Derechos Humanos a la salud y la justicia, los más vulnerables
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Es momento no de olvidar, sino de seguir, comenta el amanuense al acudir al final del novenario por su amigo periodista, Jesús Ruiz-Morán, una víctima más de un virus que mata, pero que, para hacerlo, al parecer tiene permiso.
Y se explica el hacedor sotanero: En este momento, el gobierno de México ha preparado una agenda de vacunación contra el COVID-19, que el día de hoy registra una cifra superior al millón 193 mil 255 contagios confirmados, y datos que superan los 110 mil 874 muertos por coronavirus, que empobrecen ese escenario catastrófico para México de 60 mil fallecidos, al que se refirió Hugo López-Gatell, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud el pasado 4 de junio.
El derecho a la salud es por ello, parte invaluable de las Naciones Unidas en su mensaje al mundo, pero por encima de sus buenos deseos, aparecen los contrastes porque, el más afectado por crisis sanitarias como ésta son los sectores vulnerables, la pobreza, “la carne de cañón”, que son el reflejo de un sistema de salud manipulado e ineficaz, y que además, ponen al descubierto errores políticos para dar atención a un país pobre, como México, con enormes desigualdades.
Por eso la agenda de vacunación –todavía sin vacunas-, podría ser el remedio político para un gobierno de discursos y pretextos. Si con ello disminuyen los contagios y muertes, seguro Andrés Manuel subirá sus bonos electorales y, si no lo cumple, probablemente esté cavando su propia tumba.
El caso de la justicia
El día de ayer –refiere el escribano incómodo-, se conmemoró el Día de los Derechos Humanos, que la ONU declaró se celebrara cada 10 de diciembre, desde 1948, para proclamar los derechos intocables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole…
El caso de la aplicación de la justicia es otro tema pendiente en México y se explica. De acuerdo con un estudio del Open Society Institute y el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), un aproximado a 90 mil personas, se encuentran recluidas de manera injusta en penales del país, de un total, hasta el 2018, de 210 mil que se encuentran encarceladas, es decir, el 42 por ciento de los reos del país «son legalmente inocentes» y de estos, de ese 42 por ciento, siguen recluidos en esas “bodegas de seres humanos”, por haber carecido de dinero para pagar un abogado. La pobreza, esa condición que no debería ser criterio para juzgarlos, de acuerdo con la ONU en materia de derechos humanos, ocurre, es real, pero, qué podría estar alterando el rumbo de la justicia, probablemente la brecha de desigualdades, la pobreza, la falta de dinero “para sobornar a una autoridad” y acabar en manos de un sistema penitenciario irresponsable. Ya hablaremos de este tema en otro momento.
Colofón. – La política por encima de los derechos del periodismo
Sólo degusta de una taza de ponche –el creador de los evangelios sotaneros tiene frío-, pero no tanto para reclamar al Congreso estatal por su muy insensata agenda de temas en la que el derecho a estar informados no es en este momento privilegio social, aun cuando llenen los correos de boletines, algunos muy ruines, de posturas políticas. Los periodistas exigen respeto a su ejercicio, ese respeto que da una Ley amparada por el legislador responsable… Hasta otro Sótano.
Twitter: @raulmanduj