PRD, izquierda real
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID *
El pasado 1 de diciembre terminaron 12 años de amargura. Concluyeron dos sexenios panistas que llenaron de tristeza y vergüenza al pueblo de México, especialmente este último.
Pero también inició un sexenio que encabeza el PRI. Un periodo cuyo comienzo y trasmisión de poderes no se desarrolló con normalidad. Ejemplo de que la nuestra no es una democracia regular.
El regreso del tricolor a la Presidencia de la República se da con la trasgresión que se cobija bajo la formalidad leguleya de un Instituto Federal Electoral y de un Tribunal Electoral que no logran asumir la defensa del sufragio como expresión vital de la soberanía.
Pese a las muchísimas muestras que el PRD exhibimos del fraude cometido el pasado 1 de julio, los órganos electorales desecharon una a una las pruebas.
Luego, el sábado, cuando miles de mexicanos se manifestaron en contra de la imposición, se infiltraron personas que cometieron excesos con el único fin de aplastar a la izquierda mexicana. No lo lograron.
¿Cuál es la actitud que el PRD debe asumir?
Para muchos la respuesta sería complicada o quizá no tanto. El Partido de la Revolución Democrática nacimos, somos y nos mantenemos como una izquierda real, crítica y viva.
En la democracia la oposición es crítica, mantiene su propuesta frente a quien se dice detentar la mayoría gobernante y actuar con lealtad a la Constitución, no al poder.
Tenemos una estructura, organización, programas y propuestas de país sustentada en la legitimidad y la confianza que millones de ciudadanos y ciudadanas nos manifestaron con su voto.
En ese sentido, como partido político nacional tenemos la responsabilidad y compromiso de mantenernos en nuestros ideales, cumpliendo nuestros estatutos y apoyando al pueblo.
Así, en el Sol Azteca tenemos que avanzar en el sentido correcto, sin cruzarnos de brazos ante un PRI y su estilo de gobernar que no reconoce la pluralidad política. Nosotros tenemos experiencia en gobernar y lo hemos demostrado.
En el PRD respetamos la ley y tenemos un compromiso con el electorado, por eso no podemos actuar como una burocracia claudicante, ni como una horda incendiaria de las instituciones.
No es la hora de la mezquindad, por ello el partido debe estar dispuesto a negociar, a construir pactos que permitan la consolidación democrática del poder y la resolución de los grandes problemas nacionales. Construir acuerdos que tomen en cuenta a quienes como partido y como izquierda nos debemos. Debe ser un acuerdo de lucha, no una componenda de claudicaciones; de señal y signo de fortaleza, no raquitismo.
Como siempre lo he solicitado, ante la nueva realidad política del país es necesario que el PRD actúe con unidad política y con reflexión crítica. Afiancemos nuestra vocación por los derechos sociales, libertades y protección de los derechos humanos, defendamos la soberanía nacional y los recursos que pertenecen a la nación.
El fin es cubrir las necesidades de México en educación, alimentación, empleos, inversiones, salud, oportunidades y superación.
Seamos una izquierda de actuar inteligente y eficaz.
*Representante del PRD ante el IFE.
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