¡Ni un paso atrás!
SOLEDAD JARQUÍN EDGAR
El próximo miércoles será crucial para las ciudadanas que viven en municipios que eligen a sus autoridades por sistemas normativos internos o indígenas, ya que existe el riesgo ejecutar un retroceso en sus derechos políticos, si la LXV Legislatura de Oaxaca aprueba un proyecto que modificaría el decreto 1511 expedido en mayo de 2020, en el que se reformó la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Oaxaca en materia de Paridad y Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia Política en Razón de Género, en específico en el artículo tercero, al eliminar temporalidad establecida para el año 2023 para la paridad efectiva y establecer la paridad de forma gradual, lo cual podría ser hasta el fin de los tiempos en algunos ayuntamientos.
El decreto que se pretende modificar fue aprobado y publicado en mayo de 2020, su objetivo es garantizar la participación libre de violencia de género. Agrega la paridad y la perspectiva de género como principios rectores de la función electoral. Establece acciones afirmativas para impulsar la participación política de las mujeres en los ayuntamientos que se rigen por el sistema de partidos políticos e incorpora la obligación de que los ayuntamientos que se rigen por sistema normativo indígena incorpore paritariamente, de forma gradual, a las mujeres en la vida política de sus gobiernos locales, y establece como plazo el 2023, es decir, hasta el próximo año.
La participación política de las mujeres en México ha ido escalando peldaños a cuenta gotas, una lucha de muchos años. En febrero 2024 se estarían cumpliendo 200 años de demandas de las mujeres para tomar parte en la vida pública y política del país, si se considera como un primer momento documentado por la historiadora Patricia Galeana, un manifiesto de mujeres zacatecanas publicado en 1824.
De esa manera, entre el primer llamado de las mujeres en 1824 hasta 1947, cuando se reconoce el derecho de las mujeres a participar en las elecciones municipales, ser votadas y tomar parte como servidoras públicas en los gobiernos locales, pasaron 123 años. Otros seis para el voto “universal” (senadores, diputados federales y presidente de la república) y otros dos más, como en el caso de Oaxaca, para elegir gobernador y diputados locales.
Luego décadas más del derecho a ser electas, ninguneado mediante trampas que impidieron en cientos de ocasiones su acceso, lo que obligó a cuotas a las que los hombres del poder, caciques políticos y el sistema patriarcal, encontraron rendijas para poner obstáculos, hasta la reforma de la paridad en 2014, hace ocho años, y que aún se sigue a cuenta gotas y sin concretar del todo en buena parte de los ayuntamientos de Oaxaca, o que de acuerdo a la reforma local del 2020, debería estar lista para el 2023.
Un paso atrás a esa reforma no beneficia a las mujeres que viven en poblaciones que se rigen por sistemas normativos indígenas, por el contrario. No hay duda que han enfrentado toda clase de dificultades, manifiesta fundamentalmente en la violencia contra ellas y sus familias, el mismo problema que enfrentan las mujeres que buscan un cargo de elección popular vía partidos políticos. Es decir, no son los sistemas es el patriarcado que está detrás de ellos.
Es importante, nadie lo duda, imprimir la visión de las mujeres a la gestión de gobierno, desde sus propias ideas, visiones, aprendizajes, historias y necesidades desde su ser mujeres. Pensando quizá, en el mejor de los casos, en gobiernos igualitarios e incluyentes. Se van a equivocar ¡por supuesto! De la misma forma en que lo hacen los hombres o mejor dicho como lo han hecho históricamente. Van a robar o se van a corromper, sí también, algunas, como lo ha explicado Marta Lamas desde hace varios años, quien afirma que nuestro aprendizaje es el mismo que tienen los señores.
Hay quienes hablan de aprendizajes, pues es un terreno “nuevo” para las mujeres y que no estamos preparadas. Y yo siempre pregunto ¿a qué escuela fueron los hombres?
En Oaxaca, el 73 por ciento de los ayuntamientos eligen a sus autoridades por sistemas normativos indígenas y solo una de cada tres presidentas municipales electas en los últimos 60 años han surgido de ese sistema, considerando que fue en 1962 cuando por primera vez una mujer asumió el cargo de presidenta municipal en Oaxaca. Estamos hablando de 101 presidentas municipales.
De los 570 municipios, el 27 por ciento eligen autoridades propuestas por partidos políticos y en los mismos 60 años, solo han sido presidentas 203, dos de cada tres. Si hay una diferencia numérica, considerando que en el primer sistema estamos hablando de 417 municipios y en el segundo 153.
Eliminar la temporalidad establecida para el año 2023, por la gradualidad, como proponen las diputadas morenistas, Yesenia Nolasco Ramírez, Haydeé Irma Reyes Soto y Nancy Natalia Benítez Zárate, y si lo aprueban en la próxima sesión de la LXV legislatura, será volver colocar a las ciudadanas que viven en municipios con elección por sistema normativo indígena en el mismo lugar de siempre o hasta que los otros quieran.