La Casa de los Perros: López Obrador dice adiós a las escuelas de tiempo completo
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
No cabe duda de que la 4T tiene como principal hobby eliminar todos los programas que le estorban para hacerse de recursos y, con ellos, poder cumplir a cabalidad los caprichos presidenciales. Hoy, oficialmente, le tocó a las Escuelas de Tiempo de Completo ver su fin.
Este programa, a nivel nacional, le daba servicio a más de 3.6 millones de infantes, ojo, los más marginados del país. Además, según la UNICEF, con este esfuerzo se aseguraba que un 70 por ciento de esos niños recibieran la única alimentación de su día. Para nada una cosa menor.
En Zacatecas eran 915 escuelas y más de seis mil docentes, administrativos y nutriólogos los que le daban vida a estas Escuelas de Tiempo Completo que, a nadie le queda duda, coadyuvaban a mejorar el aprendizaje de los estudiantes al generar impactos positivos en el aprovechamiento escolar. Más horas clase para atender, por ejemplo, el inevitable rezago académico provocado por la pandemia.
No se puede pasar por alto el hecho de que las Escuelas de Tiempo Completo además facilitaban la inclusión laboral de las madres jefas de familia que aumentaban sus ingresos al poder prolongar su estancia en el trabajo con la confianza de que sus hijos estaban en la escuela y no solos en la casa o en la calle.
Este programa tenía otros beneficios como el cerrar brechas de desigualdad entre escuelas y garantizaba ingresos extras a los docentes dedicados a ello. Normalmente en Zacatecas, un directivo recibía 230 pesos por día laborado. Los maestros andaban en los 200 pesos.
La escuela, como segunda casa, se convirtió con este programa en un importante detector de problemas socioemocionales, lo que sin duda ayudaría mucho ahora que el encierro por la pandemia terminó y los niños regresaban a clases presenciales.
Pero no, ninguno de estos argumentos valió para que Andrés Manuel López Obrador decidiera que los recursos destinados a estas escuelas se canalicen ahora, según dijo la secretaria de Educación, Delfina Gómez –sí, la misma que fue sancionada por retener el sueldo de trabajadores en la alcaldía de Ecatepec y canalizarlos a las campañas electorales de Morena–, a mejorar la infraestructura escolar.
Esta acción que bien puede calificarse como deplorable e injustificada, además va en contra de lo ordenado en septiembre de 2021, por el Juez Octavo de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México, que otorgó un amparo en el que ordenaba al presidente, a los legisladores y a la SEP garantizar los recursos necesarios a través del nuevo programa La Escuela es Nuestra, para que este esfuerzo no concluyera. Los mandatos de los jueces hoy ya no valen.
Existe algo que se llama el principio de progresividad, que significa que una vez alcanzado cierto nivel en el goce y ejercicio de algún derecho humano, ninguna autoridad puede tomar decisiones de manera arbitraria que lo hagan retroceder. Obvio, a la 4T esto ni le va ni le viene.
Así que ahora, el recurso destinado a alimentar a una buena parte de la población infantil vulnerable se gastará en obras porque hay muchas escuelas que no cuentan con los servicios básicos. Aunque se supone que los diputados tendrían que haber presupuestado un recurso justo para este tipo de obras. ¿O no lo hicieron?
Para la flamante funcionaria pintada con los colores de Morena, invitó a los que se manifestaron en contra de esta loca decisión, a que mejor hagan visitas a comunidades lejanas en Chiapas, Yucatán y Oaxaca, para que puedan ver las necesidades que se deben solventar en planteles educativos en materia de infraestructura. No imagino que sucederá después de realizar estas visitas y observar como millones de niños se quedarán sin probar bocado de manera segura al menos una vez al día.
O qué sucederá con millones de niños que serán arrojados, literalmente, a la calle, mientras sus madres o padres siguen trabajando.
¿No decían en la 4T que con los niños no? Puras mentiras.
Como cuchillo en mantequilla
El diputado petista Xerardo Ramírez Muñoz recibió el apoyo de 27 de sus compañeros para que, a partir de este marzo, se haga cargo de la presidencia de la Mesa Directiva en lo que será el segundo periodo ordinario de sesiones de la LXIV Legislatura.
A la joven legisladora Susana Barragán le tocó ese encargo en el primer periodo, y en un extraordinario para elegir a Virgilio Rivera Delgadillo como magistrado del Tribunal Superior de Justicia. Lo hizo bien, a pesar de su inexperiencia en las lides políticas.
A Xerardo Ramírez lo acompañarán los siguientes seis meses el priísta David González Hernández, la panista María del Mar de Ávila Ibargüengoytia, y el recién estrenado como diputado, Nieves Medellín Medellín.
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