no dejan pasar a las mujeres.
Hay un número desconocido, pero existe, de militantes del PRD que han interpuesto inútilmente quejas a los órganos internos en la postulación de candidatas; muchas han ganado estos recursos sin la publicidad necesaria, por eso la campaña de información de Beatriz y ahora su triunfo, es tan valiosa.
Debo decir que los machos aprovechan esta culpa de las mujeres que se cuestionan a sí mismas, cuando creen que no hemos sido capaces de organizar a las mujeres. Eso es cierto parcialmente, porque los órganos y el aparto partidario impide dar pasos hacia delante de una manera sutil, sistémica y orgánica. El litigio de Beatriz lo hizo evidente. Y todavía no hay una masa gigante que hubiera podido tomar este fin de semana el Consejo Nacional y exigir el cumplimiento de la resolución del Trife y, sin embargo, también en las redes hubo muchos llamados a tomarse con calma este proceso, que tal vez requiera una discusión más amplia, sin duda.
El PRD es omiso cuando se hacen las listas de candidaturas; omiso cuando debía ponerse al frente de demandas sustantivas; omiso en su forma de actuar patriarcal, porque parece más importante todo, sus arreglos en lo oscurito o en lo clarito, para sostener un partido que está en proceso de autodestrucción, habida cuenta de su incapacidad para hacer efectivos los principios que le dieron vida y lleva en su nombre: la democracia.
La igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, significará en los próximos tiempos, una multitud de acciones legales –las elecciones locales fueron un ejemplo, muy pocas mujeres lograron presidencias municipales-; multitud de acciones políticas y organizativas. Es verdad que hay un reto para las mujeres, pero lo verdaderamente importante es que se reconozcan los derechos de las mujeres en todos los planos, debían conocer la Constitución, cosa que para quienes desean gobernarnos no altera su vida.
En lo oscurito se burlan de las mujeres, hacen trampa, dicen mentiras, le dan la vuelta a la rueca para no comprometerse, viven en lo privado como los peores hombres y con frecuencia se mienten a sí mismos. El PRD no tiene futuro, sin duda. Más de la mitad de su militancia está constituida por mujeres; más de la mitad de los votos que logra son de mujeres, pero incluir a nueve en su dirigencia, les molestó tanto que parece inaudito.
María Beatriz Cosío Nava es el nombre que quedará en la memoria, cada vez que una intentona de no cumplir los estatutos sea descubierta; ahora tiene el respeto y la solidaridad y el apoyo, de muchas mujeres. Simplemente se logró que se cumpliera la ley, parace poco, costó mucho. Veremos.
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