La Casa de los Perros: Con certificado de vacunación en la mano
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Zacatecas en guerra, así titularon en algunos medios de comunicación nacionales, la nueva jornada de violencia que este martes arrojó un saldo de siete personas fallecidas. Y es que el encontrar a pie de carretera, en Calera, los cuerpos de siete hombres con el tiro de gracia no es algo que pase desapercibido.
Y aunque en el informe que diariamente proporciona la vocería, el hecho ocurrido en el municipio vecino de la capital fue ignorado, siete cuerpos no se pueden ocultar tan fácilmente.
Como tampoco el que Valparaíso siga siendo un pueblo sin ley. Y el enfrentamiento de ayer en las comunidades de Boquilla del Refugio, Lobatos y Cueva Nueva lo confirma.
Eso sí, desde la Secretaría de Seguridad Pública dicen que no es para tanto, que finalmente se trató de un enfrentamiento “entre grupos antagónicos”, y que personal de la Sedena, la Guardia Nacional y la Policía Estatal sólo localizaron tres vehículos, uno de ellos calcinado, pero ni personas heridas y mucho menos muertas. Todo se limitó a un aseguramiento de armas de fuego y casquillos. ¡Qué alivio!
Eso sí, estos nuevos hechos fueron el pretexto para que el diputado de Acción Nacional, Pedro Martínez Flores, lanzará desde la Tribuna un exhorto al secretario de Seguridad Pública, Arturo López Bazán, para que a la brevedad presente un informe de la violenta situación que padecen los zacatecanos un día sí, y el otro también.
Martínez Flores, para su exhorto, contó con el apoyo de sus todavía compañeros diputados quienes decidieron que el asunto era un tema urgente, por ello lo aprobaron por unanimidad. Ahora sólo tendrán que esperar sentados a que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Arturo López Bazán, tenga a bien presentar “un informe del impacto que han tenido las acciones implementadas por esta dependencia” en el ambiente de intranquilidad en Zacatecas en donde los abrazos del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, no han servido para maldita cosa.
Eso sí, se espera que esto sea pronto, porque resulta que para los diputados es sumamente importante mejorar la imagen de la entidad para atraer más inversiones y turismo.
Entrega-recepción
Algunos de los alcaldes que lograron reelegirse llevan por buen camino la entrega-recepción, y aunque no tendrán necesidad siquiera de cambiarse de oficina, saben que la Auditoría Superior del Estado (ASE), al mando de Raúl Brito Berumen, está más que pendiente de sus movimientos y de este proceso protocolario.
En Fresnillo, Saúl Monreal Ávila, con la tranquilidad que da el haber recibido el visto bueno de la población de manera mayoritaria, ya anunció que será el contralor municipal, Edmundo Guerrero Hernández, quien coordine la parte técnica de este proceso en el que participarán desde el propio alcalde hasta la síndico, el secretario de Gobierno y un regidor de cada fracción del Ayuntamiento.
¿Quiénes recibirán? Eso no se sabe aún. Por eso el nerviosismo en los pasillos del Palacio Municipal se siente a flor de piel.
De ahí que todos los titulares de las áreas se aprestan a presentar sus mejores logros, como una forma de decir a Saúl Monreal que cumplieron con sus cometidos y que merecen la oportunidad de, ellos también, repetir en una administración municipal en donde el alcalde no ha dudado ni tantito en remover a aquellos que no superan las expectativas ciudadanas.
En Sombrerete, por ejemplo, las cosas son diferentes. Alan Murillo Murillo no revocó su licencia y dejará que Ramsés Ríos Rodarte, como alcalde interino, sea el que enfrente este proceso.
El priista está feliz porque, a pesar de los malos augurios de algunos, logró que los habitantes del Pueblo Mágico de Sombrerete le reconocieran en las urnas su labor de día y de noche al frente de la Presidencia Municipal. Y por ello, sin ambiciones vulgares, ha dejado correr el tiempo para que el interino, eso sí bajo su supervisión, enfrente no sólo el protocolo de la entrega-recepción, sino también la rendición del último informe de gobierno.
Certificado de vacunación
En la sesión legislativa de ayer, la perredista Mónica Leticia Flores, propuso modificar la Ley de Salud para que se pueda condicionar el ingreso a edificios públicos y locales privados de alta concentración de personas, a la presentación del certificado de vacunación Covid-19.
La idea de la legisladora es que a los centros de espectáculos (que se supone con semáforo naranja deben estar cerrados), así como a restaurantes y sitios de esparcimiento, no entren quienes no se hayan vacunado
La cuestión es que, en lugares como Nueva York, que a partir de septiembre no permitirá la entrada a ningún restaurante, cine, museo o plazas comerciales sin el comprobante del esquema de vacunación completo, eso sí es posible, pues la vacuna anticovid se ofrece hasta en el Metro, pero en México, en específico en Zacatecas, eso sí es un problema.
Aquí, el monopolio que ejerció el Gobierno de la República de la vacunación, así como el fallido programa que tiene a miles de ciudadanos sin recibir ni la primera ni la segunda dosis de la vacuna, impiden que estas acciones se lleven a cabo. Además se tendría que especificar que si alguien, por la negligencia gubernamental no ha recibido su vacuna o su segunda dosis, tendrá que ser admitido sí o sí.
Se debe aclarar que recibir la vacuna no es una cuestión obligatoria. La decisión de ser inoculado es personalísima, de ahí que la idea de limitar el acceso a lugares públicos resulta muy complicada.
Obviamente, a 39 días de que se venza el contrato de arrendamiento del inquilino de La Casa de los Perros, es claro que este Punto de Acuerdo será ignorado por el gobierno diferente. Y el gobernador electo, David Monreal Ávila, tampoco lo retomaría, y menos cuando hay antecedentes de que la pandemia no es tomada muy en serio. A menos que organizar un concierto masivo con 20 mil personas sea una muestra de responsabilidad.
Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes