La Casa de los Perros: Pronósticos cumplidos

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Al final de la jornada electoral, el Estado de México ahora será gobernado por la maestra Delfina Gómez, de Morena, quien logró una ventaja del 8.35 por ciento sobre la priista Alejandra del Moral.

Los 20 puntos de diferencia que juraban tener los siguen buscando debajo de la Puerta Tolotzin.

En el otrora bastión del tricolor, lo dijo muy claro Mario Delgado, dirigente nacional del partido cuyo dueño de la franquicia es Andrés Manuel López Obrador: se hicieron las cosas “como debe de ser” y el PT y el Verde Ecologista se alinearon desde un inicio.

La corcholata del presidente de la República, la maestra Delfina, con el apoyo total de la otra corcholata, Claudia Sheinbaum, y siguiendo al pie de la letra las reglas impuestas por López Obrador, salió triunfadora.

También, el gobernador Alfredo del Mazo Maza, candidato ahora a engrosar la fila de los embajadores priistas, le cumplió al presidente. Recibirá su premio.

A menos que no le cumplan y lo dejen con maletas hechas como al exgobernador de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna.

En el pecado ¿los mexiquenses llevarán la penitencia? Ya el tiempo lo dirá.

Pero que nadie se queje, así lo decidió en las urnas el 52.67 por ciento de los votantes que vieron en la maestra el mejor perfil para la gubernatura.

Los otros, el 44.32 por ciento, le dieron la espalda a Morena, pero no les alcanzó y ahora no les queda más que consumir ajo con agua durante seis años.

En el norte, en el vecino Coahuila, las cosas fueron diferentes. Tanto que el gobernador Miguel Riquelme Solís seguramente no pasará a formar parte de los nuevos embajadores de México en el mundo.

Aquí las cosas, lo remarcó Mario Delgado, no se hicieron “como debe de ser” y todo les salió mal.

Desde el principio, el PT y el Verde Ecologista se empecinaron en que podían ir solos. Hubo “traiciones” al tlatoani mayor y Ricardo Mejía Berdeja y Lenin Pérez hasta peleados con “sus partidos” salieron. A 10 días de la elección los desconocieron, les dieron la espalda y los dejaron solos.

La maquinaria morenista no funcionó, y el socio y amiguis amiguis del senador y corcholata Ricardo Monreal Ávila, el empresario taurino Armando Guadiana, terminó perdiendo de fea manera.

Tan mal le fue a Morena, por segunda vez en La Laguna, que ni siquiera juntos Ricardo Mejía y su 13.30 por ciento; Lenin Pérez y su 5.88 por ciento, y su candidato Armando Guadiana con el 21.47 por ciento, hubieran siquiera alcanzado al priista Manolo Jiménez que obtuvo el 56.94 por ciento.

¡Ah! y también se llevan la mayoría en el Congreso local. Los 16 distritos locales fueron ganados por la alianza Va por Coahuila.

Y regresamos al mismo discurso de siempre de los morenistas: en donde ganan todo estuvo requetebién. En donde pierden fue porque otros les pusieron piedritas en el camino.

Aunque esta vez no fueron piedritas, sino detenciones que la Fuerza Coahuila llevó a cabo cuando se percataron que, de manera inusual, llegaban y llegaban camionetas sospechosas con placas de Zacatecas y Tamaulipas.

Seguramente las fuerzas de seguridad de Coahuila, en este caso la Policía municipal de Saltillo, les vieron algo raro en la cara a estos 27 turistas que decidieron llevarlos a la Fiscalía. Ya luego los soltaron una vez que la elección había llegado a su fin.

Mario Delgado gritó: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Y desde las redes sociales de los esclavos de la Nación en Zacatecas, el grito fue el mismo: ¡que los regresen sanos y salvos! La verdad, sí daban ganas de llorar.

Pero sean felices, esta detención sirvió para que los zacatecanos se enteraran que sí hay un dirigente local de Morena y que se llama Rubén Flores. Ya ven como no todo es malo en esta vida.

Eso sí, la operación: Zacatecas ayuda a Coahuila a saber lo que es estar gobernado por Morena, no funcionó. Pero lo bueno es que al menos Rubén Flores, Carlos Márquez Gurrola, Jesús Correa, Francisco Leandro y Yoni (no se ría, así aparece este ilustre morenista en sus redes sociales) Guerrero Romero ya están en su casita, tristes por no haber cumplido con su deber, pero sanos y salvos.

Ellos, lo dijeron en sus redes sociales en un video estilo nueva gobernanza, fueron detenidos “ilegalmente, usando la fuerza, sin leerles sus derechos ni informarles nada”. Muy horrible.

Rubén Flores dice que nomás andaban repartiendo el lonche a quienes “defendían” el voto en Coahuila, y que para nada andaban comprando el voto como circuló la información por todo México. Ellos sólo andaban “defendiendo a la democracia”.

Sin la ayuda de estos mártires de la justicia, los coahuilenses acudieron a las más de cuatro mil casillas que se instalaron a lo largo y ancho del vecino estado y todo transcurrió con tranquilidad.

Lo dijo el gobernador Miguel Riquelme, las Policías Municipales, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano trabajaron en una estrategia para “blindar al estado de personas ajenas a la entidad que pudieran venir a desestabilizar estas elecciones”.

Se trató, lo declaró fuerte y claro: de evitar la intromisión indebida de actores “con cantidades de dinero” en los vehículos; de entes ajenos que afecten la seguridad del proceso a fin de que la ciudadanía exprese su voto en forma libre y auténtica. ¡Ups!

Porque, presumió Riquelme Solís, allá sí funciona su sistema de videointeligencia y por ello detectaron en infinitum que vehículos con placas “que no son de Coahuila” andaban ahí todas sospechosas. Y como el crimen es inteligente y bien organizado, procedieron a prevenir antes que lamentar.

Mientras, en Zacatecas, el fin de semana se tiñó de rojo y nueve personas fueron víctimas de homicidios dolosos. Sólo el domingo cinco fueron ejecutados. ¡Ah! y la explosión de «un artefacto» con saldo de cuatro heridos en el Pueblo Mágico de Jerez.

Pero sonrían que… ¡ya ganamos!

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