La Casa de los Perros: Ley contra nepotismo ¿estocada final a las aspiraciones de Saúl Monreal?
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
La lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de la democracia han sido pilares del discurso político en México desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, el reciente anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre dos reformas constitucionales —la prohibición de la reelección consecutiva y el combate al nepotismo electoral— marca un antes y un después en el panorama político nacional.
Estas iniciativas, que buscan cimentar un sistema más transparente y equitativo, tienen implicaciones inmediatas y de largo plazo, particularmente en estados como Zacatecas.
Entre las figuras que se verán afectadas por esta legislación se encuentra Saúl Monreal Ávila, quien ya había perfilado su candidatura para la gubernatura del estado.
Según la iniciativa, ya en el escritorio de Gerardo Fernández Noroña, las medidas entrarían en vigor con la prohibición del nepotismo en 2027, no así la de no reelección que haría efecto hasta el 2030.
Con estas disposiciones sobre la entrada en vigor de la ley, manifestadas en dos artículos transitorios, sin duda quedan prácticamente sepultadas las aspiraciones políticas del Cachorro.
Así, Monreal Ávila, hermano del actual inquilino de La Casa de los Perros, no podrá competir directamente por el cargo que su familiar ostenta, en cumplimiento con esta nueva normativa que, dirán los mal pensados, traería dedicatoria.
La reforma propuesta por la presidenta establece como requisito que no podrá postularse para un puesto de elección popular quienes “tengan o hayan tenido en los últimos tres años anteriores al día de la elección, un vínculo de matrimonio o concubinato o relación de pareja, o de parentesco por consanguinidad o civil en línea recta sin limitación de grado y en línea colateral hasta el cuarto grado o de afinidad hasta el segundo grado, con la persone que ocupa el cargo por el cual participarán”.
Este golpe directo a las prácticas de sucesión familiar en la política pone fin a un modelo que históricamente ha permitido a dinastías políticas perpetuarse en el poder.
La paradoja del «timing»
Si bien la ley contra el nepotismo entrará en vigor hasta 2027, el simbolismo detrás de su aprobación no puede ignorarse.
La propuesta coincide con un contexto donde las críticas hacia los Monreal por su control político en Zacatecas han ganado terreno.
La reforma afecta de manera inmediata a Saúl Monreal, su mera existencia genera un mensaje contundente: el país ya no tolerará estructuras políticas basadas en relaciones familiares.
Es importante mencionar que esta no es la primera vez que una familia política en México enfrenta cuestionamientos por prácticas consideradas nepotistas. Sin embargo, la promulgación de una ley que directamente ataque este fenómeno envía un claro mensaje de que estas dinámicas deben ser erradicadas.
Una jugada política estratégica
El anuncio de estas reformas también tiene un trasfondo político que no puede ser ignorado. En 2014, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, se aprobó la reelección consecutiva con la esperanza de profesionalizar el trabajo legislativo y fomentar la rendición de cuentas.
Los resultados distaron de lo prometido.
En lugar de mejorar la calidad de los gobiernos, la reelección fue utilizada como una herramienta para consolidar el poder de las élites políticas.
Claudia Sheinbaum, al presentar estas reformas, no solo busca corregir las deficiencias del sistema, sino también fortalecer su propia narrativa como líder comprometida con la transformación del país.
La lucha contra el nepotismo y la reelección se basan en principios éticos, pero también una jugada política para diferenciar su gestión de las anteriores.
Implicaciones para Zacatecas y el país
En Zacatecas, la ley no solo representa un freno a las aspiraciones de Saúl Monreal, sino también una oportunidad para reconfigurar el panorama político local.
Este estado, marcado por décadas de concentración del poder en unas pocas manos, podría beneficiarse de la entrada de nuevas caras y propuestas a la escena política. Sin embargo, esto dependerá en gran medida de la capacidad de los partidos y de la sociedad civil para fomentar liderazgos genuinos y representativos.
A nivel nacional, la reforma contra el nepotismo y la reelección consecutiva podría sentar un precedente importante en la lucha por la equidad y la transparencia en el acceso a cargos públicos. Si bien las críticas no se han hecho esperar —algunos argumentan que estas medidas limitan la libertad política de los ciudadanos—, lo cierto es que representan un paso audaz hacia la construcción de un sistema político más justo.
La figura de Saúl Monreal Ávila se convierte en el ejemplo más reciente de cómo estas reformas impactarán a nivel personal y político.
La medida sin duda será un paso hacia la democratización de los cargos públicos, su aplicación enfrenta resistencias, pues muchos políticos han normalizado el uso de redes familiares para perpetuarse en el poder.
La prohibición del nepotismo, aunque tardía, marcará un hito en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder. Si el objetivo es garantizar que los cargos públicos se ganen por mérito y no por lazos familiares, esta reforma se posiciona como un avance significativo hacia una democracia más robusta y legítima.
La ley contra el nepotismo deberá ser una oportunidad para renovar la clase política, pero su éxito dependerá de que se aplique sin excepciones y se eviten los vacíos legales que permiten estas prácticas. Solo así se podrá construir un sistema donde el acceso a los cargos públicos se base en la capacidad y no en los apellidos.
La pregunta ahora es si el sistema político mexicano será capaz de adaptarse a estas nuevas reglas o si buscará formas de evadirlas. El tiempo lo dirá.
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